[code][b]—Tch… —[/b] [c=#808080]Acorralado contra una pared, no tenía idea de cómo proseguir después de ello. La verdad no se había replanteado la idea de, con ver a la persona que odia tan ansiosa de eliminarla sobre esa escuela, actuaria de inmediato contra la institución para, o destituirlo, o para salirse de ahí. Sus padres, por mucho que fuesen humanos, tenían cierto grado de poder; el suficiente para comprobar lo peligroso que esta escuela seria para su hija. ¿Por qué la enviaron aquí? [/c][b]—Meiko, tu me conoces mejor que nadie. Actuar asi no viene de mis… “principios". Deberías entenderlo mejor que nadie. Aquí. Es. Peligroso. [/b][/code]

[i]—Dijiste que habían cosas aquí que no me convenían. ¿A ti sí?—[/i] Entrecerró los ojos como signo de sospecha, Xavier simplemente daba demasiadas vueltas al asunto, y eso hizo nacer un recuerdo sombrío, uno que la acompañaba desde su infancia hasta ahora, pero tan borroso eimprobable que dudaba su veracidad. Básicamente, el porqué de su odio a el peli blanco.—[i] Si no me dices que pasa, no me voy a ir, ya te lo dije. —[/i]Sus palabras tenían un dejo más severo, cargaban con enojo, y un toque de frustración. Estuvo a punto de “tirar la toalla” antes, pero ahora su decisión era inamovible, sin importar lo que deparara haberla tomado.

[code][c=#808080]¿Cómo podía confiar alguien, sin ningún tipo de conjeturas exactas y claves? Zhuvok, incluso en su mundo diferente de ideas y pensamientos, sabía bien la condición de la muchacha. Sin embargo, era evidente que le era imposible manifestar en palabras simples el significado de sus palabras. Rascó entre pensares la necesidad de una estrofa perfecta, empero, imposibilito el referente con tanta pregunta al aire. [/c][b] —No estoy alterado. —[/b] Otra partitura indiferente de versos definidos; tal vez ya formaba parte de su habladuría. [b]—Mira, esto ya dejó de tratarse nosotros. Solo, hazme caso. —[/b] [c=#808080] Una excusa por otra. [/c][/code]

[i]—Zhuvok, aquí nunca pasa nada.—[/i] Hablaba, al menos, desde su experiencia. Había pasado por el mismo lugar a horas similares y en mayor soledad, por lo menos; un centenar de veces[i].—¿Por qué tan alterado?—[/i] Qué lo dijera de esa forma sólo le daba a entender que era algún tipo de capricho suyo, si existían más razones entonces las obviaba, no por necedad; sino por auténtico desconocimiento. Pero sí, un atisbo de curiosidad le nació, más que todo por el montón de advertencias seguidas que el platinado daba. Pese a eso, se aferró a su terquedad, le soltó el hombro, y sostuvo con un semblante más serio, deseando darle a entender que estaba dispuesta a escucharlo; si su motivo la convencía, se iría. [i]—¿Me estás amenazando o qué?[/i]

[code][c=#808080]Lo que más le causaba molesta de la mujer, era justamente eso. No entendía, simplemente no entendía por las cosas simples. Dentro de la obviedad, el rostro de Zhukov retomo su notorio disgustó gracias a la grosería que mantenía sobre sus palabras llenas de "soberbia", cosa que solo él notaba. Entonces, recobró estímulo, suspiró y prefirió evitar conflictos con el girar de su mirada, chocando directo con la de Meiko. [/c][b] —Sigues sin entender que hay más cosas aquí que no te convienen. —[/b][c=#808080] Esperar que le comprendiera, sería una locura. Pero con tanta insistencia, al menos esperaba curiosidad; la falta de reacción a su control, le daba una jaqueca.[/c][b]—Meiko, lo estoy diciendo por tu bien. Es mejor que te vayas de aquí; no es ningúna "payasada". —[/b][c=#808080] Y que le viera como un chiste, lo ponía mucho peor. [/c][/code]

Ensanchó la mirada y con fuerza apretó los labios, porque de no ser así, seguramente se le iba a escapar una carcajada.[i]— El que no ha cambiado eres tú. ”Tienes que dejar la escuela” ¡Ja, ja, ja! ¿Qué clase de payasada es esa?—[/i]Guardó el móvil en un bolsillo, su leve esfuerzo de aguantar la risa había fallado, además, como un acto de compasión; le dio un apretón de hombro al albino. [i]—En la vida te irá mejor cuando aprendas a afrontar de forma madura tus disgustos, pero ese numerito intentando sacar tus garras estuvo entretenido. [/i]—

[code][b]—No has cambiado en nada, Meiko. —[/b] [c=#737373]Encontrarse con ella sobre el dormitorio de su ahora nueva escuela de procedencia, no le era muy de su agrado. Pensar que debía encontrarse con un pasado que deseaba olvidar, y mucho más con este tipo de personas… Tan solo le suponía absurdez del destino. [/c][b]—Estas en lo correcto. Tienes que dejar esta escuela. [/b][/code]

[i]—¿Por qué hablas cómo si hubiésemos sido cercanos?—[/i]Desafío esa mirada con una igual de afilada; y mantuvo así un incómodo contacto visual, por lo menos hasta que la notificación de su jefe le llegó al móvil, desconcentrándola. [i] —¿Qué quieres, Zhukov?, ¿de repente te sientes amable?[/i]

[code][b]—Y pensar que te volvería a encontrar aquí... —[/b][c=#808080] Ojos de víbora, casi en un llenó de asco simulado en una posibilidad de un cambio. Aún recordaba sus tiempos de secundaria junto a esa chica. [/c][/code]