Otra suave risa brotó de sus labios, volvió a repartir besitos por su rostro sintiendo claramente aquella erección presionandose contra su muslo. Tan adorable y tan pervertido, era un combinación perfecta
—Esta bien, me la pondré para ti—tarareo liberándolo del abrazo que mantenia alrededor de su cuello, aún así no se levantó de su regazo y solo bajo sus manos a los botones de su propia camisa comenzando a desabotonarlos uno por uno—Pero primero debo quitarme esto, tal vez ¿Lan Zhan podría ayudarme?~

Volvió a dedicarle una sonrisa traviesa y jugó con el botón entre sus dedos, la posición y lo holgado de la camisa permitía una vaga vista de aquella rosada protuberancia que a su pareja tanto le gustaba molestar y por supuesto que Wei Wuxian utilizo esto, inflo un poco más su pecho observando como los ojos dorados brillaban con hambre; como si un exquisito dulce le estuviera siendo ofrecido, y de hecho, así era.

—Lan Zhan ¿Me ayudarás a desnudarme?