— Oh Héctor, no te equivoques. Yo sé que eres mucho más que un forjador. Pero lo digo por tu bien. Si haces enojar a Carmilla, no estoy segura si vaya a poder salvarte de ella. Obviamente quiero un buen ejercito, pero creo que ver avances seria bueno. Además, accedí a sacarte a pasear. ¿Necesitas algo más? —

— Es porque te estás enfocando únicamente en mi labor como forjador. Pero soy mucho más que eso, al menos eso quiero pensar. Además... Sin inspiración, la forja no tendrá la misma calidad. ¿Quieren un ejército que valga la pena no?

— Pides demasiado y das muy poco, Héctor. Pero acepto con la condición de que después te pondrás a trabajar. —

— No conozco mucho este sitio pero, desde la ventana vi un pequeño lago. Me gustaría ir allí. ¿Podemos?

— ¿Y que tienes planeado? —

— Trataré de confiar en tus palabras aunque no puedo evitar dudar. Sin embargo, justo ahora tenemos paz, así que aprovecharé.

— Entiende de una vez que mientras estés conmigo, Carmilla no te hará nada. Especialmente si sigues ordenes. —

—Jugaremos en el bosqué, mientras Carmilla no esté aquí, porque si Carmilla aparece.... ♪