De mi, lo que ves es lo que hay, no mucho a decir verdad...las cosas han cambiado con rapidez, hubo que adaptarse luego del ataque, levantarse y volver a construir este lugar, no fue fácil pequeña mía Evito habla de su persona, las perdidas que sufrió ese día y lo que tuvo que hacer para sobrevivir, eran parte de una historia que buscaba enterrar. Ahora solo el presente, el tener a Mika de nuevo ante ella le había dando una esperanza, cosa que habia abandonado hacia ya mucho tiempo.

El tiempo que desees quedarte, tu habitación espera por ti...

Aunque le había dicho a Vanya que era posible no encontrar a más de ellos, aún así había reconstruido cada habitación en espera del regreso de su familia, aquella mansión esperaba por ellos como la rubia lo había hecho en los primeros años, pese a que ahora había abandonado esa posibilidad

[c=#BF608F]Debes descansar imagino que el viaje de regreso no fue corto, mañana me contarás por lo que has pasado [/c

— Hay tanto que me he perdido que no sé que empezar a preguntar. — Admiró el cuadro donde se encontraba cada uno de ellos, algunos por razones meramente emocionales gustaba pasar de largo y a otros les contempló con la nostalgia debida.
— Como dije hace un rato, al menos quisiera saber qué ha sido de ti.

— No sé si quedarme como tal, aunque me gustaría pasar al menos quizá un par de noches aquí. —

Sostuvo con cuidado la mano tendida caminando hacia la entrada de la mansión, todo le traía recuerdos tanto buenos como malos, era como enfrentar un miedo que pensó no tendría el valor de enfrentar tiempo atrás.

El salón principal había cambiado un poco sólo en el decorado, la estructura seguía siendo la misma. Exploraba cada rincón con la vista sin dejar un sólo detalle escapársele como si deseara comprobar que no se equivocaba.

Tomó asiento cuando se le indicó, hacía tiempo ya que no vivía en un ambiente tan cómodo, sofisticado. Más bien sus días los pasó hasta entonces en una vieja cabaña, pero esos detalles se los contaría en algún momento a la mayor de sus hermanas.

Una simple sonrisa basto para ella, aquella sonrisa que una vez prometió proteger al menos unas de ellas estaba de regreso, todo aquello que había soportado no era en vano, le devolvió la sonrisa pero de forma más tenue, ahora tenía más motivos para seguir con su búsqueda

Eso pequeña mía, es...una muy larga historia, han pasado más cosas de las que yo hubiese querido, dime ¿Tienes pensado quedarte? hay una habitación disponible para ti, podrías ver a Vanya y ambas hablar, no ha sido facil para nadie


Sujeto su mano y comenzó a guiarla hacia el salón principal, la mansión había cambiado de manera notable, más las habitaciones mantenían el mismo orden.
Dentro de esta un gran cuadro mostraba a todos los miembros de la familia lébidiev, cómo único vestigio de su existencia, un simple sentimentalismo que en alguna ocasión la rubia se permitió

Ponte cómoda, querida por lo que veo tenemos mucho que hablar,

De repente se sentía como hace tiempo atrás, cuando le daba por sujetar la mano de su hermana mayor cuando tenía diferencias o discusiones con cualquier otro de ellos, pues se sentía segura y sabía que Milenka repondría el orden.

Fue un sentimiento puro, el más puro que conservaba en su encerrado sentimentalismo. Pronto sintió su rostro obligado a alzarse y admirar los ojos ajenos. El esboce de su sonrisa fue sincero, aunque aún había tanto que no entendía su plan de igual forma no era abrumarla con preguntas.

— En ese caso, me siento tranquila de volverte a ver. — Observó hacia los lados, pero no veía a nadie más.
— No sé qué ha sido de tu vida, pero puedo decirte que hay mucho que me encantaría saber. ¿Qué ha pasado contigo, Milenka?

Al reacción de la menor ante la muerte de su padre era justo la que Milenka esperaba, había dolor, pero no uno que fuera incurable, no podía culparla, la imagen que todos ellos tenían de Nikolai estaba lejos de la que ella misma poseía. Cuando su mano fue sujetada por la joven fijo su vista en ella, no retiro su mano como lo haría con cualquier otro, por el contrario se acercó un poco más y le escucho con atención


No te culpo por ello y espero tampoco lo hagas, era difícil imaginar que alguno de mostró no tuviera una vida mejor, sin pasar por tantas desventuras, pero el destino fue cruel con aquellos que lo tuvimos todo

Le tomo con suavidad del mentón usando dos de sus dedos para hacerle mirarla, no había por qué bajar la mirada, Mika había sobrevivido y con eso era suficiente para estar orgullosa de ella

— ¿Sabes hermana?, en algún momento en estos años... Llegué a sentir frustración, porque creo que viví cosas que ninguno de nosotros debió haber enfrentado de forma tan desprevenida y cruel. Llegué a asumir que los demás o tú al menos estaban teniendo una vida más cómoda que la mía, trataba de verlo por el lado más comprensible... Pero aún así era imposible no preguntar el por qué, por qué era a mí a quien le tocaba aguantar por algo que yo no propicié. — Exhaló con pesadez.
— Pero, estuvimos en una jaula para pájaros. Con tratos diferentes, pero bajo la misma miseria. — Reafirmó su agarre, con la mirada baja en sus dedos cubiertos por la tela de sus guantes.

— Me equivoqué.

¿Lo que sentía en ese momento era angustia?, hacia tanto tiempo que ese sentimiento no la invadía que era incluso abrumador, extraño. Su acercamiento la dejó un poco sorprendida, estaba apenada de que su cabellera fuese tan pobre a comparación de la de su hermana. Pero eso era resultado de su propia resurrección, después de haberse considerado muerta en vida.

Al escuchar sobre la muerte de su padre sus cejas bajaron demostrando cierta melancolía instantánea. No es que no le doliese, pero hacía tiempo ya que la pérdida de estribos de su padre fue justamente lo que causó tantos problemas.

— Entiendo. —

Aunque observó como ella apartó su mano, rápidamente ambas manos suyas sujetaron con cuidado aquella que pretendía volver a sus costados.

Puede que está ya no sea "casa" pero sigue siendo un refugio, y un buen lugar de mando para encontrar aquellos que hicieron esto a nuestra familia

Aparto su mano de los cabellos ajenos y relajo su mirada, hacía tanto que no veía a uno de sus hermanos que casi había olvidado el amor que sentía por ellos