Siempre que Kayley proponía ayudar algo en la joven noble le hacía dudar, no conscientemente pues su historia no era algo de lo cual la semi-elfa tuviera la culpa. Liviet hacia las cosas sola porque debía dar resultados, debía hacerlo bien para sentirse realmente útil y eficiente pero al menos está vez, quizás por primera vez en todo el tiempo que llevaba viajando con Kay. Asintió. — Vayamos juntas entonces. — Tomó su mosquete, su morral en dónde cabían un sin fin de cosas a pesar de su tamaño y comenzó su andar. Trabajar en equipo no podía ser tan malo, Kay además lo hacía con la mejor intención aunque se la pasará molestando con apodos raros o comentarios fuera de lugar.
—Eres tan... precavida.— Kayley confiaba demasiado en su ascendencia élfica, en que su metabolismo le permitía tener una resistencia mayor, pero debía recordar que ya no viajaba sola, y que una humana necesitaba tres comidas al día, no comerse un conejo entero por la mañana solo por glotonería. Se colocó el carcaj y tomó en su mano el arco antes de sonreírle. —¿Y si vamos juntas? Puedo cazar un par de gorditos y bonitos conejos extra para intercambiarlos por una buena ración.
— El conejo es rico en grasa y nutrientes, pero necesitaremos más que eso para sobrevivir nuestro próximo viaje. — se levantó de su lugar y tomó su morral. — Iré a conseguir pan y algo para mas para acompañarlo y hacer rendir mucho más nuestra comida. — Si algo había aprendido de sus mentores era la importancia de mantener una buena alimentación para ser más efectivo y no perder energía tan rápido.
Se golpeó ligeramente la frente con la mano, aprovechando que estaba de espaldas a ella. —Quise decir que voy a cazar el almuerzo... ¿Conejo? ¿Te gusta?— Se concentró en buscar su arco.
¿Había hecho algo mal?, ladeó su cabeza con curiosidad e hizo una pequeña mueca. — ¿Trajiste ya la cacería entonces?...¿Quieres que te ayude a prepararla?
—V-Voy a almorzar la cacería.— Ni supo que fue lo que dijo, solo que a veces esa chica lucía de lo más... mejor señaló la puerta con su pulgar antes de girarse sobre sus talones.
