-Eso espero y eso esperamos todos Máxito

Observa por un par de segundos la tarjeta que le ofrece, tomandola y metiendola en su bolsillo con la intencion de guardarla

-Si necesito de algo me aseguraré de llamarte entonces, quizas... nos veamos de nuevo

Observa el como había quedado la pared, esperando a que el menor se retirara al baño para poner su mano sobre los ladrillos, lentamente recuperandose incluso la pintura y los adornos que anteriormente estaban, no quedando rastro alguno del desastre que anteriormente habia armado el pelirrojo, abriendo la puerta una vez mas en lo que llama a Velkan, acariciando su cabeza lentamente

- Al menos sucedió algo interesante hoy

Descuida, no volveré a romper tu pared. -Comentó divertido mientras sacó de dentro de su chaqueta su billetera y de allí una pequeña tarjeta con su número, nombre y la descripción de "trabajo de todo tipo", cual entregó instantes después.- Puedes llamarme cuando quieras.

-Sin más asintió con la cabeza y se encaminó hacia una de las puertas que le había indicado. Ya no tenía mucho más que hacer allí, así que procuró lavarse rápido las manos y salir del baño a poco tiempo. Todavía tenía que llevar o más bien, arrojar por ahí lo que había comprado para la reparación, puesto que en su día a día esas cosas eran inútiles para él.-

-Veremos si hay una proxima vez. Y si la hay espero sea en mejores condiciones, al menos de tu parte

Le sonríe complaciente en cuanto toma el cheque de su mano, haciendo desaparecer la pluma en el aire al escuchar su pregunta. Señala una de las tantas puertas que había en el primer piso del castillo

- Detras de esa puerta hay todo lo que necesitas, la verdad ha sido un placer tenerte alrededor por este tiempo

Comenta sin dejar de verlo, habia resultado un chico realmente interesante despues de todo

-Máxito desde ya tiempo aprendió a no aprovecharse monetariamente de las personas, de no depender de ellos, sino a trabajar por su cuenta, quizás orgullo Nippon o porque simplemente no se lo permitía, pero a muy pesar terminó aceptando. El sujeto tenía razón, era más fácil si aceptaba aquel cheque a seguir buscando la forma de cobrar por un servicio.-

Bien, bien. Pero la próxima si contrata mis servicios si quieres darme dinero. -Respondió con un ligero enojo fingido, tomando aquel papel y guardándolo instantes después dentro de sus ropas. Seguido a ello ladeó inmediatamente sus mirada de lado a lado, para ver los alrededores.- ¿Dónde está el baño?

-Hmmm...

El chico era mas testarudo de lo que tenía planeado el demonio, mirandole de arriba a abajo por unos momentos, sopesando sus opciones dentro de su cabeza. Sin embargo aquellas ultimas palabras le hacen atender mas a lo que decía el menor, pero termina por negar varias veces con la cabeza

- Oferta tentadora, pero no estoy de humor en este momento si te soy sincero

Escribe una vez mas sobre el cheque, ofreciendole al contrario este, en sus ojos se veía que no aceptaría un no por respuesta

- En vez de ser un cabeza dura acepta el regalo que te quiero dar, va a ser mas facil para ambos si lo haces

-Sus mejillas inmediatamente se tornaron rojizas a más no poder de la vergüenza. No por el halado en si, sino por culpa de otros él quedó como el ladrón mal informado.

No podía simplemente negarse a algo que era verdad, pero aún así se apenó, tanto que bajó su mirada por unos largos segundos, mientras se encogió de hombros. Actitud que dejaba en evidencia su enorme desorden mental.-

No estaba en horario laboral, no podría aprovecharme de la excusa de la pared para cobrarte compañía, pero si quieres solicitar mis servicios de otra forma; los quince minutos son treinta y la hora cien. Pero si quieres el servicio completo es trescientos la hora. -Contestó esta vez un poco más calmado, aunque aún con ese rubor en su rostro que no se podía ir así como así. Aunque para aclarar lo último, fijó sus ojos sobre los ajenos.- Servicio completo es... golpes, torturas, BDSM... no se si sabes de eso.

-Como dije, observador. Sabes bastante para solo parecer un ladrón mal informado

Con aquello se rie por lo bajo, continuando con la escritura en lo que escuchaba sus anecdotas, se imaginaba que llevaba tiempo en aquel estilo de vida. Sin embargo tenia un motivo para no matarse, eso incluso lo ponía en ventaja contra el demonio que habia perdido todas las ganas de vivir

- Por la pared no, por tu compañía. Si necesitas el dinero y pasaste el rato aqui hablando tonterías conmigo no me cuesta nada pagarte un monto por ello, ahora lo dices o escribo la cantidad que desee?

Heh~ Lo supuse por tus manos. -Señaló las manos del otro a la par que emitió sus palabras a modo divertido, aunque por la parte de los libros, simplemente lo adivinó. Asumía también que no era de esos que salían mucho o veían televisión, bastante conservador a simple vista o al menos eso intuía.-

Si, no puedo hacer otras cosas la verdad. Es eso, o vender droga. Japón es un lugar muy... correcto en muchos sentidos. Si no entras en el estereotipo de "normal" te marginan. Ya no puedes conseguir trabajo estable ni perseguir tus sueños. Muchos se suicidan por eso pero... me gusta mucho la comida. -Confesó entre risas, un motivo muy absoluto para no morir.

Por otro lado ante la pregunta esa, solo alzó una ceja con bastante curiosidad.- ¿Cuánto quiero? ¿Por la pared? Nada, yo la rompí, es lo mínimo que podía hacer.

- Eres un chico bastante intuitivo, mis tardes las paso o leyendo o tocando el piano, no es que haya mucho que hacer en un lugar como este.

Y la verdad es que no lo habia, el demonio estaba bastante aburrido, tanto que le estaban entrando ganas de dormir de nuevo por quien sabe cuantos años mas, pero se estaba dando una última oportunidad para ver si encontraba algo de interés

- Así que te acuestas con gente por dinero... al menos cobras, se de algunos que deberían y lo hacen gratis.

En las manos de Vasile aparecen un papel y una pluma, comenzando a escribir algo en los espacios en blanco

- De cuanto lo quieres? Has entretenido mi tarde lo suficiente como para no querer dormirme

Se nota que no es de tu estilo. Pareces ser alguien que se la pasa todo el día tocando algún instrumento o leyendo libros. -Le miró rápidamente sus manos para ver si era cierto que tocaba algo. De ser piano se daría cuenta puesto que hace tiempo él también tocaba y la posición de las manos quedaban marcadas de por vida para un pianista.-

Te agradezco pero no traje ropa limpia. Sólo me lavaré las manos y me iré. No creo que te interese pasar el rato con alguien como yo. Ya sabes lo que dicen... -Tose un poco para acomodar su voz y así imitar varias voces, tanto agudas como bastante graves y varoniles.- Ese es el que se acuesta por dinero. ¡Masoquista! ¡Cuanto cobras la hora! -Alzó repentinamente sus hombros y suspiró.- Cosas de la clandestinidad... de algo hay que vivir.