Sin inmutarse, dejó caer el aparato, ahora inservible; aunque sí dejó ir la mano de la pelirroja mientras lo hacía. No obstante, eso no borró su sonrisilla irónica, ni le hizo sorprenderse en absoluto; aunque una de sus cejas se alzó ante el equívoco sobre su especie. —Todo lo contrario; soy el alma de la fiesta. —Musitó, dedicando apenas una mirada al ahora informe conjunto de circuitos derretidos que era su teléfono celular. —Aunque de «humano» tengo menos de lo que imaginas.

—Estos humanos llorones... —Musita con aburrimiento. Alza los dedos de su zurda y apuntando al aparato, este se comienza a calentar, fundiendo la pantalla y las funciones del mismo.

—Qué pésimo sentido del humor tiene usted. —

—¡Ah! ¡Claro! Un segundo... —Tras levantar el índice de la mano libre, enfatizando lo que ha dicho, se dedicó a rebuscar un momento en su bolsillo, encontrado su teléfono celular para marcar un número a toda prisa. —¿Aló? ¿Policía? Quiero denunciar un allanamiento de morada... (??)

-Asiente al escuchar "Claus" y a pesar que el varón sigue agitando su mano, ella sigue esperando su regalo.

—Si, si, eso ya lo sé, cabello blanco y se llama Claus. Ya sabe qué hacer— (?)

—Mucho gusto, soy Klaus. —Le estrecha la mano al punto, enfatizando su nombre como si supiera perfectamente lo que cruzó por la mente de la pelirroja... Y se burlase de ella por infantil. (?)

-Lee Claus y ella extiende la mano esperando un regalo- (?)