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Asuna · F
Tras el feroz encuentro con… ¡lo que sea que haya sido todo eso! (aún no era capaz de comprender la naturaleza de lo ocurrido), el instante en el que el azabache la recibió entre sus brazos se había vuelto su zona segura. La amabilidad de sus caricias, toda su calidez, le habían arrancado un suspiro de alivio inmediato. Era real. Estaba allí; ambos lo estaban y no necesitaba más que aquella promesa de un nuevo comienzo juntos. Después de todo… él era su sueño dentro de la pesadilla, su luz de esperanza dentro de un mundo plagado de cosas horrendas.

Se separó tan sólo lo necesario al oírle mencionar una vez más el cofre que aún yacía cercano a ellos, esperando ser inspeccionado por unos ojos curiosos o el primer intrépido en dar el paso. De nuevo la realidad reclamaba su -no tan justa- dosis de atención, obligándolos a pausar su momento.

Creo que podría serlo… —se aventuró ella también a teorizar. Pues sí, desde luego que parecía una trampa—. Kirito-kun, dime, ¿por qué somos los únicos aquí? —era un hecho que le había inquietado desde que habían arribado a la ruinosa ciudad de Karluin—. ¿Por qué no hay otras personas persiguiendo el evento? —temía decirlo en voz alta y que sus sospechas acabaran materializándose, pues, incluso si no lo decía, podía asegurar que él comprendía a lo que se refería: un evento era un señuelo de jugadores (para bien o para mal), de modo que no era normal que allí no hubiesen grupos interesados en conseguir el botín. A menos que… el mismo botín fuera la trampa, un detonante hacia algo más.

Supo que él había alcanzado una conclusión similar cuando su predisposición a ser el único en abrir el baúl la había prácticamente relegado de la tarea.

No... Espera... —barriendo de sus ojos las últimas lágrimas que hace tan sólo unos instantes habían significado felicidad, lo retuvo aferrándose a él en un abrazo que no pretendía dejarlo ir hasta que aceptara sus condiciones: —¡Dijiste que nos casaríamos! No puedes hacer esto solo... No lo haré, no me iré de aquí, no voy a dejarte... Lo abriremos al mismo tiempo, correré el riesgo a tu lado. Ya tomé mi decisión...