Lo lleva consigo, acomodándole con cuidado para que no pase frío, saliendo de casa para ir a comprar comida.

Hace ruiditos al encontrarse en sus brazos, dejándose, a la vez que piensa que después tendrá que dar una explicación. Se acomoda en sus brazos. *

Estaba muriendo de ternura por dentro, terminando por tomarle en brazos de nuevo y acariciar su cabecita, dando un pequeño toque en su nariz por como se movía.

—¿Tienes hambre? Vamos a comprarte comida especial y mucha verdura~

Eleva la orejas al escuchar sus palabras, entendiendo sus palabras para terminar acercándose a la orilla, para mirarle mientras mueve la naricita. —

Mirándolo dar saltitos de un lado a otro, no podía evitar morir de ternura, era tan pequeño que parecía una motita peluda rodando por el lugar, hasta llegó a pensar que era una cría de conejo.

—¿Te gusta?~
Todo un castillo conejil para ti, vas a ser el conejito más consentido de la vida~

Al mirar ha donde ha llegado, como donde tendrá que vivir, empezó a dar saltitos como empezar a oler todo a su alrededor, encontrando todo agradable. *