El Hacedor mantuvo una pequeña sonrisa, clavando sus ojos celestes en ella, aguardando sus palabras.
—Ya me conoces sin máscara, Zoé. A lo mejor solamente un par de telas más...—Se ríe nada más para ocultar ese deje oscuro que mantiene siempre impreso en su esencia– Se siente hermosa la muerte plasmada en esa piel, entonces. Hay belleza en ella y en ti.
—Mordisqueó su labio inferior por un extremo. Mientras su mirada se clavó sobre él, la idea de verlo en un disfraz dentro de otro disfraz le parecía de lo más entretenida. — Ojalá que sí. —sentenció. — me encantaría verte así, además... con respecto a esto. Es la representación de mis raíces y de nuestra amiga en común.
—Que difícil eso de andar sin máscara...—Se sonrió de forma igual al notar su ironía, totalmente adecuada a su eficiencia en la traición— ¿Un caballero con armadura? Solo en disfraz, aunque con seguridad que el club me requiere usar disfraz. El tuyo es muy afin a tu tierra, e indudablemente a ti. No es un disfraz si es así ¿o no?
Digo, uno aparte del que ya traes puesto. —Lanzó una sonrisa socarrona, de esas que ya conocía. — Hmmm no lo sé, con esa apariencia solo puedo visualizarte como un caballero de brillante armadura.
