KibaFang

Pero que criatura tan buena, el ver su mano tendida hacia mí me lleno de alegría, que bueno es el cielo conmigo, aun cuando he hecho desastres bajo él aun me sigue favoreciendo. Me negué en aceptarlo, si cogía su mano tal vez le haría hacer algún movimiento que empeorara su situación. Me puse en pie con piernas temblorosas y cuerpo que titiritaba, acomode el abrigo y me abrace a mi misma mientras me frotaba para adquirir calidez.

-Gracias pero es mejor que no te dé más trabajo. Sujétate el brazo y sígueme, donde me hospedo esta a un par de cuadras.
Indique mientras tragaba saliva evitando no verme victima de mis nervios. Comencé a andar, y siempre que pasaba por algún callejón miraba hacia atrás o hacia mi costado vigilando que el lobo me siguiese.

Se acabaron las cuadras y ya nos encontrábamos en un vecindario muy colorido y modesto, más no tan concurrido. Estaba vastamente iluminado, parecía ser una especie de suburbio.
-En la casa de jardineras con flores rojas.
Le señale dirigiendo mi paso hasta allá, al llegar a la puerta saque la llave la ingrese a la cerradura y la abrí sin dificultad me adentre ante la penumbra del pasillo del recibidor encendiendo todas las luces del lugar.

-Pasa.