Estuvo escondido por un tiempo, había tenido muchos cambios, estaba abrumado y deprimido, se sentía vacío e ignoraba si era por el embarazo mismo. Había elegido tomar un tiempo, alejarse del mundo, pero el momento en que decidió volver ya no lo hizo solo, ahora tenía una pequeña cría a la cual adoraba como no podía expresar con palabras, era su rayito de luz.
—Así es, es niño. Nació antes de lo que debería pero... nació bien.
Y eso era notable en su tamaño, era bastante pequeño a comparación de otros bebés, pero sin mayores complicaciones. Se cubrió con la playera y dejó la toalla a un lado, tapando recelosamente su cuerpo ante las marcas antes de mirarlo.
—Creo que tengo algo de tu ropa aquí, no he tocado nada de lo que quedó guardado hasta ahora.
—Acabo de volver, iba a buscarte a tu casa cuando volviera a establecerme, pero es bueno que vinieras de una vez.
