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[code]The legend that Artorias repelled the Abyss
only told half the story.
It seems that he was defeated, and his
honor preserved, by some unsung hero,
who is the true victor of the Abyss.[/code]
[/center]only told half the story.
It seems that he was defeated, and his
honor preserved, by some unsung hero,
who is the true victor of the Abyss.[/code]
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SIR ARTORIAS
[med]THE ABYSSWALKER[/med]
Sir Artorias had been also known as Knight of Gwyn before the Fall. Such a man was a holy warrior with an unbendable will of steel and unmatched skill with a greatsword.
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[code]... Heroes do not last as they would desire; men cannot comprehend their greatness.
When heroes die, or turn into their own abyss, they leave their grievous pasts as stories to tell.
At the end of the day, men remember tales to comfort themselves, alone in that hopeless land where there is no hope, a hope which died along those heroes.[/code]
When heroes die, or turn into their own abyss, they leave their grievous pasts as stories to tell.
At the end of the day, men remember tales to comfort themselves, alone in that hopeless land where there is no hope, a hope which died along those heroes.[/code]
''Soon... I will be consumed... by them, by the Dark.''
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La caída de Sir Artorias perdura en la palabra, mas yace perdida en décadas siendo narrada; aquellos, con noción del tiempo, fueron los primeros en perder la cordura. Cada uno conocerá de ella una historia diferente, con sus mitos y verdades parciales, pasando a ser una leyenda que muchos consideran lejos de ser real.
Se dice que hay una historia auténtica entre tantas versiones y, sin embargo, no se sabe quién puso fin a las falsedades; quizá fuera un allegado al caballero, o un clérigo devoto a descubrir los secretos de Lordran.
El fin comenzó con Ooacile, lares que compitieron incluso con reinos debido a lo brillante que fue. Fue una ciudad a la que pertenecieron célebres hechiceros y todo clérigo o estudiante relacionado a la magia debía forjarse allí; aquellas tierras construyeron sus cimientos sobre una dura disciplina de trabajo y domino en todos los ámbitos de estudios mágicos, hasta en la misma investigación.
La ansia de conocimiento de sus ciudadanos llevaron al despertar de lo que no debía surgir.
Manus, una bestia del abismo que una vez fue hombre y quedó enterrado en los cimientos más profundos de Ooacile. No importó lo tan secreto para ser ocultado durante milenios; la ambición de descubrir provocó el fin de su sueño.
La ciudad se hundió en una oscuridad pútrida, que con ella se llevó a todo el que tuviera por delante. No importó qué cargos llevara la persona o qué llevaba en su sangre noble o pobre, la locura lo carcomería y surgiría un engendro errante. La civilización del saber era cimientos de cadáveres y destinada al olvido.
Sir Artorias y Sif marcharon en el fin de Ooacile, por tal de salvar todo lo que quedara de ella y a la princesa Dusk, noble importante de allí. Incluso las proezas que ambos vivieron eran míseras ante el poder que tenía el abismo para aquellos entonces, rodeados en una inmensa oscuridad abundante de bestias imparables.
La esperanza se perdía.
Sir Artorias no pensó en el fin, sino en que merecía la pena seguir, sacrificando lo que lo hacía invencible ante la oscuridad para salvar a su leal compañero.
La oscuridad devoró la cordura del caballero, dejando tras de sí un cadáver errante lleno de dolor. El Caminante del Abismo llevó consigo un sufrimiento que parecía perpetuo, hasta que encaró a un héroe que acabaría con él.
La identidad del valiente murió con lo poco que quedaba de Artorias, mas su victoria canta tanto como la leyenda del honrado caballero a día de hoy, en tierras donde los hombres necesitan de aquello para seguir adelante.
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''All of you... forgive me... for I have availed you nothing.''