Haha, es mas como un pastel de tamaño reducido, me encantan con té. -responde antes de tomar una magdalena y comersela luego de quitar el papel de esta, bebiendo un poco de te- Puedes hacerlas tan dulces como quieras, incluso puedes decorarlas.

Tomó una de las magdalenas que le ofrecía, parecía suave y olía sumamente dulce, era un panquecito muy esponjoso y curioso, siguió sus instrucciones y tras retirar el papel de horneado le dió una mordida —¡Mh!...— El sabor dulce y la textura como de nube le sorprendieron de buena manera —Que delicia, es la primera vez que pruebo un pan como este, muchas gracias—

Frio es infinitamente mejor, pero sabe bastante bien caliente -comenta, sonriendo en cuanto le pregunta que son las magdalenas, excusandose un momento y retirandose para traerlas, ofreciendole una- Son estos, son como pequeños pasteles. Le retiras el papel y se pueden comer con té. Debe probarlas si nunca lo ha hecho.

—¡Me encanta!— Afirmó con ánimo y una gran sonrisa, mientras bebía un poco más, tampoco se había dado cuenta de que no había acompañamientos hasta que lo mencionó —Despues me gustaría probarlo frío... ¿Qué son las magdalenas?— Ladeó ligeramente la cabeza, pues en su cielo todo seguía siendo tan tradicional como siempre, poco conocía de cosas fuera de la norma usual —Eres muy hospitalario, Kiria—

Le gusta? -pregunta, aunque su expresion le dejaba en claro que si, aonriendo en lo que el tambien bebia- Este té sabe bien incluso frío, asi que puede tomarse de ambas formas. Yo lo prefiero frío pero no voy a dejar de acompañarle -comenta el incubo, dandose cuenta de que deberia haber traido algo para acompañar- Desea galletas o magdalenas? El te es mejor acompañado.

Su mirada de posó en el cielo mientras esperaba el regreso del albino, incluso las noches eran diferentes fuera de su lugar de origen ¿O solo era su imaginación? Finalmente le escuchó hablar, volviendo a fijar sus ojos en el joven incubo —Entonces, con tu permiso, muchas gracias por recibirme— Dió un pequeño salto para bajar de la barandilla y dirigirse con paso ligero, inaudible hasta una de las sillas —Huele dulce ¿Frutos rojos dijiste?— Agradeció silenciosilo por la bebida y tomó la taza con ambas manos acercándola a su rostro, percibiendo la esencia de la infusión antes de dar un sorbo corto —¡Oh!... Es delicioso—

-rie un poco ante las palabras ajenas, retirandose para poder colocarse un pantalon gris de tela y regresar con una infusion en la mano para cada uno- Te de frutos rojos... mi favorito. -le dice antes de poner la taza en la mesa que habia en la terraza, invitandole a acercarse y sentarse- No ses timido, ya llegó hasta aqui~

Algo que debía admitir es que no esperaba una invitación por parte de aquel ser, pero el que la hiciera le hizo sonreír con cierta emoción, era su primera interacción con un extranjero y que además no era un humano —Sería un gusto, no conozco mucho sobre el té en este lado del mundo, así que me gustaría probar el que más te guste a ti... Y claro, tome su tiempo— Añadió ligeramente avergonzado, pues pese a la amabilidad de Kiria el le había interrumpido en un momento personal.

En lo absoluto, llega a buen tiempo de hecho -se da cuenta de la forma en que estaba vestido el contrario, tambien el como se movian las ropas, estaba claro que aquel ser no era mortal- Desea algo de té? Si me deja ponerme algo al menos de la cintura para abajo le puedo traer una infusion de lo que desee~

—Jajaja ¿En serio? Al menos no llegué a interrumpir nada más importante— Se cubrió los labios mientras reía con la manga de su ropa, le parecía divertido que al joven de albinos cabellos albinos solo estaba cubierto con una toalla y él por su parte tenía muchas capas de ropa encima que ondeaba con cierto misticismo a su alrededor —Así es, tienes un aura curiosa, nunca había visto una criatura como tú y me gusta mucho tu apariencia también—