Son... complicadas. Uno de los guivernos del príncipe me odia, está celosa de que estoy con él y a veces me tira de su lomo. Es frustrante... -Suspiró un tanto pesado e incómodo por recordar aquello, en como la criatura buscaba la forma de hacerle alguna maldad.- ¿De qué color es tu dragón? ¿Azul? ¿Verde? ¿Negro? ¡Debe de ser negro! ¿No?
Vaya... eres realmente suertudo, los dragones son criaturas maravillosas -recordando en ese momento a su amigo que tenía un especimen bajo su tutela, tambien sonriendo en lo que veía a Máxito- Cuando la consigas me la enseñas, algun dia te enseñare la mía, quizas te deje montar y todo, aunque es algo... complicada.
¿Ah? No no... no tengo una montura. Monté un dragón por mi cuenta pero creo que es del príncipe, tiene muchos dragones... -Se encogió de hombros tras recordar aquella situación extraña que aún no podía explicar por si solo. A lo que solo se limitó con volver a sonreír pero de manera un tanto tonta.- Pero si, me gustaría tener una montura algún día.
Oh? Tienes una montura? -se le notaba la sorpresa en el rostro aunque este usualmente estaba serio, incluso ofreciendole una tenue sonrisa al chico- Me gustaría verla alguna vez.
Soy un simple humano. A veces se me da por fantasear tontadas, ya sabes... cosas de humanos. -Replicó con una sutil sonrisa mientras frunció su nariz en un gesto adorable.- Me conformo con tener una montura.
