JulesClairt is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
Hijo de Eileen, morador de la Tierra.
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
AC1555631 · F
[code]
"He esperado tanto por ti. He estado tan solo en este sitio... Conservado por una obsesión enferma... Aguardando el momento oportuno. Pero ahora estamos juntos, ahora podemos usar mis poderes para purgar al mundo. Tú, yo... Ariadnae, soy la oscuridad y tu me abrazas a ti como si fuese un viejo amigo. No creí que me dejarías despertar tan fácil. Te he subestimado, tú eres tan maldita como yo. ¿Sabes lo que sigue cierto?"


No, no había sido fuera de ella. Esa voz estuvo todo el tiempo en su cabeza. La escuchó la primera noche en brazos de Jules... Con un susurro clamaba su nombre. La escuchó por segunda vez como preludio a la más repulsiva pesadilla y ahora la escucha a ahí, en esa casa. La controlaba, la había llevado hasta el sótano y la hacía levantar el arma punzo cortante mientras avanzaba hasta el tembloroso muchacho.

— No, no. ¡No! — Chilló en alguna parte fuera de sí misma la conciencia que no poseía su cuerpo. Era una pesadilla, otra pesadilla, tenía que despertar. — No es real...

"Claro que es real. ¿Quieres verlo de primera mano?"


De pronto el enfoque cambio, ya no se veía a sí misma desde arriba. Ahora estaba dentro de su cuerpo, sus ojos fijos en la figura masculina segundos antes de apuñalarlo con una furia desmedida; el filo entró con rapidez en la carne pero la sangre no salió sino hasta que retiró el cuchillo de la herida, fue un chorro carmesí disparado de manera arbitraria lo que manchó sus mejillas. Tibia, estaba demasiado tibia, era una sensación reconfortante que, por primera vez en toda la noche, la hacía sonreír. Las cuencas del cuerpo que se retorcía cada vez menos se habían tornado blancas, como si la víctima hubiera decidido girar los ojos lo más posible para evitar ver el horror que se cometía con su ser.

Una no fue suficiente, enterró de nuevo el cuchillo una segunda vez. Era gracioso el sonido de la carne al ser "machacada", como cuando picaba la de algún animal para preparar la cena. ¿Por qué pensaba esas cosas mientras asesinaban a alguien?, ¿por qué lo estaba matando? Otra vez, y otra, y otra y otra. Los órganos quedaron expuestos por partes, flotando a medias en el charco de sangre. Ariadnae se preguntaba cómo es que el cuerpo humano albergaba tanto líquido. Jamás pensó que fuese tanto, ni que los intestinos fueran tan largos, ni que la piel pudiera desprenderse en cachos tan finos.

Más, más, más. No era un simple asesinato, era odio. Era oscuridad. Pronto no se conformó con apuñalar el cuerpo inherte sino que, con sumo cuidado se levantó y cortó las extremidades de una en una, teniendo que aplicar presión al llegar a los huesos pues no eran fáciles de romper y menos para una fémina con poca fuerza física; se hizo con la cabeza al último, no sin antes vaciarla por completo con los cortes necesarios: adiós ojos, adiós cerebro, adiós lengua, adiós dientes. Cuando terminó hizo montoncitos por categorías y le pareció la obra de arte más bella jamás vista. Se miró las manos llenas del color carmesí - tras sentarse en el suelo - y, por primera vez en todo ese rato, sonrió.

"Despierta."


Un dolor agudo en la cabeza amenazaba con estallarle el cerebro. No podía ver con claridad pues sus ojos no enfocaban del todo, por lo que decidió llevarse la diestra hasta uno de ellos, Ariadnae tenía esa costumbre para desperezarse desde incluso antes de morir; no obstante un líquido viscoso se pegó a su párpado.

Rojo era el color de la sangre que empañaba su vista. Rojo como los números del reloj de mesita. Rojo, rojo, rojo.

Horrorizada intentó con desesperación enfocar su vista, no podía ser, había sido una pesadilla.

— ¡NO! — Gritó tan fuerte que se quemó la garganta. Ahí, frente a ella, había una cabeza que poseía dos agujeros en lugar de ojos pero ella podía jurar que la miraba. Con terror se intentó deslizar hacia atrás lo más lejos que pudo de aquello pero su mano se recargó en algo húmedo y redondo antes de romperse merced al peso impjesto: era un ojo. Había llegado a uno de los montones de órganos.

Temblando se dio la vuelta para encontrarse con el horror de sus acciones. Tenía los ojos tan abiertos que le dolían, los labios tan separados que sus comisuras se habían partido ligeramente. Estaba fuera de sí y lo único que le quedó, lo único que pudo hacer con su psique tan dañada, fue soltar alaridos, uno tras otro, tras otro. Alaridos que retumbaron por toda la casa antes de que la puerta del sótano se cerrara y éstos se apaciguaran.

[sep]

And all the people say. You can't wake up, this is not a dream. You're part of a machine, you are not a human being.

[/code]
 
Send Comment