¿De verdad eres capaz de comprar regalos que pueden ofender a alguien? Uhmmm... Mira, yo no quiero regalos ¿Ok? —Bromeó y pudo reírse un poco, dejando que un suspiro escapara luego de aquello. Se acercó más a él tan solo para asentir ante el plan que ofrecía y aprovechó para empezar a comerse el bastón de caramelo que quedaba para ella.— ¿Quieres que sea en mi casa o en la tuya? ¿Deberíamos invitar a alguien más? Me gusta estar contigo pero esas fechas son para pasar en... Con gente ¿Cómo ves? —Se acercó lo suficiente a él para quedar solo a su lado.—
Deberíamos ir juntos, si. Soy muy bueno comprando regalos que ofenden a las personas, una segunda opinión me vendría bien. —La costumbre le hizo dirigir la mano hacia su propia mejilla, sólo para darse cuenta que no tenía barba para rascar en esta ocasión.— Cena, intercambio de regalos y pijamada, sino no quiero nada. Podemos comprar los regalos y los ingredientes para la cena con anticipación. —Estaba dispuesto a sacrificar la adrenalina de hacer todo a última hora para organizar algo con ella, por alguna razón la idea lo tenía animado.—
Nunca he comprado regalos, así que podría acompañarte. Tengo unos cuantos amigos que tal vez quieran regalos y podría aprovechar, y... —Se quedó pensativa un momento, pensando que más podrían hacer.— Podríamos cenar ¿Te gusta el plan?
¿Además de comprar regalos de última hora para un montón de gente sólo por si a ellos se le ocurre darme algo y así tengo con qué responder? Nada. —Exclamó con calma, partiendo un pedazo del bastón con los dientes. Tras recordar que ya no estaba solo, agregó.— Deberíamos hacer algo, ¿deberíamos hacer algo?
¿Qué recuerdo? —Se quedó pensando un momento, en realidad mucho no era lo que recordaba.— Celebraciones de cuando era pequeña, después todo fue trabajos en cada día del año, pero ahora es diferente, tengo más razones para que me gusten las fechas. ¿Qué harás para navidad?
Regalos, gente cantando, viejos gordos que trabajan una vez al años. —Enumeró un puñado de cosas con las que relacionaba esa época, ninguna parecía interesarle demasiado. Se llevó a la boca el bastón de caramelo que acababa de recibir.— Mmh... Me gusta la nieve, si de algo sirve. ¿Qué recuerdas tú de la navidad?
