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KMs1578393 · 18-21, F
Todo parecía demasiado tranquilo como para tratarse de la guardia de Muzan, tenía algo de escalofríos que intentó compensar con caricias a sus dos brazos, era la primera vez que aún en compañía de Rengoku no lograba quitarse la sensación de miedo pero no era por ella, mas bien, era hacia lo desconocido de la situación de sus compañeros, si no llegaban a tiempo no se lo iba a perdonar.

Puso toda su atención en las puertas y los cuartos que no dejaban de moverse, no encontraba ningún patrón de movimiento en ellos ni un orden en especifico, incluso empezaba a sospechar que tenían que seguir caminando si no querían ser aplastados por alguna de estas estructuras y para su suerte, las palabras mágicas se hicieron presentes. Sonrió con alivio al saber de un rastro presente y no le quedó duda que se trataba de ellos cuando al aproximarse el perfume de Shinobu acarició sutilmente su nariz.

[c=#E50073] Tengamos cuidado ¿si? Estas puertas me dan un mal presentimiento... [/c]

[center][/center]

Esperaba e incluso cruzaba sus dedos para que otros demonios no se interpusieran en su camino, iba a ser una perdida de tiempo y esfuerzo si se distraían por culpa de una situación así, aunque al parecer no iban a pasar desapercibidos ¿o era una coincidencia? que de pronto todo empezó a desplazarse más rápido, llegando a chocar entre sí sin colapsar.
KMs1578393 · 18-21, F
Sus cejas que se presionaban con tal fuerza por la duda lentamente se fueron deslizando hasta su postura original e incluso se doblaron cambiando toda su rudeza por una vergüenza genuina, con la explicación que el jefe les brindo sintió que su inseguridad estaba injustificada y se sintió mal por cuestionar a su líder. Tal como Rengoku lo afirmaba, lo más importante era sacarlos de ahí.

Inhaló fuerte para llenarse los pulmones de oxígeno que a su vez le permitiera obtener ánimos suficientes para hablar con su típico espíritu infantil con el que intentaba demostrar su determinación.

[i] ¡Cuente con nosotros! cumpliré sus deseos sin duda alguna. [/i]

Aunque antes le fue fácil contener sus pensamientos, está vez no lo tuvo tan sencillo, el hecho de que su líder y maestro confiaran en ella como para encomendarle tal misión la hacía vibrar directamente en su pecho, olvidando sus inseguridades por unos momentos; se sabía especial, útil y necesaria, no había nada más precioso para ella que esas tres palabras, así que sin duda, no quería decepcionarlos.

Se puso de pie, arreglando por inercia la pequeña falda con tal de liberarla del polvo y avanzó un par de pasos hasta adentrarse en la sombra junto al otro pilar quien siempre lograba contagiarla con esa risa suya, se sentía más fuerte que nunca.

No sabía que método usaría la demonio pero en un abrir y cerrar de ojos el panorama cambio por completo: había centenares de puertas que iban en todas direcciones, cuartos sin orden alguno que incluso parecían flotar en la nada, por suerte, debajo de ellos había una de estas plataformas donde no se sabía la orientación correcta.

[i] E-Etto... Rengoku-san... ¿cómo los encontraremos aquí?... [/i]
KMs1578393 · 18-21, F
El regaño fue oportuno, todas sus inseguridades se apaciguaron por un instante permitiendole pensar con la cabeza fría. Era cierto, Giyu y Shinobu eran excelentes para la pelea, más que ella sin duda, aun así, tenía el deseo de llegar lo antes posible para ser de utilidad, incluso si moría en el intento con tal de estar un paso más cerca de asesinar a Muzan valdría la pena.

Sus ágiles y fuertes piernas la ayudaron a impulsarse para seguirle el ritmo al otro pilar, normalmente en dicha situación haría algún comentario bobo sobre lo bien que lucía su espalda, capa o cabello pero no esta vez, iba demasiado pensativa en cómo sería la Luna superior como para ser inoportuna con sus halagos. Recordó todas las platicas con la pelinegra y ese sentimiento de enojo por la muerte de Kanae pareció contagiarse en ella también.

[c=#E50073]Sólo espera y veras, Shinobu-chan... ¡lo haremos pedazos![/c]

[sep]

Iba tan perdida en sus deseos y pensamientos que no notó lo corto que se hizo el camino hasta la llegada de la finca que conocía bien, su cuerpo respondió en automático, arrodillandose también ante su superior a quién le tenía profunda admiración y respeto, de nuevo, se ahorró todas sus palabras para otra ocasión, pues la sorpresa por la aparición de aquella mujer de cabellos oscuros le heló la sangre.

[c=#E50073]¿Un demonio...? Sumimasen Oyakata-sama... demo... ¿cómo podemos saber que no nos esta llevando a una trampa de Muzan?... [/c]
KMs1578393 · 18-21, F
No pudo dormir nada por la emoción de una misión nueva en dónde pudiera ser de utilidad a sus compañeros. Mucho antes de la hora prevista ya estaba ordenando sus cosas, alistó su uniforme, se aseguró de que no tuviera nada roto, se equipo con su arma y la capa que Rengoku amablemente había hecho para ella, después dispuso su tiempo a lo más complicado: su cabello, era tan largo que se ocupaba bastante en hacer las trenzas que siempre adornaban su espalda.

Cuando terminó todos los preparativos, como si estuviera calculado, la voz de su maestro entro directamente por la puerta entreabierta, haciéndola sonreír de oreja a oreja con todo entusiasmo presente. Se puso de pie y corrió hacia la puerta para recibirlo, pero para su mala suerte a la hora de abrir las puertas de par en par esa voz tan peculiar de los cuervos hizo de su conocimiento la pésima noticia, lo que de inmediato le hizo formar una expresión de desespero, ahora su razón para correr hacia el rubio no era por felicidad.

[i] ¡Rápido, Rengoku-san! ¡Si no nos damos prisa Shinobu-chan y Tomioka-san serán asesinados! [/i]

Se atrevió incluso a tomar su mano para tirar de ella con tal de reflejar su pánico a la situación actual de sus compañeros.