— Tch ¡Que ruidosa!! —Se irrita con demasiada facilidad, acercandose a la mujer enana levitando, golpeando su frente con el índice, no tan fuerte — ¡¿Ah?! ¿¿No puedo lanzarte cosas? Pensé que a eso habías venido, chibi —Sonreía ahora, despeinando vigoroso a la mujer — Vamos a divertirnos..