No fue suficiente solo besarla, así que tuvo todo el atrevimiento de dejar un mordisco al labio inferior, con un suave jalón antes de liberarla. Es un hecho que seguirá bromeando con ella, tal y como hacía antes, y asimismo es que también cumpliría con ese pensamiento.
━ Más que bien. ~
Asintió un par de veces, Meiko también la abrazó sin pensárselo.
Cada uno de esos besos fue recibido con mucho gusto, causándole tanta alegría que hasta se le escapa una pequeña risa. Creía en ella, no iba a cuestionar sus palabras de ninguna forma.
Inhaló, de algún modo había sentido un inmenso alivio, como gusto, por solo saber que seguiría con ella. El beso fue inesperado, pero no por ello sería malo, al contrario, animó por completo a Meiko a imitarla, mas no conformándose con uno, sino robando varios besos a esos dulces labios, ya no tenía porqué contenerse.
━ Bueno, yo conozco formas de eliminar el enojo que te haga pasar. ♡
Sin dudarlo un segundo respondió, mirándola con especial cariño. Como lo hacía antes. Juno entonces ladea la cabeza, sintiéndose con el permiso de continuar demostrándole lo que sentía en esos momentos, incluso con su timidez. Decide robarle un beso fugaz en los labios, dulce y delicado. El toque final para confirmar su decisión.
— Prometo que no voy a pelear contigo, no por asuntos importantes de verdad... Tal vez me hagas enojar un poquito a veces...Pero eso ya es normal, ¿no crees? ♡
Su rostro yace en el intento por no tener que obtener carmín en su expresión, siendo traicionada por su propio cuerpo. ¿Cuánto tiempo pasó desde que estuvo así con ella? Su mente era un desastre, y más ahora que volvió a mirarle... Mas no pudo evitar reírse de su propia actuación.
La conocía, a ella y sus tiernos intentos por expresarse sin mostrar vulnerabilidad. Por respeto a esto y aunque quería apretarla de la emoción, Juno tomó el mentón ajeno para voltear su rostro, mirándole nuevamente. Asintió, sonrojandose por el simple hecho de hablarle y era absurdo; no eran desconocidas.
Suspiró, ese momento se sintió bien desde el inicio hasta el fin, desde ese apretar hasta el pequeño beso que hizo perdurar más tiempo el anterior sonreir. ¿Qué debía hacer en esa situación? Realmente hay cosas que llegan a su mente en ese instante.
━ Sabes...
Inhaló entonces, cuán reuniendo valor pese a lo agresiva que pudiere ser, y apartó la mirada otra vez. Admitir algo después de escuchar su comentario pues... No es tan fácil sin impedir que fuera a sentir algún tipo de vergüenza.
━ No estaría mal, bueno... Ya sabes, quedarte conmigo, y eso.
Había pasado tanto tiempo desde que le vio sonreír así, genuina y amable. Juno hizo su agarre más fuerte, riendo bajito al notar cómo se inclina. Haciendo uso de la cercanía y su propio valor, le brindó un dulce y pronunciado beso en la mejilla.
— Gracias...
Dijo suavizando su agarre porque la invade la vergüenza. Meiko tenía razón; era muy impulsiva.
— No te preocupes, de todas formas t-te dejaré tranquila.
Se avergonzó de la primera frase, pero lo aceptaba de todas maneras, pues había dejado en claro cuál era uno de sus deseos después de todo. Una sonrisa se asomó en su semblante entonces, una disculpa que fue aceptada aliviaría todo sentir, suficiente como para haber inclinado el torso hacia delante y dejar escapar una breve risa.
Juno ríe en voz baja, brevemente por su propio sentir. Estaba feliz, no había otra palabra para describirlo. Volvió a rodearla con sus brazos en un abrazo por los hombros, sin cortar el contacto con la mirada ajena. Para perdonar, hacía falta honestidad y eso sentía la pelirrosa al mirar los lindos ojos ajenos.
