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—Quién necesita el amor de una tonta loba o de un tonto... algo, cuando se puede ahogar en dulces.
 
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AryaBianco · F
Tratándose de las virtudes de un lobo, Lillia daba pena; pero en cuanto a tenacidad, no tenía nada que envidiarle a los lobos del clan. Al notar que Lillia no apartaba la mirada, una clara señal de desafío, una mezcla de ira y deseo provocaron que su sangre se calentara y viajase más aprisa por su cuerpo. Detestaba que su omega no cediera, pero también lo encontraba fascinante.

—Te olvidaste tan fácil de mí, y buscaste refugio en otros brazos. Si desgarro a quienes te sostuvieron, querrás volver a mí con la cola entre las piernas...— se le dibujó una sonrisa, encantada por la pobre excusa de empujón de Lillia. La empujó con brusquedad contra el respaldo del asiento, obligándola a inclinar hacia atrás la cabeza. Con la mano libre, se levantó el descuidado cabello albino, evidenciando la cicatriz del ojo.

—¡No sabes nada! ¡Mira lo que hice por ti!— se sentía dolida, pero sobretodo, furiosa. —Arrancaré la vida de tu amada serpiente, justo como hice con nuestro antiguo líder.
Lillia · F
—Porque si le haces daño no te lo perdonaré nunca.— La miró hacia arriba, estaba en completa desventaja. Si Arya quería, podría clavarle los colmillos y destrozarle la garganta ahí mismo, presa de aquélla locura que veía en sus ojos y resultaba un placer culposo de provocar.

—¿Un par de meses?...— Y a pesar de su posición, su voz aún sonaba como un reclamo. —Pasaron seis meses desde que me exiliaron. Y si, bastó ese tiempo de vivir en la basura para tomar la mano de alguien que me ofreció ayuda. Quizás para ti, con tu mesa llena de comida y un lugar caliente donde dormir el tiempo no fue importante.— Con recelo habló, y al final trató de empujarla, ni siquiera tuvo un poco de éxito, ella era mucho más fuerte. —Si quieres saber con quién más me estuviste compartiendo tendrás que ir con Synne y preguntárselo tú misma.
AryaBianco · F
La fuerza con la que se impuso sobre ella era notoria; claramente esto ya no era un juego para Arya. Al no querer lastimarla, se colocó encima de ella, apoyando las rodillas a sus costados sobre el amplio asiento.

—Dime un solo motivo para no ir a matarla— su mirada era intensa, sus instintos la hacían mantener contacto visual para imponer dominio. —Yo te protegí toda mi vida. ¿Bastaron un par de meses para tirar todo eso a la basura? ¿Con quién más te estuve compartiendo?— inquirió, ignorante de que comenzaba a alzar la voz.
Lillia · F
—¡No, qué haces!— Exclamó. Justo estaba tomando otra golosina que tuvo que soltar debido al fuerte agarre en su brazo. Quería apartarse e incluso luchó, pero Arya era demasiado fuerte.

Desdeñosa la miró, sus orejas se inclinaron hacia atrás, en un movimiento involuntario. Notó la forma en el que el pelaje albino de la cola de su alfa se erizaba, eso le hizo sonreír incluso más, a pesar de todo que la celara de esa forma le hacía sentir deseada por aquella que desde que era una cachorra habia amado. Y quería sentirlo aún más.

—Bueno... ya lo sabes.— Susurró. —Hay otra alfa en la mansión de Synne. Una que fue amable y me prometió cuidar de mi.— Una verdad un poco retorcida, la loba cuidaba en realidad de todas por órdenes de la serpiente.
AryaBianco · F
—No me gusta que juegues de ese modo— al no ser tan lista y astuta como ella, se sentía terriblemente expuesta. ¿Es así como Lillia solía sentirse a la hora de actuar como un lobo?

—No es necesario que cooperes— a pesar de que por dentro estaba hecha una furia, su rostro no revelaría su verdadero sentir. Se acercó a ella, y de forma brusca sujetó su brazo. Sin preocuparse por violar su espacio personal, comenzó a olfatearla desde la muñeca, después el brazo, y finalmente cerca del cuello.

—Una víbora, un herbívoro, y...— su cola se erizó en el instante que captó la fragancia de otro lobo.
Lillia · F
Estaba orgullosa de haberla hecho enfadar, tanto que se acomodó en su asiento como un cachorro perezoso y tomó una fresa, llevándola a sus labios, sonreía ligeramente.

—¿Y si no quiero decírtelo vas a obligarme?
AryaBianco · F
—Así que te referías al amor de OTRO lobo, huh...— está tan atenta a Lillia, que el dulce que arroja lo captura casi de inmediato. Olfatea la golosina, arrugando con disgusto la nariz y el entrecejo.

—Dime de una buena vez de quién se trata, ¿quieres?
Lillia · F
—...— Gasp.

Ofendida, hasta avienta el dulce que tenia en la mano.

—Ni siquiera hablaba de ti.
AryaBianco · F
—Tonta tu cola.

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