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La chispa de la risa nació cuando el agua la empapó, pero cuando Liviet rio, él no pudo evitar dejarse arrastrar por tan tremendo incendio que la de hebras rosadas provocó; así era él, tan vulnerable a los sentimientos ajenos. A pesar de todo, más allá de las miles de vivencias resguardadas en recuerdos, ambas eran cálidas como las personas diseminadas en los reinos; amaba eso, por eso rio, porque juntos acabaron de crear un momento perenne.

Dejó la cubeta a un lado mientras continuó riendo, su rostro desvió dado a que alguna parte de su cuerpo le dolió debido a las carcajadas.
LivietVorhen · 22-25, F
Lo siguió con la mirada, una parte de ella quería pensar que no lo haría pero en verdad...¿Por qué seguía teniendo fe en esos dos?. Se levantó de su lugar y extendió su mano para pedirle no lo hiciera pero fue demasiado tarde, Liviet miró en otra dirección y encogió sus hombros sintiéndose culpable por haber incitado a eso. La verdad el arrepentimiento le duró muy poco, cuando volvió la vista a Kayley ahí empapada fue incapaz de contener una risa corta, seguida de una más larga hasta que estalló en carcajadas. Podía parecer aterrador pero genuinamente, Liviet estaba riendo.
Estaba mimi, que otra cosa si no, tan plácidamente que parecía increíble haber pasado una noche completa sin pesadillas. Incluso roncaba... de una forma no muy delicada, mientras en su mente estaba en un mundo idílico, con flores, mucha cerveza, chicas lindas, chicas lindas dándole cerveza... pero entonces una ola enorme apareció, Kayley pegó un grito y se levantó de golpe, dando de manotazos sin entender en primera instancia qué estaba sucediendo, hasta que vio al mostro frente a ella.

—¿QUÉ TE PASA ANIMAL? ¡NO SE DESPIERTA A LA GENTE ASÍ! ¡CASI SE ME DETIENE EL CORAZÓN!— Y no era mentira, su corazón latía demasiado de prisa. Pronto sintió el frío y empezó a temblar.
—Un antiguo héroe dijo una vez: «sin miedo al éxito, mi rey» —inspirado por esa frase tan bien conocida por los aspirantes a aventureros de todos loa reinos, él se acercó a paso sospechosamente veloz a la cubeta, con malicia atroz la acarreó hacia dónde la susodicha mamifera dormía y tras una última mirada que pretendió complicidad con Liviet arrojó la helada agua a Kayley— ¡Arriba que son las mañanitas, mija! —exclamó con un acento foráneo muy particular.
LivietVorhen · 22-25, F
Sentía que había dejado ver mas de lo que debía, aunque a ese punto sentía sus emociones a flor de piel como si la liberación de aquella entidad hubiese roto las barreras que existían entre la rebelde y el mundo, presto atención a sus palabras y después siguió su mirada hacia aquella cubeta desgastada. — Oh...¿Seguro que quieres hacer enfadar a quien va a conseguirnos comida? — levantó una ceja y sonrió de manera tenue, en el fondo aquello sonaba entretenido...más bien ¿Divertido?, Si, quizás era eso...sonaba divertido.
A veces, declaraciones tan simples eran capaces de comunicar más de lo pretendido, se sorprendió un poco por esa muestra de genuina humanidad por parte de ella, por primera vez (ante sus ojos) Liviet se mostró como una aventurera más, que rehúye de la soledad en su travesía, con todo lo que esto implica. Le mostró una sonrisa tenue, amistosa dentro de sus posibilidades, no se ofendió siquiera por asomo ante su comentario inicial, él sabía eso, no sería tan entretenido si fuese lo contrario—. Muy bien, pero yo decido como despertarla —finalmente volvió la malicia, su mirada se posó la sobrante agua que recogieron el día anterior, esta se encontraba en una cubeta desgastada.
LivietVorhen · 22-25, F
Lo miró extrañada y al final solamente dejó escapar una risa corta, verdad o no aquello le pareció gracioso. Se removió un poco en su lugar encogiendo una de sus piernas, abrazándola con ambos brazos, encogiéndose un poco. — En ese caso te dejaría a ti. — Soltó sin ninguna duda. — Kayley había arriesgado mucho por Liviet desde un inicio por lo que abandonarla no sería una opción, nunca más. — Admito que antes lo había pensado, planeaba irme y simplemente dejarla. Pero creo que me aburriría con tanta seriedad en mis viajes. — Estaba en deuda con ella, le había salvado la vida en más de una ocasión. — Así que Kay se queda y pronto hay que despertarla. —
Se limitó a asentir, era lógica la propuesta ajena respecto a la sutileza. La notó peculiarmente reflexiva, cuidadosa en su accionar, algo tensa; estuvo a punto de preguntar, pero ella desveló una situación que iba a atentar por completo contra aquella tranquilidad entre ambos... ¿Cómo decirlo? Si eran ellos dos, las cosas eran más sensatas, pareció Gaikos adaptarse a quienes estuviesen junto a él y, Kayley, siempre implicó el despertar de una actitud "estúpida"— ¿Eh? ¿Tenemos qué? —preguntó con la amargura más grande en su rostro y con la indignación a flor de piel, bastó con nombrarla para cambiar el tono de voz y que su cuerpo realizara una mueca de espanto exagerada— ¿No podemos dejarla aquí?
LivietVorhen · 22-25, F
Negó con su cabeza a aquella petición. — Si eres capaz de detectar cosas pensantes eso quiere decir que también pueden detectarnos a nosotros ¿No es así?. — Miraba al frente, parecía más pensativa que de costumbre. — Hay que asegurarnos de mantener un perfil bajo...— mucho mas ahora que su familia sabía que su retoño no estaba muerto, temía por ser localizada. — Deberíamos despertar a Kayley, está durmiendo demasiado, debería ir por comida como penitencia.
Su comentario le hizo inspirar con profundidad y extender sus delgados brazos hacia arriba, en un perfecto ángulo recto, exhaló con exagerada holgura, así supo demostrar su gusto con esa tranquilidad—. Un poco, pero es agradable —sonriente la miró una vez ella se sentó, una pequeña risa se le escapó, algún pensamiento estúpido, seguramente— ¿Quieres que verifique que estemos solos? Puedo detectar cosas pensantes a cierta distancia, Kayley incluida, aunque no lo creas.

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