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Angel1581201 · 18-21, F
¿Ahora se suponía que seguía sus órdenes?. Incómoda observó un poco más la reliquia antes de volver a cerrar con cuidado el arcón. Acarició suavemente la madera finamente tallada y respiró pesadamente. — Déjame adivinar, todo esto fue un plan para poder llegar a tus alas, ya que si actuabamos antes podrías deshacerte de ellas y así jamás tendríamos semejante poder en nuestras manos. Jamás los traicione , solo aseguré nuestra victoria. — su tono de voz sonó más serio que de costumbre, había bajado una octava volviéndose incluso un poco peligroso. — Si no lo recuperas a tiempo, estarán perdidos. Trataré de conseguir toda la información posible...—
—Sin dramatismo exagerado, Angel.— Apartó la mirada, ocultando así la repulsión que sus propias alas le causaban. —Necesitarán el mismo tiempo y esfuerzo que cualquier reliquia sagrada requiere para comprenderse y utilizarse, hay que hacer que cada segundo cuente, como te he dicho, las recuperaré antes de que tu gente logre siquiera usar una fracción de mi poder.— Hizo un falso brindis individual con su vaso antes de tomar el contenido de golpe. —No pienses. Vas a hacerlo, porque nos ayudará a llegar a la raíz, estoy harta de perseguir sombras y encontrar el cadáver inerte de alguno de mis hermanos me pondría muy, muy enojada.
Angel1581201 · 18-21, F
— Como si fuera tan fácil...— Curiosa siguió la dirección que Lucifer señalaba. Observó el arcón y delineó sus detalles con la punta de sus dedos, podía sentir una gran energía emanar de este. Sus palabras coincidieron con el momento en el que abrió el cofre, sus pupilas se contrajeron al abrir sus ojos llenos de sorpresa. — ¡Quién sabe que puedan hacer con algo así en sus manos! — Toda la calma con la que solía tomar las cosas se fue al carajo cuando realizó esa propuesta. Esas preciosas alas, un tesoro que daría a sus superiores lo que más anhelaban. — No pienso hacerlo...—
—Entonces has que confíen.— Respuestas que no complacían a la Caída, su mal humor había regresado de golpe, se levantó para ahogarlo en el alcohol que ni siquiera lograba causarle estragos. —Levántate y ve hacia el baúl.— Con la mano en la que sostenía el vaso de nuevo lleno de licor, señaló un arcón elegante, finamente tallado en madera, con incrustaciones en oro y piedras preciosas, lo suficientemente ostentoso como para que alguien como el Diablo guardara ahí, a plena vista, un tesoro. —Si les llevas algo que valoren lo suficiente despejarán sus dudas acerca de ti y te darán acceso a la información que necesitamos. Mis alas...— Su propia propuesta le provocó un sabor amargo en los labios. Chasqueó. —Las recuperaremos después.
Angel1581201 · 18-21, F
Bebió completamente el contenido de su vaso, suspiró al sentir el calor en su garganta y cerró sus ojos, inclinando ligeramente su cabeza hacia atrás. — No confían en mi. ¿Recuerdas?. Me estoy jugando el pellejo al buscar fuentes pero a este punto no sé quiénes o cuántos están trabajando para ellos. — sentía pesadez en sus hombros. — ¿Si buscamos a sus proveedores de armas y eliminamos? — miró el techo.
Tomó asiento junto a ella, pensando en sus palabras. Una cosa eran los arcángeles cardinales, y Azrael, otra distinta los celestiales menores. No podía entenderlos, pero definitivamente eran capaces de caer. —Hablaré con mis hermanos al respecto. Si no quieren cooperar, confirmaré por mi cuenta esa información.— Terminó el licor de su vaso, después extendió la mano para dejarlo sobre la mesa central. —Mi hermosa torturadora estará feliz de tener al fin un poco de diversión. Si son los celestiales quienes están armando a los tuyos, entonces nuestro problema es mayor de lo que pensábamos.— Después de un suave suspiro se recargó, apoyando los pies encima de la mesa. —Debes averiguar cuál es el siguiente paso de los malditos Nephilim. No nos vendría mal algo de ventaja.
Angel1581201 · 18-21, F
Aparentemente sabía cómo pedir disculpas, le daba puntos por al menos intentar. Siguió con la mirada a Lucifer, extendió su mano para tomar el vaso con licor y lo acercó con delicadeza a sus labios pero no le dio un trago, primero aspiró el licor percibiendo sus notas. — Ellos no fabrican sus armas, tengo la sospecha que son mismos angeles quienes les están proporcionando las armas necesarias. — probablemente esa información disminuía el campo de búsqueda. — Tendría sentido, muchos perdieron su camino y la cabeza después de que papi estiró la pata. — y por fin dió un pequeño sorbo a su licor, levantó sus dos cejas expresando su satisfacción con el sabor.
Se dirigió al bar, tomando una botella de licor sirvió dos vasos prácticamente llenos, uno se lo ofreció a la joven, otro permaneció en su diestra. —Toda esta situación empieza a hartarme, quiero una vida simple.— Dio un largo sorbo a su bebida, después, sonrió ligeramente. —Angel uno. Lucifer cero.— Dio otro trago. —Tienes razón, estoy de mal humor. Quise decir que no quisiera verte muerta.
Angel1581201 · 18-21, F
Rodó los ojos antes de avanzar nuevamente, pasar a Lucifer y dejarse caer en el cómodo sofá de aquella habitación. Cruzó sus piernas, respiro y enseguida levantó la mirada hacia Helel. — Estamos de mal humor hoy...¿No? — después miró sus uñas. — No quieres que hable u opine, supongo que la información que tengo tampoco te interesa, ni siquiera con mi estirpe debería meterme en asuntos celestiales. —
—Entonces no hables. Eres mucho mejor haciendo... otras cosas.— La recorrió de pies a cabeza, prácticamente tragándosela con la mirada. —No es muy inteligente especular, Angel. Ni siquiera una criatura de tu estirpe debería meterse en los asuntos celestiales.

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