Arrastrarlo con él había sido una proeza, una baja y desalmada proeza. No sólo había arrancado al Lan de su hogar entre las nubes, lo mancho, lo contaminó y lo volvió alguien despreciable para el resto del mundo. Porqué si nadie quería a Lan Wangji, Lan Wangji no podría irse y permanecer junto a Wei Wuxian sería su única opción.

Wei Wuxian era un demonio porqué no solo volvió a Lan Wangji el enemigo del mundo, sino que volvió al mundo el enemigo de Lan Wangji. Wei Wuxian luciría enfermo, cansado y miserable si eso alimentaba el rencor del jade por todos y todos.

Wei Wuxian era un demonio, pero mientras tuviera a Lan Wangji consigo estaba bien con su propia naturaleza egoísta.