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I'm the protagonist, the antagonist and the victim of this story.
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Su mirada se unió a la de ella y el resto del mundo desapareció en un etéreo desvanecimiento, como si las sombras de un humo superfluo lo envolviesen todo en cuestión de un parpadeo y no quedara más visión que aquellas pupilas azules decorando un rostro perfecto. Ryan no articuló palabra, pues, daba por hecho que su amada pelirroja sabía el martirio que él sufría también estando lejos de ella. En su lugar, prefirió sonreír de una manera apenas perceptible, como si los músculos de su rostro se hubiesen anestesiado con una alta dosis de amor; y tras perderse en aquél limbo nocturno durante unos segundos, hubo un destello blanco que sin previo aviso, desbarató la tierra bajo sus pies.

Ni siquiera tuvo que preparar las runas para dar el salto, y no hubo movimiento alguno en la tierra, el destello era apenas perceptible y esa habilidad era una de las tantas cosas que le separaban de los adeptos iniciados en la magia como el joven que había traído a su amada hasta allí. En ningún momento soltó las manos de Lyla, y para cuando el viaje terminó y se hallaron sobre la cima de un monte alejado del bosque, por fin habló.

—Mañana iremos a primer hora a Dublín, a encontrarnos con el patriarca de uno de los clanes irlandeses, y no tendremos tiempo para nada. Por eso, he preparado esto.

A sólo unos pies de distancia de donde habían aparecido, una larga y suave manta yacía extendida sobre la fría hierba, acompañada de una botella de vino y un par de copas, además de algunos bocadillos dulces. Las nubes se alejaron a toda prisa, como si fuesen cómplices de todo el plan de Ryan, para dar paso a la luna llena, añadiendo algo de luz a la atmósfera. A la distancia, los negros bosques que rodeaban Belfast pintaban el paisaje hasta llegar al río Lagan, donde la tierra se partía para encaminar los caudales hacia el mar. Poco se podía hacer para ocultar las luces lejanas de la capital de Irlanda del Norte, sin embargo, terminaron añadiendo su propio toque al momento.