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La reservación decía 2:00pm....
 
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e1564865 · 26-30, F
Sin dudas no esperaba un obsequio como ese, se notó en el gesto de su rostro que mostró algo de sorpresa. Sin embargo era hora de agradecer.

— Es un detalle precioso, ¿te gustaría ponérmelo tú?

Movió la coleta alta para dejarle todo el espacio de su cuello. No era usual para ella traer un collar, pero si era un recuerdo de él lo aceptaría con gusto.
KentoNanami · 31-35, M
— Si tienes problemas para elegir, tal vez necesitamos salir más seguido a comprarte ropa nueva.

No pudo evitarlo, esbozó una sonrisa, el clima actual era imposible para usar saco y camisa normal, claro que se sentía informal con las mangas arriba, era una camisa Thom Browne, le molstaba un poco que se arrugara.

Pero más importante, podía verla por el rabillo de su ojo morderse los labios, simplemente era encantadora con todos sus detalles.

— Me tomé la libertad de comprarte algo, un simple accesorio.

Con su dedo indice dio varios toques a la cajita y la acercó a ella. Era una fina cadena de oro blanco bastante delgada.

— Y se dio la casualidad de que no estás usando nada en ese delicado cuello.
e1564865 · 26-30, F
No conocía mucho de personalidades en Japón aún, pero la zona donde llegaron fue aún más exclusiva que el resto del lugar, se notaba. Le observó hacia arriba. Una sonrisita se formó en sus labios.

— Gracias. Tardé un par de horas buscando algo como esto. Quería gustarte en él.

-y más sin él- pero eso se lo guardó para si misma. Una vez en sus lugares le vio sacar una cajita medio extraña. Alzó la mirada un segundo y después dio un vistazo alrededor.

— Es un lugar precioso, Nanami. Casi tan encantador como tú en traje con mangas recogidas.

Le gustaba morderse de manera sutil el labio inferior frente a él, esos indicios íntimos de lo mucho que le atraía.

— ¿Qué es?

Señaló la cajita.
KentoNanami · 31-35, M
Nanami volvió a fruncir el ceño al ver las miradas ajenas, era territorial, si. Zoé es una mujer hermosa, le molestaba que la vieran diferente.

— Gracias. Hace calor.

Esa era su gran defensa, era informal para su gusto pero le agradó aquello.

— Por otro lado, ese vestido blanco...me encanta.

Los guiaron a una zona especial, privada, en donde el ambiente era diferente, incluso había algunas celebridades. ¿Qué clase de vida le gustaba darse al rubio?

Le invitó va sentarse y una vez ella en su lugar él tomó asiento, sacando de su bolsillo una cajita de color marfil colocándola a un costado. Era para ella, si. Pero no se lo daría de inmediato. Quería probar su curiosidad.
e1564865 · 26-30, F
Su respuesta le hizo sentir más relajada. Así que en cuanto tuvo la oportunidad se colgó de su brazo. Nanami era un tanto más alto que ella. Ya con un peso menos encima, empezó a apreciar el lugar mientras pasaban. Era un sitio bastante elegante, y al mismo tiempo daba un aire de jovialidad.

— No voy a decir que lo sabía pero lo sabía. Con las mangas recogidas te ves más... Mmmh... encantador.

Obviamente llamaban la atención, pero al ser un lugar así nadie la llamaba como lo hacían despectivamente con los extranjeros.
KentoNanami · 31-35, M
Él tampoco sabía dónde era y por eso llegó desde antes, le había dado oportunidad de revisar el lugar.

¿Estaba molesto? Un poco. La puntualidad en él era clave para todo, era una manía de los japoneses, sin embargo al verla relajó un poco su carácter, con ella y solamente con ella tenía cierta tolerancia; tal vez era su atractivo, su carácter o esa habilidad de sacarlo un poco de quicio y a la vez encantarlo.

— Te ves radiante. No te disculpes más. Ya estás aquí. -
Le ofreció su brazo para que ella lo tomara y entraran al lugar, era uno de los restaurantes más solicitados de la zona, no cualquiera podía hacer reservación, sabía que sería toda una experiencia para ella.
e1564865 · 26-30, F
Aunque era una salida a la playa en un restaurante como siempre y a pesar de todo su esfuerzo se le había hecho cinco minutos tarde. Ahora que empezaba a conocer a Nanami sabia que eso no sería muy de su agrado.

Llegó, con un vestido blanco, la cabellera castaña en una cola alta y con ambas manos al frente rogando clemencia.

— ¡Lo siento~! A veces me pierdo aún y nooooo sabia como llegar.

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