-Por un instante se había quedado con la almohada ajena en sus manos, alzó su mirada cuando el rey hada se elevó por los cielos, mantuvo un gesto un tanto animoso en todo momento.- Eso te pasa por quedarte dormido en cualquier lugar. -Dicho esto soltó la almohada verde para dejarla regresar a su dueño, en lo que el hada bajaba, el albino elevó sus brazos para posar ambas manos en la parte trasera de su cabeza.- ¿Qué? ¿No puedo pasar a saludar? Además, ando buscando al capitán, ¿lo has visto?