— Mayor cantidad en menos espacio...— repitió ella tras haber culminado su reverencia y mirarse la palma derecha, como si pudiera imaginar cómo sería esa indicación. Luego, volvió su atención a él.

— Si lo dices de esa forma... sí, ha pasado ya tiempo de la ceremonia. ¿Por qué no te hemos vistos después? —

Aun debes concentrar mayor cantidad en menor espacio, con eso es seguro que lograrás detonaciones mas potentes y escandalosas.

-Añadió aquel comentario con una gran sonrisa plasmada en su rostro, de igual forma avanzó, acortando la distancia que les separaba a ambos, un asentir fue su respuesta a la reverencia que la pelirroja le brindaba.-

Ya había pasado tiempo, Eri. La última vez que te vi, fue en la ceremonia de nombramiento para todos ustedes, de hecho, creo que ha sido la última vez que los vi juntos en un mismo sitio.

El tono de aquella voz al ser reconocido la hizo detener un poco la práctica en la potencia de las ráfagas que producía y se giró. La Vairant, que raras veces lo hacía, sonrió levemente y habiendo girando por completo para estar frente a él, hizo una pequeña reverencia.

— Maestro...

-Se encontraba a espaldas de la chica de cabellera roja, aplaudía como un fan acérrimo de la Vairant aquí presente.-

Maravilloso, es simplemente increíble. Aun recuerdo cuando eras una chiquilla revoltosa, Nediant, siempre dando problemas y terca como Waudan en praderas. Ahora mírate, la médica y guerrera mas cercana del nuevo rey de Vailak.