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─ ¿Guardar reposo?... si solo es un poco de fiebre... ─
 
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No debes disculparte, sólo que la próxima vez que enfermes, no debes ponerte así, sabes que las cosas las hago por tu bien.~

-Entonces se puso de pie, dirigiéndose a la cocina, ya ahí se encargó de servir un plato con estofado caliente, además de un jugo de naranja y los colocó en una bandeja especial de madera, ahí lo llevó al cuarto y estando el joven sentado, colocó dicha bandeja encima de el, apoyada en sus patas.-

Espero que sepa bien y que lo disfrutes, a ver, di Ah~

-Entonces la primer cucharada de sopa se la daría ella, acercándola con delicadeza a sus labios, era una escena muy tierna.-
KaneSan · M
─ Ya veo... aún me siento un poco débil... tch! ... lo siento Minami ─ hundió su cuerpo entre las frazadas y las almohadas, sintiendo un poco de vergüenza, sabía lo mal que había reaccionado y sin embargo Minami no se mostraba molesta. Sintió aquella dulce caricia y de inmediato buscó la mirada de aquella dama que aguardaba su mejoría a un lado de la cama.
─ Quisiera dormir un poco más, pero primero... creo que comeré un poco de estofado... has despertado mi apetito solo con mencionarlo ─ lentamente empezó a incorporarse hasta poder sentarse.
-Cuando notó que el joven despertó dejó su libro a un lado en la mesita de noche, y de inmediato se puso de pie para sentarse en la cama y observar al joven con una clara preocupación.-

¿Estás bien? y sí, he estado aquí, no podía moverme mientras estabas ardiendo en fiebre, además he preparado un estofado de pollo con verduras ¿No tienes hambre?

-Sonrío dulcemente para el, mientras acarició sus cabellos y después su frente para corroborar que ya no estuviera caliente, afortunadamente los medicamentos habían dado resultados, le restaba importancia al hecho de que lo haya estado cuidando, porqué además lo hacía con gusto y había prometido siempre velar por el.-
KaneSan · M
Habría transcurrido toda la mañana y parte de la tarde antes de que el capitán despertara, su cuerpo se sentía un poco mejor, la fiebre habría cedido, pero sus fuerzas aún no estaban a tope. Lentamente sus ojos empiezan a abrirse, respirando lento y sereno. Dió un leve vistazo a la habitación, todo parecía en orden, tranquilo y silencioso. Fue entonces que al observar a un costado de la cama, encontró a su compañera, sentada. Recordó lo que había pasado antes y no puedo evitar sentirse un poco mal por ella, ya que por su terquedad de seguro ha sido incomodo y complicado el trabajo de la chica.
─ Minami... ¿has estado aquí todo este rato? ─ dijo con algo de pena.
-Sabía que era una técnica bastante sencilla, pero la enfermedad lamentablemente había cedido en el cuerpo del guerrero, en cuanto éste se quedó dormida, se puso de pie y consultó a uno de los doctores de confianza que tenía, dándole a ella varios medicamentos, así que más rápido de lo esperado volvió a casa y dio a tomar al joven un par de pastillas, además de que colocó compresas de agua fría en su cabeza, con un chistar de dedos hizo aquellas cuerdas desaparecer y le arropó, se sentó nuevamente a su lado y con su mano acarició tiernamente su frente, retirando un poco de sus cabellos.-

Tranquilo, te pondrás bien.

-Emitió con un susurro suave, pero cálido, esperando su recuperación.-
KaneSan · M
En cualquier otro momento una técnica tan básica como esa no habría dado el mínimo de resultado, ya que a pesar de mostrarse siempre tan tranquilo, Kane-san es un maestro de la artes marciales, llegando incluso a dominar a la perfección técnicas muy complejas de los clanes ninja a los que había enfrentado. Pero fue su inestabilidad y el agotamiento causado por la enfermedad lo que realmente terminaron rindiendo las ganas del capitán; su temperatura corporal aumentaba y las señas sobre ambas mejillas se hacían más notorias, sin embargo continuo dormido.
Lo estoy haciendo por tu bien, no te voy a soltar, lo siento, a la larga me lo agradecerás.

-Frunció el entrecejo claramente molesta por su rebeldía e insistencia de dañar su cuerpo, se acercó a el, y acarició un poco su cabeza.-

Ya basta, debes calmarte.

-Con un ágil movimiento e imprimiendo la fuerza necesaria, utilizó un punto de presión en su hombro para que este se quedase dormido de una vez por todas. Ella no tenía nada de paciencia y ese caso no era la excepción, esperando a que su estrategia diera resultado se sentó en una silla contigua a la cama y comenzó a leer un libro, cruzó sus piernas y contoneó su pie derecho.-
KaneSan · M
─ ¡Tch!... ¿estas bromeando cierto?... ─ atado de manos y pies luego de aquella movida, Izuminokami no pudo hacer más que renegar, mientras hacía un esfuerzo en vano por soltar aquellas ataduras, la fiebre empezaba a mostrar sus efectos y su cuerpo comenzó a debilitarse hasta el punto de agotarlo.
─ Te exijo que me sueltes en este instante Minami!... Demonios!... no me puedes mantener aquí encerrado!... juro que esta me la pagarás, cuando logre desatar estas cosas... ¿Qué clase de material es este?... ─ aun débil y enfermo su espíritu forcejea, no estaba entre sus planes rendirse y pelearía hasta el final.
-Suspiró pesadamente y la única manera quizá de hacer que el joven no saliera al fresco de la mañana que además venía con una llovizna, era usar sus habilidades, entrecerró sus ojos por un momento y en cuestión de segundos un par de cuerdas de un material altamente resistente envolvieron los pies y manos del joven, amarrándolo, antes de que cayese al suelo, Minami lo cargó en brazos y le llevó a la cama.-

Lo siento, era la única manera de hacerte descansar...
KaneSan · M
─ mmm... interesante puedo ver que también eres muy ágil, pero como he dicho antes... ... ... !Achis!... me siento muy bien... ─ dijo limpiando un poco su nariz.
Con su otra mano, intenta evadir uno de los brazos que le impiden el paso, y así abrirse camino al patio de entrenamiento donde una leve lluvia se hace presente desde la mañana.

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