—Al pensar que fue suficiente, pretendía apartarse, pero no pudo. El firme agarre lo hizo apoyar ambas manos contra el torso ajeno, volviendo el carmín a su rostro aunque no se negaba a ello, totalmente perdido en aquel beso al punto de flaquear sus piernas un poco y liberar pequeñas oleadas de su aroma a vainilla. No, no estaba actuando por el celo, eso le quedaba claro, era algo más y, al separarse de los labios ajenos, se quedó mirándolo casi con expresión embobada, subiendo una de sus manos para acariciarle la mejilla.—
Pensaba robarselo y huir pero ya no lo permitieron, Su idea era quizá molestarlo un poco pero en cambió acabó muy enganchado al sabor de esos labios. Por lo que acabó mordiendole los labios y es aquí donde se nota que es algo demandante cuándo se siente provocado ya qué en algún momento acabó atrayéndolo más hacía él y haciendo que se apoye sobre su cuerpo. Incluso sus manos habían rodeado la cintura del menor para apegarlo a él. Quizá no sería buena idea tentar demásiado al viejo dragón. Mismo que al separarse de tal beso acabó relamiéndose los labios. ── Que dulce. ──
—El beso lo tomó por sorpresa. ¿Cuantas no le daba ese dragón? siempre lo tomaba con la guardia baja y, esta vez, le dio por vengarse a su modo. A pesar del sonrojo insistente, se terminó acercando lo suficiente para reclamar por ese beso fugaz, como una devolución ante lo robado, pero aprovechándose para durar un poco más contra sus labios.—
── Que me corten la cola y me arranquen las garras si te fallo. ── Una frase ironica acompañada por una sonrisa mutua. Era como decirle un "Antes de fallarte prefiero estar muerto" ── Es una promesa Fei. ── Aunque no le gustara la palabra "promesa" tan manchada por el ser humano con su deslealtad. Él cumpliría. Se tomó el atrevimiento de acercarse y darle un beso casto sobre los labios, casi robado, fugaz, como si Fei aún fuera un pequeño para él.
—Volvió a sonreír ante sus palabras, bajando la mano y tomando la ajena suavemente, llevándola a su pecho sin soltarla mientras posaba la otra por encima igualmente.—
¿Es una promesa?
—Musitó, pues la lealtad en ellos era muy distinta a los humanos. No tardó en colocar una de sus propias escamas en la palma ajena, mirándolo fijamente.—
¿Será que lo está torturando un poco? La cercanía cada vez se hace inminente entre ellos, la forma en la que él cuida de el menor es agradable incluso para él mismo que es el que obra. Cuándo lo notó lo estaba oliendo de nuevo. ── si me tienes Fei. Te ayudaré en lo que más desees... ──
—Debía admitirlo, desde que llegó y, aunque fuera muy poco el tiempo compartido, se sentía bastante más seguro de sí, de volver a su naturaleza contenida tanto tiempo. Una suave sonrisa volvió a sus labios, encogiéndose ligeramente de hombros hasta que sintió ese suave gesto cariñoso, el cual recibió con gusto pero sintió un escalofrío al instante. El rubor tiñó sus mejillas de nuevo, llevando la mano a cubrir su oído por la sensibilidad de este, añadiendo que era aún mayor con su celo manteniéndolo en constante tortura, agradecido que faltaban pocos días para terminar.—
Al menos... s-sé que te tengo aquí para ayudarme, Kou~
──Eso va a complicar un poco las cosas pero desde que llegué avanzaste mucho. ── Por que por lo menos pudo verlo en su forma de dragón. Seiryū se acercó al menor y rozó su nariz contra la cien del menor. Le emitió un pequeño sonido similar a un ronroneo, y dejó salir un poco de aire tibio en la oreja ajena sin querer. ── No te preocupes, todo estará bien. De a poco irás avanzando. No todo se puede de un día al otro.──
