En serio gracias por todo esto, la verdad es que no tenia ni idea de que hacer. No es... el mejor momento para tener un niño cuando mi vida aun es un desastre -suspira recostando la cabeza en el hombro del mas alto, cerrando los ojos e intentando relajarse en lo que se dirigen al hospital. Todo había parecido una buena idea en su momento, pero sabia bien que aquello habia sido el efecto de estar en medio de su celo-

[Sentirlo tan cerca mío me da cierta tranquilidad, llevo mi mano hasta su mejilla y la acaricio con delicadeza.]
— Todo estará bien lo sé, tendremos que salir de dudas y después, veremos lo mejor para ti.
[No puedo negar que siento algo raro en mi estomago cada vez que hablo de ese producto, sinceramente los niños no son algo que me cause tranquilidad, al contrario, pero es el hombre que movió tantas fibras en mi que lo que el proporcione a mi vida será una experiencia.]

No es tan lejos -comenta antes de esperar a que el contrario tambien se sentara con él en el auto, dandole la direccion exacta del hospital al chofer para que se dirigiera a este como destino final, recostandose contra Fudõ y cerrando los ojos para relajarse-

[Llegara abajo no fue un problema, en cuento veo al chofer este abre la puerta y aun tomándolo de la mano le ayudo a subir.]
—Con cuidado mi amor, vamos, dile la dirección al chofer por favor.
[Subo al carro por la otra puerta, un tanto de mi se encuentra presuroso de saber pero otra parte esta un tanto negativa del tema, no me han gustado los niños jamás, pero a él, a él, lo adoro y de ser necesario estaré a su lado el tiempo que me lo permita, y no por que sea sumiso o conformista, es porque, todo tiene un principio y un final, es mi deber disfrutar ese inter entre la cúspide y la desembocadura.]

-Tomando de la mano del hombre se dirige a la salida, entrelazando los dedos con los suyos y pegandose bastante. Una vez llegan a la calle se encontrarian con el chofer de Fudõ, el incubo esperando que le abrieran la puerta para poder entrar al auto-

— Vayamos entonces, no podemos perder tiempo, lo que sea que podamos hacer se hará.
[Aun tomándolo de la mano, si soltarlo me dirijo a la salida aun con el de la mano. Mi corazón esta como el de una liebre, casi a punto de salir del pecho, no puedo creer lo que ha a pasado.]
— Abajo debe de estar mi chofer, el nos llevara.

Veamos a donde nos lleva esto entonces... tengamos paciencia el uno con el otro, y tambien con nuestro tiempo -sin embargo aquella frase... "Que tus besos sinceros sean solo para mi", la habia escuchado antes, una parecida, de alguien con quien habia terminado mal, solo mordiendose el labio inferior queriendo olvidarlo para solo pensar en lo que venia delante de ellos- El bebe... el padre es algo ausente, pero se que se va a ocupar de su parte en cuanto llegue el momento. Sin embargo primero debemos ir a por esos examenes. Hay un hospital cerca que se especializa en demonios, ahi podemos ir y verificar si el embarazo es verdadero -aunque ya habia un leve bulto en su abdomen, lo que pasaba era que el incubo permanecía en negación-

[Lo tomo de la mano entrelazo mis dedos con los suyos, lo tomo de la cintura con mi otra mano, y parece que un viento fresco nos rodea, moviendo su rojo pelo ante mí.]
— Vamos a llenarlos la vida el uno al otro, serás lo que tengas que ser, tu libertad jamás te la voy a quitar, siempre y cuando tus besos sinceros sean solo para mí, y sea mi cama a la que llegues sin pensar en nadie más, prometo cuidarte y llenarte de mí.
[No puedo esconder una sonrisa en mis labios al tenerlo frente mío, será tan libre como hasta ahora solo que esta vez se que le daré el amor que tanto le han quedado a deber.]
— Gracias, si muero en el proceso, moriré feliz entre tus brazos, aunque, ¿Que haremos con el bebe?

Estas cometiendo un error enorme, Fudõ... pero si esta dispuesto a arriesgarse no diga que no le advertí -le ofrece su mano para que la tomara, no sabía que, pero habia algo que le estaba atrayendo a aquel hombre, asi que planeaba quedarse a su lado lo suficiente como para averiguarlo por su cuenta. Se acerca un poco mas al contrario quedando nuevamente a su alcance, ofreciendole una de sus mas sinceras sonrisas, esperando que este no fuera el primer paso de una peligrosa caída-

— Acaso no es obvio, tu dices que me harías daño, de quedarme a tu lado, y yo tampoco soy alguien que quisieras tener o ese estereotipo de hombre hermoso al que estas acostumbrado, y el amor es una muerte lenta que simplemente tiene el efecto de la morfina, la misma reacción que la adrenalina, pero el mismo fin que el arsénico.
[Se que estoy arriesgando mucho al simplemente decir esto, pero también se hacer si me dice que no una vez mas]
— ¿Tomaras mi mano?