— Están todos dentro en una de las habitaciones, hay varios hombres protegiendolos.- Fue lo primero que hizo nada mas comenzar, llevarse a dos con él a que lo ayudaran a proteger a las más ancianas y niños.
Cuando comenzaron a retirarse y escuchó al alfa, se quedó quieto y asintió con la cabeza. — Te ayudaré con ello Kou. Primero iré a ver si los demás están bien.- Guardó su espada en la funda y marchó hacia adentro rápidamente. Debía asegurarse de que los niños y las mayores estuviesen bien. Llegó a la puerta y no estaban los hombres que deberían custodiarla, pero había algo de sangre. Abrió lentamente la puerta, todos estaban dentro sanos y salvos pero faltaban esos dos. Tomomi hizo una señal de silencio con su dedo y volvió a cerrar cuidadosamente. Emitió un suave gruñido para avisar a los alfas de que algo no estaba bien ahí.
Lo sorprendieron por la espalda y de milagro no fue atravesado pero si se llevó un corte en el brazo. Se quejó obviamente y se puso en guardia. Cuando lleg