- Entiendo. -Dijo viendo hacia un sendero vacío y muy silencioso entre el bosque de bambú- Entonces, se ha ido por allá, justamente a donde ha señalado nuestro amigo. Vamos no hay tiempo que perder. --Incito al muchacho a seguirle por aquel camino. Es entonces cuando ella, pronto adopta una posición bastante peculiar, pues su espalda yace arqueada y sus piernas y brazos están conformados por una excelsa fuerza y agilidad, así mismo, con esa determinación en su cuerpo, de impulso para saltar a dos metros de altura hacia arriba y ver desde una de las gruesas ramas de bambú, una visión más exacta del lugar.-

"-¡Qué joven tan galante y amable!-", pensó Cham Cham ante la cooperación del guerrero, agregando en sus palabras, una chispa de esperanza a su búsqueda y misión.-- Será un honor pelear junto a usted. Los hombres de buen corazón siempre se reúnen en momentos de duda y adversidad. Colocó su largo boomerang entre su hombro y espalda, y pronto escuchó a su pequeño mico hacer una serie de chillidos y movimientos graciosos con sus manos y piernas.- - ¿Ah? ¿Qué sucede Paku Paku?

— Que bonito nombre!...¿asi que es indispensable encontarar a ese duende?... ya veo! — se detuvo una vez más, analizando la situación. Mientras piensa, intenta recordar algo que tal vez sea importante para la dama.
—Creo que... podría ayudarle señorita Cham Cham— comenta de una manera segura volviéndose para observar a la dama.
—Si mal no recuerdo, creo que llegue a notar una presencia ajena a mis enemigos; cuando la batalla estalló, ese extraño ser intentó escapar tomando el sendero que va al río, no le dí mayor importancia ya que pensé que se trataba de algún animal salvaje, imagino que buscará ocultarse en las cuevas del otro lado de este — su mirada se posó en aquel semblante algo opaco debido a su anterior respuesta.
—Creo que si nos damos prisa, aún tendríamos algo de luz para intentar capturarlo ¿Que me dice? ¿mi espada le serviría de de apoyo? — preguntó curioso.

- Lo sé, Cham Cham sabe que son peligrosos, criaturas muy astutas pero nada amigables. Y, así es ñya. Cham Cham es mi nombre. -Dijo acongojada aquella adolescente de exótica vestimenta, porte de verdadero honor y rasgos finos de su rostro.- Le agradecería mucho la ayuda, buen guerrero, pero tengo la sensación que el duende aún sigue por aquí, sé que está cerca escondido en alguna parte. Debo encontrarlo antes de que todo sea demasiado tarde. -Mencionó preocupada, mostrando un sutil respeto al samurai, aunque su semblante realmente estaba conmocionado por la negativa del joven en referencia del duende.-

[...] de exuberante y llamativa cabellera.
— Puede acompañarme si desees regresar al sendero, eso facilitaria su busqueda... por cierto ¿ha dicho que su nombre es Cham Cham? —

— ¿Cuanto tiempo más va a permanecer oculta?... me parece que debería ser un poco más discreta ¿No lo cree así señorita? — la voz del joven se deja escuchar, tan limpia y clara en medio de la espesa barrera de bambú. Incluso antes de que ella siquiera pueda expresar palabra alguna o al menos acercarse hasta él.

—Ñya!... Estimado guerrero, Cham Cham viene en paz y de paso por aquí. Buscaba a un duende ¿le has visto? —

La chica por fin se expresa, y cuestiona con formal elocuencia esperando que de alguna manera aquel chico pueda darle directrices para retomar su camino o quizas aún mejor pueda mostrarle donde esta su objetivo.
Él solo hace una pausa y gira su cabeza levemente para observar de reojo a la chica — ¿Un duende?... es extraño que alguien pregunte por eso; digame ¿porque busca a ese tipo de seres? He oído que suelen ser peligrosos — vuelve a retomar sus pasos de manera serena, mostrándose aún más intrigad

*Su femenil cuerpo y exótica apariencia pronto hacen presencia frente al samurai, estaba perdida y muy confundida con aquella ubicación, pero ¿cómo pudo perder el camino? Las lecturas de las coordenadas y la ubicación de las estrellas le han dado ése lugar en específico.- Paku Paku. -Diría aún empuñando aquel largo boomerang, sólo quería entender si estaba e peligro, y dado al camino que ha recorrido, no podía darse el lujo de confiar. Sin embargo, ¿es éste el caso?. De cualquier forma, el pequeño mono que le acompaña le brinda una pista funcional: Hablar con el galante guerrero y preguntar. Cham Cham tragó saliva, pero como bien dicta el dicho: "Hablando se entiende la gente" optaría por aproximarse en una distancia prudente entre ambos.-- Ñya... -Susurró quedando ahora frente a frente al joven.- Estimado guerrero, Cham Cham viene en paz y de paso por aquí. Buscaba a un duende ¿le has visto?

La tarde avanza con normalidad, luego de un fatídico enfrentamiento con la fuerzas del ejercito retrograda. Los enemigos han caído y el ambiente parece no alterarse por ello; un hecho común para el samurai de largos cabellos azabaches, quien ademas de ser tan efectivo al momento de desenvainar su espada, conseguía conservar el entorno sin mayores modificaciones gracias a lo certero de su estocada.
—Muy bien... está hecho. Al parecer este ha sido otro ataque de distracción. me pregunto ¿que tramaran exactamente los revisionistas de la historia?... en fin, es tiempo de ir a casa—
Con gracia y absoluta elegancia su brazo derecho se eleva en un angulo propicio, mientras su mano justo sostiene la empuñadura de la reluciente espada la cual acomoda su punta sobre la abertura de la protección sostenida por su mano izquierda.
Aunque parecía que aquel chico se encontraba desprevenido, el simple aroma que se mezcla distinto en ese denso paisaje de bambúes [...]

*Decidida por salir en la búsqueda de su principal objetivo y perseguir su más añorado sueño, Cham Cham se había alejado bastante de su tierra natal, a su vez, perdió el rumbo del camino, pues lejos de encontrarse en aquella bellísima selva y bosque de exótica naturaleza, un mar de enormes bambúes le rodean. Es entonces cuando respira con profundidad para mantener la calma, portando el largo y mortífero boomerang entre su hombro sin bajar la guardia. Es entonces que, entre la tranquilidad y la densidad del sitio, vislumbró una silueta masculina, cuyo porte y vestimenta es distinta.- - Paku Paku ¿acaso él habrá visto al duende que buscamos? -Le preguntó al pequeño simio mascota que siempre le acompaña.-