Lene1576088 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
|| canon - semi canon - au - no +18 ||
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
HectorDumitrescu · 26-30, M
Capítulo I
Crónicas de Styria.

la vida es un incontable relato de emociones sin definición; te puedes alzar desde lo más alto de un balcón; observar las galaxias y sentirte en la imensidad de júbilo de tu corazón. No obstante, a veces también se encarga de aplastar hasta el alma más soñadora con el peso de la realidad. Cruda o mayéstica, al final no hay ninguna diferencia, sólo caminos que como el humano que es, entre el infierno y lo mundano, debe recorrer.

No iba a negarlo, no pasaba por sus mejores días. Su corazón se rompió en añicos en aquel momento en que el anillo sentenció su libertad y lo envolvió entre las garras del cuarteto de Styria, sirviendo sus ambiciones despiadadas. Pero lejos de lo que significaba ser el sirviente de una causa a la que no apoyaba; lo que más afligia a su débil corazón; sería la puñalada directa a su pecho que significó la traición de Lenore.

Podía sentirlo como la caricia de una rosa que terminó por enterrarle sus espinas no sin antes ofrecerle un poco de su apasionante fragancia. Lo enamoró y lo destruyó en un abrir y cerrar de ojos. No importaba que tanto se resistiera ahora yacía inerte ante el servicio de la pelirroja y sus hermanas.

Llevaba días sin desear comer, beber, si quiera vivir... Ni la estrellas ni la vida silvestre. No había canto de ruiseñor ni cobijo de sus obras que pudieras aliviar a su amargo corazón. ¿Cómo iba a sentirse sino? Si había conocido primera vez una sensación tan embriagante como el amor para luego ser golpeado ferozmente por la desdicha de la mentira.

Malditas seas... ¿Por qué no matarme? ¿Por que no acabar conmigo y mi agonía de una vez? —Murmuró para sí golpeando el escritorio frente a él. Sus puños cerrados temblaban. No tenía fuerzas suficientes y sus ojos yacían cansados de apenas dormir por escasas horas. No cabía duda que la peor enfermedad del ser humano era la melancolía.

Observó de reojo la noche desde su ventana. El astro plateado danzaba con apenas el cobijo de un par de nubes; era hermoso pero no lo suficiente para que su alma se aliviara. Era peor aun, la luna tenía un ligero destello del que juraba traía el recuerdo punzante de la vampiresa. ¿Cómo podía arrancarsela de su corazón? ¿Cómo odiarla sin amor? No tenía idea, sólo quería escapar, entre sus sueños y no volver jamás...