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Azrael1581217 · 31-35, F
— Porque así como fuimos creados para amarnos, nacimos sin la posibilidad de estar juntos. — Apretó su mano, no tan fuerte como lo estaba haciendo Lucifer. — Tengo fé en que merecen vivir, no puedo dar la espalda y si están condenados aún así lucharé por sus almas. — resoplo. —
—¿En qué tienes fe?...— Reclamó, sujetó la mano de su hermana pequeña tan fuerte como pudo, si fuese un simple cuerpo mortal todos sus huesos se habrían roto. Más que el anhelo de un ser amado, era el dominio de quien sabe que pierde lo que le pertenece. —Es diferente, estás atada a mi así como yo lo estoy a ti, por eso no puedo dejarte, así tenga que arrancarte de este sucio mundo a la fuerza. ¿Por qué no puedes hacerlo sencillo y elegirme a mi?
Azrael1581217 · 31-35, F
Azrael negó con su cabeza, sonrió ladina y sin apartar su mano de su mejilla añadió. — No es la tarea que "Él" me dió. He vivido siglos entre los humanos, he aprendido de ellos, he salvado sus almas y guiado para que así puedan aceptarme. Tengo fé en ellos, no puedo simplemente rendirme. — Bajó lentamente su mano, recorrió el brazo de Lucifer hasta tomar su mano. — ¿Lo entiendes?...— se encogió de hombros. — Hubo quienes me llegaron a pedir que me rindiera contigo, tampoco lo hice y ahora míranos...—
Ese contacto le arrancó un suave suspiro. Era la respuesta que esperaba escuchar, más no la que quería. Sintió al mismo tiempo la más ardiente furia y el más profundo amor. —¿Por qué quieres sacrificar tu existencia?... ¿Por qué te aferras a la misión que Él te ha dado? Ya no está, Az, ya no tienes por qué obedecer. Y si la humanidad está ya condenada... eres demasiado valiosa como para permitir que te condenes con ellos.— Colocó su palma sobre la mano del Ángel. Egoísta, se negaba a dejarla ir.
Azrael1581217 · 31-35, F
Amaba a la humanidad, añoraba lo mejor para cada uno de ellos sin embargo Lucifer no podía ver tras todo eso. Azrael permitió que ajustada el vendaje antes de levantar la mirada hacia Helel, alzar su brazo derecho y con su mano acunar su mejilla. — No puedo permitirme semejante egoísmo. Soy Muerte, Helel y junto a la humanidad quiero permanecer...¿Por qué dar la espalda?. Los Nephilim no son mas que seres que no deben existir, son caos, rompen el equilibrio que por mucho tiempo nosotros mantuvimos.
Tardó un momento para responder. Se enfocó en acomodar uno de los vendajes que estaba aflojándose y pese a ser uno de los arcángeles más poderosos, en ese momento Azrael parecía una niña ingenua. —No me mal entiendas, tampoco interferiría en el destino de este mundo. Supongo que si el caos termina por extenderse en la Tierra, simplemente buscaré otro lugar, no dejaré que los infelices Nephilim puedan alcanzarme.— Terminó, y con delicadeza sujetó los dedos del Ángel de la muerte. —No puedo ver el futuro, Az, pero si todo se vuelve cenizas quiero que vengas conmigo. Puedo salvarnos a ambos.
Azrael1581217 · 31-35, F
Dolía, una simple caricia era suficiente para recordar el dolor que aquellos bastardos lograron ocasionar. Azrael cerró sus ojos por un momento tratando de enfocarse en algo más. — Ahora es cuando el destino de la humanidad depende más de nosotros que de dios...— bajó la voz un poco. — Si nos aniquilan...¿Que será del mundo?, ¿Que crees que pase?.
—Te estoy tomando el pelo, hermanita. Luces linda cuando te enojas.— Extendió la mano para tomar entre sus dedos un mechón de ese precioso cabello rojizo, y lo recorrió en una suave caricia. —Amo a la humanidad tanto como tú lo haces, no podría esclavizarla. Eso le corresponde a papá.— Deslizó la mano hacia su hombro, posteriormente recorrió su brazo, recorriendo las heridas que se negaban a sanar por completo.
Azrael1581217 · 31-35, F
Afilo su mirada. No le gustaba lo que escuchaba, si Lucifer estaba bromeando en ese momento, resultaba ser el menos indicado. Azrael dió unos cuantos pasos más, su cuerpo aún tenía vestigios de las heridas del último ataque que sufrió, vendas y parches cubrían sus brazos y rostro. — No funcionará si actúas de esta manera, Helel. —
No pudo evitar soltar una risa corta. —Oh si, pondré a la humanidad de rodillas, en mis manos y a mi merced. Quienes se opongan arderán entre las llamas infernales.

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