¿En serio? ¿Quiere decir que mientras yo estaba aún con mis dos piernas tú ya estabas partiendo creaneos?! su-goiiii!

-se quedó un poco helada cuando él habló de matar y luego ladeo su cabeza de un lado a otro-

Meh! Matar o no matar, da igual, son ellos o tú y siempre estaré yo por encima que delincuentes tarados que solo quieren dañar inocentes.

-empujó con más fuerza su silla, no estaba ella para decirlo, pero a pesar de su corta edad ya sabía lo que era sobrevivir, cuando él comenzó a empujarla colocó sus manos sobre su propio regazo en berrinche y señaló un callejón medianamente angosto, completamente tradicional, en el lugar, no había turistas, era un restaurante pequeño que curiosamente tenía una rampa de madera para entrar con silla de ruedas y en una orilla había bastante espacio para que Aika y la silla no estorbaran, quien atendía era un ex yakuza, él cocinaría lo que le pidieras si le llevaras o tuviera los ingredientes.-