muerto. Sin duda aquél noble faerus no es nada parecido a sus hombres. Ellos no lo igualan ni de lejos.
Pese a ello, realmente se regocija y disfruta de aquella sensación. Añoraba un poco de la adrenalina y tensión que sentía cuando era un asesino clandestino, al ser perseguido por los Paladines experimentados en ése entonces. Al igual disfruta la sensación de júbilo por haber burlado al sujeto. Es obvio para él que sus subordinados sólo investigaron a Ellian y no se molestaron en averiguar que hay otro príncipe. Un chico que fue no más que un bastardo toda su vida y que, al ser novedoso en la corte, casi no se sabe de él en nombre, ni en historia. Incluso pocos lo asociaría con el capitán del Escuadrón de Asalto; mucho más resulta desconocido su pasado como el Bélico Errante; y sólo sus hermanos y camaradas de batalla sanen que él puede emplear el conocimiento de las runas del Tyerd.**