──Oh Fei, si tuviera mi carácter no dirías eso. ── Pero por lo menos le ha hecho sentir alagado y especial a su manera. ──He de admitirlo, me alaga mucho que.me guardes tantas esperanzas.── Y con las esperanzas se refiere a que dice que sería encantador. ── Admito sí, que mucho del carácter y forma de ser que tienen los niños tiene que ver con la genética. Así que si por ejemplo tú tuvieras hijos conmigo en verdad saldrían preciosos. Probablemente si corran y jueguen por doquier, no habría forma de detenerlos y no podrías hacerlo tampoco cuándo te miren y te hagan carita tierna para que los dejes jugar unos minutos más.── A base de la experiencia le habla, mientras ante el tacto ladea la cabeza suavemente y se le acerca dos pasos con sigilo. Lo suficiente para cercar el rostro al del menor e inclinarse un poquito más en afán de alcanzar sus labios. Solo un dulce beso le dió y eso era suficiente para hacerlo sentír bien y que la atmósfera se torne más íntima y familiar