- Condujo a su nuevo acompañante a una taberna bien conocida. La flexibilidad con sus clientes la hacían un lugar cómodo, así que cuando el hambre llamó, el sitio fue su primera opción. Condujo a Arslan dentro, buscando una mesa. -
- Suspiró y sus hombros se relajaron, evidentemente cómodo con el ambiente. Él no era el único con armadura grisácea, había más personas dedicadas a la batalla ahí. Mezclándose, se sentó en una mesa. - No es de lo mejor, pero nadie nos molestará aquí. Puedes ver a personas de todo tipo ... Yo serví a una Princesa una vez, y aquí estuvo a salvo. - Nostálgico, miró hacia el resto de las personas mientras esperaba a una mesera. -
