¡Ah! No sabía si le estaba agarrando cariño a esa forma suya de simplemente pasarle el dedo por el labio inferior o comenzaba a odiarlo, es que... ¿Qué quería decir? ¿Era como una forma de memorizar lo que mis labios dicen? ¿Qué? Había terminado un poco confundida o quizá mucho, pero prefería no darle más vueltas al asunto y simplemente disfrutar que no había reaccionado mal a aquella confesión y que por el contrario pareció que le había gustado. —

Mierda, eso fue lo más raro que he probado nunca. —Pero igualmente lo había hecho, le había seguido el juego y ahora parecía más un recuerdo gracioso. Detuvo su caminar cuando la escuchó... ¿Fue correcto? ¿No estaba soñando? ¿Le dijo que lo quería? ¿Querer como? ¿Querer... querer? ¿Cómo se responde a eso? Él... ¿Él la quería también? De haber sido un aparato, se hubiera fundido. Solo atinó a alzar la mano y acariciarle el labio inferior con el pulgar, como ya se hacía costumbre.— No voy a correr, ahora vamos a casa. —Ella no lo sabía, pero guardaría este como su mejor recuerdo.—

Ah, mis gustos te han influenciado, pero aún no entiendo por qué las papitas con chocolate no te parecen ricas, fue el mejor experimento/antojo de mi embarazo. — Por un momento lo miró con cierto rencor por el hecho de que rechazará aquel manjar suyo pero luego volvió a pensar en lo que estaba por decirle. Tragó saliva como si se tragara así mismo los nervios que sentía. — Te quiero. Tienes que saberlo.

—Soltó una pequeña risa, un poco fluida aunque discreta.— ¿Y qué no se dice así? ¿"Estamos embarazados"? Además tus antojos son ricos, hasta eso, tienes buenos gustos. —En parte lo dijo con cierta arrogancia, como si se refiriera a él mismo en el paquete. Sorprenderse a sí mismo estando en situaciones así junto a ella era habitual, iba del brazo, caminando despacio como ella lo hacía, con una maleta en un hombro... Se sentía motivado, ellos eran un motivo distinto que solo odio, era... No sabía cómo describirlo, pero le gustaba sentirse así, con un sentido.— ¿Salir corriendo? Vivimos juntos, ya es tarde para eso. —Intentó ocultar el nervio que le produjo con una broma sosa, aunque por dentro se tensó... ¿Qué quería decirle para hacerlo prometer eso?—

Pero... Deberías dejar de terminarte lo que dejo, es que... Ya estamos pareciendo dos embarazados. — Quiso bromear con él aunque seguía muerta de nervios porque algún comentario suyo lo tomara a mal. Así que río entre dientes mientras se sujetaba de su brazo al caminar. — Lesz... Tengo que decirte algo pero me da miedo que quieras salir corriendo... ¿Prometes no hacerlo? — Ella estaba acostumbrada a que los sentimientos se decían impulsivamente, en cuanto los sintieras, sin embargo, sabía que con él no era ni debía ser así, eran de familias distintas... Con costumbres diferentes. Pensamientos distintos. Entornos distintos. Todo distinto. Y aún así comenzaba a quererlo ya, confiaba en él, parecía ser distinto a los rumores que rodeaban a los Westen y que intimidaban al resto de los clanes.

—"El amor te hace débil" repetía su mente, esa parte más primitiva que estaba condicionada por su familia, no estaba educado bajo los sentimientos, no como la familia de Nathalie, él estaba formado para ser el mejor y aplastar a quien fuera para conseguirlo, familia o no, debía demostrar que era el heredero predilecto... Pero todo se fue al traste desde que la conoció.

Aunque si era sincero consigo mismo, empezaba a disfrutar de su visión de la vida, al inicio la creía fácil de manipular, pero ahora analizaba su conducta y sentía envidia de lo pura que llegaba a ser. ¿Quererla? Tal vez empezaba a respetarla más y eso era igualmente peligroso.— Puedo comprar ambas, después de todo a veces tengo que terminarme lo que ya no te acabas. —A veces intentaba sonar igual que antes, áspero, pero dentro de esa capa de hielo que tenía, surgía un pequeño claro para ella y el bebé.— Andando. —Apremió porque la médico los miraba como la pareja joven que eran y él no quería aceptar.—

Claro que Nathalie comenzaba a sentirse bastante confundida, había escuchado las historias y reglas qué los Westen tenían, sus creencias, sus exigencias... A decir verdad aún no podía creer como fue que terminaron juntos aquella noche. Y sin embargo aquí estaban, a punto de tener un hijo los herederos de ambas familias, vaya lío.
La mente de Nathalie solo daba vueltas, siempre esperaba un poco de negatividad por parte de Lesz, y al principio era así... Pero ahora... Lo notaba cambiado y le agradaba, le gustaba... Y eso le daba miedo, por primera vez sentía miedo de querer a alguien y eso era lo que más la tenía confundida. — Solo las fresas... O bueno, ¿unas papas fritas? Es que como que también quiero algo salado... ¡Ay de mi!

Bueeenooo, será como mamá diga. —¿Se escuchó bien? ¿La llamó "mamá"? Nunca había cambiado la manera en que se refería a ella, era "Nath" a secas y punto, pero ahora... Ahora era algo más para él.—

¿Quieres algo más? —Ya estaba a punto de darse un golpe en la frente por mostrarse tan preocupado por ella cuando la médico indicó que las fresas estaban adecuadas. Leszek asintió en silencio, tomó la maleta y luego le tendió el brazo a Nath, sin decir ni pio. Era un esfuerzo muy grande no ser un bruto... Y era peor que empezara a disfrutarlo, a sentirse bien ser tan suave con ella por el bien común del bebé.—

Shh, no. Este niño se portará bien y se quedará hasta el día que debe. — Dijo con un tono serio, como si regañara al bebé, aunque aún así sonaba bastante tierno y cariñoso, justo como a ella siempre le llamaron la atención. —

Ahorita que vayamos a casa ¿podríamos pasar por unas fresas? tengo un poco de antojo... — Se mordió los labios nerviosa por que la doctora o Lesz dijeran que no podía comerlas por alguna razón.

—Agradeció mucho que dejara pasar su entusiasmo como si nada, para él, eso había significado mucho, un buen recibimiento a decir verdad.
En ocasiones, parecían llevarse silenciosamente bien, como si no decir nada fuera el mejor de los cumplidos, como justo ahora, él la ayudaba a reincorporarse sin que se lo pidiera y no rehuyó de la cercanía entre ambos.— ¿Puede nacer antes, no? Es decir... Es muy inquieto, tal vez quiera saludar antes de la fecha. —La médico lo afirmó, así que les volvió a insistir en estar listos ante cualquier cambio en Nathalie.—