La pelirroja se quedó atónita por lo que sucedía. Pero que actriz era aquella rubia (?) Muy buena, muy buena. No perdió tiempo y en cuanto ambos guardias asistían a la rubia y al hombre la pelirroja se escabulle a su área donde estaba aquel diamante.
Ambos guardias estaban sin saber muy bien que hacer, el viejo se alarmó y dijo que dieran espacio. No tardaron en llamar la atención de aquel escándalo con las personas que estaban abajo.
Pasaría un rato de unos 25 minutos donde ambas mujeres se separarían y dónde Juliana se encargaría de robar el diamante. Mientras tanto, buscaban un paramédico en el lugar para Rose.
Todo estaba siendo un "desastre" en aquella fiesta. Dentro de 20 minutos escucharían las alarmas del diamante dispararse. Esto indicaría la salida de la pelirroja de aquel lugar y verificar el éxito del diamante.
— Esa cara de Roja casi le hace reír. Aunque, aferrada a su actuación se sostiene con ambas manos en el pecho del hombre luego, al suelo. Cayó de tal manera que se golpeó la frente contra el piso de mármol.
Salió mal, Rose esperaba que él la sujetara pero al parecer, el viejo tenía problemas de columna o algo. Le costó agacharse para asistir a la mujer, que estaba sudando de los nervios. Un estado físico bastante creíble. (?) —
—Los guardias irían hacia Juliana pero su atención se fue directamente al hombre de mostacho y a su compañera rubia que subirían a esa zona que en realidad estaba prohibida por los momentos. El horario para ver el diamante aún no era anunciado.
Juliana miro a Rose haciéndole miradas con sus ojos bien abiertos, indicando que ya se tirará al suelo, el tiempo apremiaba (?)—
- Doctor Raventzis... En estos momentos la sala no está a disposición... ¿Se le ofrecía algo adicional?
—Menciono uno de los guardias al varón y a la joven—
— Rose se sentía una mala actriz. Si no fuera por esos tragos que bebió para tomar valor, no sabría cómo fingir un acento falso y toda una identidad con esos desconocidos. Se reía de los comentarios que hacían, coqueta pero tratando de sonar inocente. Todo estaba bien, hasta que su celular vibró dentro del bolso y ese fatídico mensaje la tornó más nerviosa. ¿Desmayarse? ¿Quién carajos creía que era?—
Me gustaría subir.
— La seguidilla de comentarios aprobaron que subieran juntos. Rose estaba enojada, muy enojada con la estúpida Juliana. No quería arriesgarse así, a que esos asquerosos le pusieron un dedo encima. Para la pelirroja era un minuto, para ella quién sabe.
Pero ahí estaba, sosteniéndose del brazo del hombre con mostacho antes de desplomarse dramáticamente en el piso superior.— (?)
—Que incómodo era usar vestidos. Menos mal la pelirroja siempre llevaba una segunda opción de prendas bajas. El diamante azul estaba en la sección 7. Aún estaba cerrada, era el espacio final para terminar la fiesta, una fiesta que terminaría con una gran sorpresa. La pelirroja se fue deslizando entre la multitud al parecer tendría otro problema, habían hombres de seguridad, necesitaría la atención de la Rose nuevamente pero en el sector de arriba—
Ah maldita sea... No quiero complicaciones...
—Estaba cerca de esos guardias pero fingia charlar por móvil y tomarse fotos—
"necesito que subas a tus novios para acá arriba y finjas que te desmayas. Así me escabullo"
—Estaba atenta a qué Rose viera su móvil mientras hablaba con los fósiles andantes. La pelirroja le hacía una seña con la mano para que le viera—
Maldita sea... Mira el teléfono rubia!
—Volvio a mirar su móvil pero marco en una llamada a ver si atendía (?)—
— Distraer a un grupo de ancianos era tarea fácil. Lo difícil sería mantenerlos interesados sin acceder a invitaciones fuera del lugar. Rose intercambia una mirada con Juliana, sonriendo de lado. Mostraría su confianza al acercarse a los hombres, con su acento falso y la adorable personalidad pre fabricada de una estudiante de arte, jóven y entusiasta.—
—Queria tomarla de ese cuello y apretarla (?) Que rubia tan quisquillosa. Ella ganaría dinero y bastante si ayudaba a la pelirroja, se acercó a su oído y susurro—
Luego hablamos y ponemos leyes y derechos para ti y para mí, lo esencial es robar lo que te comenté.
—Giro su vista al primer senador que estaba con un elegante mostacho, veía a las dos mujeres pero se fijaba en la rubia. Otros dos mas al fondo miraban a Rose como carne fresca, la mirada de Juliana estaba felina y salvaje, interesada en esos cuervo que querían a la mujer—
De acuerdo un un 60/40. 60 para ti por todo el esfuerzo que vas a tener que hacer ~ ¿Ves al de mostacho agradable? A ese primero pero si puedes tener la atención de la mayoría de los caballeros mejor para mí.
Estas mintiendo. Dime algo más realista, como que me darás treinta y tú setenta.
— Fingía que buscaba algo en su bolso. Todo para seguir hablando antes de separarse de ella. ¿Por qué estaba haciendo eso? Ninguna razón en particular. Tal vez, estaba tan cansada de la rutina que esa locura le haría sentir algo de emoción. O tal vez, creía en ella y esperaba obtener una ganancia.
Rose está lista. Lo siguiente es acomodarse el cabello y sonreírle a la pelirroja.—
Haré mi parte, después me largo. No voy a arriesgarme a mas, recuerdalo.
Rose... Lo bonita que tienes, úsalo en el silencio princesa (?)
—Usar a la rubia como ceñuelo para robar en aquel museo sería la perfecta excusa de distracción entre esos ministros. La pelirroja se inclino un poco hacia su oído—
Si hacemos bien este trabajo te prometo la mitad del dinero ~
—Miraba de soslayo a las personas que le rondaban. Esperaba que Rose se aprendiera su nuevo nombre y la supuesta profesión que hacía. Así podrían escabullirse entre esa multitud con agilidad—
