31-35, M
° 一「 Kai ミ Rávana. 」Demon 一 Human.
About Me About Me NotesAbout Me
[med]Ravana, es un antagonista de los grandes señores del Oeste. Su figura es imponente, trágica y poderosa, pudiendo tomar la monstruosa forma de un Dios de la Muerte, es decir, con lenguas de fuego, diez cabezas y más de veinte brazos armados, colmillos de león y a la vez, un porte noble y digno. Maestro en artes mágicas, virtuoso en la estrategia y gran devoto de Khulan (Heraldo de la Tempestad), y la vez enemigo de Kaitan (Heraldo del Olvido). En el resto del Continente resulta a menudo chocante ver que un supuesto demonio atesorando tantas virtudes y a la vez, ser una lujuriosa encarnación del "mal".
Hay que entender que en los Daemon del Continente no existe tal cosa como el mal o el bien, solo existe la ignorancia de la verdadera naturaleza del mundo y las almas. El mal es solo el descontrol y desconocimiento de todo. Como Ravana, uno puede ser diestro en todas las artes de la guerra y magia pero sin verdadera humildad, esto es como el agua del mar que no puede saciar la sed.
Kai es representado como un ejemplo de espadachín cuestionable. Pese a que sus modos actuales son respetuosos y amables, en el fondo se esconde un ser que fue presagiado como aquél que ha de portar con el gran Ravana.
Las Sendas de Kaitan y Khulan engloban las magias o habilidades que los Heraldos han aprendido. Se consideran conocimientos que son protegidos con el máximo celo, ya que provienen de siglos enteros de perfeccionamiento.
Los Daemon crearon estás artes combinando sus propias habilidades con los conocimientos o secretos de distintos espíritus. Aunque su existencia es bien estudiada y envidiada por los Magus, no muchos tiene idea de donde provienen.[/med]
[med]Oh, Señor del Sol ¿por qué intentas confundirme? Tú mismo sabes que la destrucción de todas las cosas es inminente. Todos nosotros somos responsables (...) las señales son terribles e infames (...) hay muchos signos que erizan los cabellos de los Daemon (...) las bestias lloran y no encuentran satisfacción en la comida y el agua (...) se escuchan sonidos de dolor desde lo profundo (...) ya no quedan esperanzas.
A pesar de la apariencia delicada de Kairavana, en él se encuentra uno de lo guerreros más poderosos del Oeste del Continente, solamente superado por seres de talla similar. Su habilidad en tanto su forma humana es reconocida como una de las mejores en tanto el uso de la espada como en el combate general. El enfoque de su estilo son la velocidad suprema, así como el uso del elemento Rayo a la hora de convertirse en un asesino de élite, permitiéndole desplazarse a velocidades inmensas y repentinas que permiten superar el ojo entrenado de sus rivales. Utiliza dos espadas del mismo tamaño, más es capaz de manejar con soltura todo tipo de armas, teniendo predilección a su vez por las cadenas.
Pero cuando su fuerza como espadachín para defenderse, o se trata de un enemigo amenazante, o cuando los actos de maldad más depravados y horrendos lo llevan a su paciencia y al límite de su indignación moral, la moderación de Kai desaparece, y pasa a ser el propio Ravana. Nacido de innumerables actos depravados, él es capaz de convertirse en un instrumento de muerte, llevado por una ignorante locura que enaltece el acto de la destrucción, embelleciendo actos tan terribles como una necesidad excepcional e innegablemente justificada por su naturaleza últimamente sombría y miserablemente cruel. En la batalla, la destreza y las capacidades de combate de Kairavana aumentan considerablemente a medida que se aflojan las inhibiciones de sus consideraciones morales, pero esto a su vez también lo estimula a acceder a tácticas más pragmáticas, despiadadas e incluso viciosas, que incluyen golpes desenfrenados y mutiladores en su mayor poder sin discriminación, y la posibilidad de usar conjuros o trampas.
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Hay que entender que en los Daemon del Continente no existe tal cosa como el mal o el bien, solo existe la ignorancia de la verdadera naturaleza del mundo y las almas. El mal es solo el descontrol y desconocimiento de todo. Como Ravana, uno puede ser diestro en todas las artes de la guerra y magia pero sin verdadera humildad, esto es como el agua del mar que no puede saciar la sed.
Kai es representado como un ejemplo de espadachín cuestionable. Pese a que sus modos actuales son respetuosos y amables, en el fondo se esconde un ser que fue presagiado como aquél que ha de portar con el gran Ravana.
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Las Sendas de Kaitan y Khulan engloban las magias o habilidades que los Heraldos han aprendido. Se consideran conocimientos que son protegidos con el máximo celo, ya que provienen de siglos enteros de perfeccionamiento.
Los Daemon crearon estás artes combinando sus propias habilidades con los conocimientos o secretos de distintos espíritus. Aunque su existencia es bien estudiada y envidiada por los Magus, no muchos tiene idea de donde provienen.[/med]
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[med]Oh, Señor del Sol ¿por qué intentas confundirme? Tú mismo sabes que la destrucción de todas las cosas es inminente. Todos nosotros somos responsables (...) las señales son terribles e infames (...) hay muchos signos que erizan los cabellos de los Daemon (...) las bestias lloran y no encuentran satisfacción en la comida y el agua (...) se escuchan sonidos de dolor desde lo profundo (...) ya no quedan esperanzas.
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A pesar de la apariencia delicada de Kairavana, en él se encuentra uno de lo guerreros más poderosos del Oeste del Continente, solamente superado por seres de talla similar. Su habilidad en tanto su forma humana es reconocida como una de las mejores en tanto el uso de la espada como en el combate general. El enfoque de su estilo son la velocidad suprema, así como el uso del elemento Rayo a la hora de convertirse en un asesino de élite, permitiéndole desplazarse a velocidades inmensas y repentinas que permiten superar el ojo entrenado de sus rivales. Utiliza dos espadas del mismo tamaño, más es capaz de manejar con soltura todo tipo de armas, teniendo predilección a su vez por las cadenas.
Pero cuando su fuerza como espadachín para defenderse, o se trata de un enemigo amenazante, o cuando los actos de maldad más depravados y horrendos lo llevan a su paciencia y al límite de su indignación moral, la moderación de Kai desaparece, y pasa a ser el propio Ravana. Nacido de innumerables actos depravados, él es capaz de convertirse en un instrumento de muerte, llevado por una ignorante locura que enaltece el acto de la destrucción, embelleciendo actos tan terribles como una necesidad excepcional e innegablemente justificada por su naturaleza últimamente sombría y miserablemente cruel. En la batalla, la destreza y las capacidades de combate de Kairavana aumentan considerablemente a medida que se aflojan las inhibiciones de sus consideraciones morales, pero esto a su vez también lo estimula a acceder a tácticas más pragmáticas, despiadadas e incluso viciosas, que incluyen golpes desenfrenados y mutiladores en su mayor poder sin discriminación, y la posibilidad de usar conjuros o trampas.
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