Y era difícil conseguir leones dorados como emblema, debía tener el favor de algún príncipe. O algo por el estilo, pero se dejaría que ella la portase (a lo mejor la confundían con una capitana).
—Claro que te tratarán bien...—explicó con cuidado, pero aún así su sonrisa fue tramposa—. Si no lo hacen los golpeamos.
Quizá fueran muchas para que tendieran de su pecho, no pareció importarle. Si se veía decidida a honrar aquellos honores, que al menos fuera con un animal dibujado en ellas. Su seña de identidad era el invertebrado, mas toda vida que no fuera la humana era con la que empatizaba y se identificaba más.
—No... me gustaría que me escupiesen.— El hecho la haría dar un paso hacia atrás, metafóricamente.— ¿No puedo llevarlas y que me traten bien?
¡Llevaría leones en el pecho! ¿Por qué ahondar en el significado del logo cuando podrían, simplemente, admirar el hecho de que portaba semejante especie con tanta honra? Siempre eran bonitos de ver, los leones. Y siendo que sus melenas eran rubias, en algo podía hacer semejanza.
Quizás era por ser un auténtico arquitecto de deseos, o más bien le daba igual toda heráldica que podría poseer como tal. Desprendió todas las que tenía, que entraban en una sola mano y no eran muy pesadas, ahí las extendió como si no tuvieran valor alguno. Tampoco eran muy costosas, a lo sumo servían para tener en un cuadro u adorno, quizás se sentían muchos honrados por eso.
—Elige la que desees, Capitana Shani —dijo falsamente recto. Cómo quién formaba ante un superior, la mirada orgullosa y los ojos hacía ella.
—No ocurre nada, a lo sumo te invitan comida o te saludan al pasar...o te escupen.
—¿Yo? Eh...— Técnicamente no habría que portarlas, ella no había sido la que había servido. ¿Y si la interrogaban? ¿La pondrían a prueba cuando apenas podía tomar por el mango a su espada?— Puedo llevarlas cuando no haya nadie. No sé qué pasaría si alguien me viese con ellas... ¿qué pasaría?— Tenía, con razón, gran fijación en el logo del león. Entre el dorado tan familiar y el animal, lo consideró lo más relevante entre tanto honorario.
—La legión de las fronteras, es a quienes sirvo, a veces...—dijo con tranquilidad, mientras las señalaba. Una de ellas era un broche que se adhería a la capa del uniforme, el resto eran coloridos rectángulos con el logo del dorado león—. ¿Quieres una? Me las paso perdiéndolas, así quizás se olviden que pertenezco temporalmente ahí.
—¿De qué son?— Cuestionó por las medallas, sin caer en la cuenta de que se había evadido viéndolas, desatendiendo sin malicia lo que él le iba contando. En esos segundos era como un ruido de fondo que, si bien no es desagradable, es uno el cual no considera si su enfoque se hallaba en algo más importante -y trivial-.
—Quizás sea mi naturaleza ¿No? Algunos animales devoran a otros, ese es su deber y su obligación hacerlo más difícil —notó la atracción que tenía por las medallas y emblemas (que Karonte siempre, siempre perdía adredemente)—. Puede serlo, pero las diferencias nos hacen únicos, por eso nos cuesta entender a las hormigas.
—Lo eres. Tientas a las aves para que te coman.— Pese la naturaleza temeraria de tal hecho, se trataba de una verdad por desvelar que Shani sentía atracción por tal idea. El miedo al exterior no le restaba curiosidad por conocer nuevos insectos. Y eran un incentivo suficiente para que ella fuese "un poco oruga".— Tener diferencias es pesado.— Subrayó con una formidable honestidad. El destello de las medallas al sol la atrajeron como una polilla a una bombilla.
—¿Ahora me dices así, hormiga? Creí que era una oruga. —Elevo sus manos, hacía arriba. Su índice y su corazón, que lo llevo hacía su propio pecho, justo a una de las medallas—. Lo haces sonar como si fuese un trabajo muy pesado e indeseado, no te culpo —dijo falsamente ofendido, llevando dicha mano a su corazón—.
—Es que... nunca he hablado con una estrella fugaz. Y creí que lo de los deseos era tan solo un mito.—Ladeó la cabeza, poniendo los ojos en blanco.—Magia. Sí. Lo sé.—Agregó, más como una nota mental en alto que algo que contribuyese a su conversación.— Todo es muy raro y nuevo contigo. Me cuesta un poco.
