-Tranquila, si sabemos dónde está entonces no es un problema.- Le aseguró a Rima con mayor confianza para que no se sintiera mal, aunque de verdad creía lo que había dicho no era solo para cuidar de los sentimientos de la pequeña. Asintió con la cabeza y subió a las manos de Kaede con un pequeño salto, tratando de ocultar lo desorientado que se sentía por su nueva estatura. Escuchó a Mirmo y enarcó una ceja, curioso tanto por la información como algo nuevo que no había escuchado antes, como por el hecho de que los compañeros también tendrían que asistir. -¿Un examen importante? Debe ser un caso especial para requerir la presencia de los compañeros, considerando que la presencia humana en su mundo no es algo... acostumbrado.- Dijo, elevando la mirada por un instante hacia Kaede, muy consciente de que ella solo había logrado entrar pasando por una transformación muy especial.

-Por cierto, Rima. Tendrás que perfeccionar tu magia. Recuerda que se acerca un examen muy importante y será en el mundo Muglox en compañía de nuestros compañeros. – Ya luego le explicaría a Kaede de que trataba todo aquel jaleo. Pero habría una competencia Muglox en el cual los humanos de los Muglox igual debían de participar, por su parte no se preocupaba ya que y sin presumir, Mirmo era muy bueno con la magia pero se compadecía de Setsu sin lugar a dudas, una gotita resbalo de su cien al pensar en el pobre chico. – Igual vendrán al campamento Muglox con nosotros, Kaede, como agradecimiento por tener al mejor compañero debes comprar muchas choconubes ¿vale?- Se dio aires de grandeza.

Con sus manos se limpiaba las lágrimas, aquel halago de parte de Mimo la había alegrado, también el hecho de que Setsu no estaba enfadado con ella la tranquilizaba. —El frasco reversible... ¡Ah! Lo dejé en casa de Setsu, se supone que iba a mostrarles mi pequeño logro y que volvería a casa con él pronto. Nuevamente, les pido disculpas.— Dijo agachando un poco la cabeza, Rima no era tan buena en la magia, pero confiaba en que podía mejorar.

-Creo que es una buena idea. Claro, si no es mucha molestia para ti, Kaede.- Dijo finalmente, algo resignado a su propia situación y levantando la mirada hasta su ahora gigantesca amiga.

Pudo escuchar a su compañera muglox y de inmediato intentó enderezarse un poco, aligerando también su expresión todo lo que pudo a pesar del dolor en su espalda. Lo cierto es que aunque indudablemente hubiera sido la culpa de la pequeña muglox, no era algo que se habría siquiera planteado en tirárselo a la cara, y no estaba ni un poco contento de verla así de preocupada. -Tranquila, tranquila, Rima. Estoy bien, solo un poco cansado pero nada malo me ha ocurrido.- Le dijo con una pequeña sonrisa y tono reconfortante, elevando las manos en gesto tranquilizador.

Se cruzó de brazos al escuchar al resto, algo sorprendido de ver por primera vez a esa niña rubia tan alta, considerando que en realidad era realmente baja a su lado. Estuvo a punto de decir algo, ofrecerse a caminar por su cuenta para que no se preocuparan demasiado por él. Pero entonces recapacitó al entender que su tamaño hacía cualquier camino demasiado largo al no poder volar.

“No era mi intención perderte” Repitió Mirmo en su cabeza con una gotita resbalando desde su cien y una clara expresión de compadecerse del pobre compañero de Rima. – Rima, ya viene siendo hora de que te vuelvas más responsable con tu magia. – Regaño a su prometida para después suspirar con pesadez al escuchar a Kaede. – Arreglarlo será sencillo, Rima, ¿en dónde has dejado el frasco reversible? Aunque ahora que lo pienso, es un gran progreso que hallas vuelto a Setsu pequeño sin inconvenientes, por lómenos no tiene un rabo u orejas, o algo demoniaco. ¡Felicidades, Rima! - Aleteaba Mirmo con sus abanicos volando alrededor de Kaede. – Ahora, Kaede, carga a Setsu para llevarlo, estará mas seguro en tus manos u hombro, o cabeza, donde quieras llevarlo. -

—¡Mirmo!— Gritó lo más alto que pudo mientras volaba lo más rápido que podía hacia dónde su prometido y Setsu estaban. En su rostro se notaban algunas lágrimas, como era de esperarse estaba llorando, el perder a Setsu le había preocupado bastante, se sentía culpable. —¡Lo has encontrado, menos mal!— Dijo mientras se frotaba los ojos, limpiándose las lágrimas. Después de eso, dirigió su mirada al castaño. —Setsu, perdóname no era mi intención perderte.—

No era lo que había anticipado cuando había accedido a ayudar a Rima con sus prácticas mágicas, y realmente había excedido cualquier proyección negativa que habría podido imaginar en el momento en que había sido perdido por ella. Era una experiencia curiosa, sin duda, pero sin magia o la capacidad de volar con el particular tamaño que tenía se veía limitado a sus propios recursos a la hora de enfrentar una adversidad. Y más de un perro y gato, sin mencionar un muy extraño búho que había salido de quién sabe dónde, habían intentado hacerse con él en el poco espacio de tiempo que había tenido a solas. Podría haberle explicado todo eso al joven príncipe muglox luego de que se levantó del suelo y empezó a desempolvar su pantalón y camisa. Pero, para variar, su respuesta se limitó a un. -Podría estar peor. Imagino que Rima te contó los detalles, ¿cierto?- Preguntó, enderezándose y a duras penas ocultando el dolor en la espalda causado por su última caída.