Hijo de Eileen, morador de la Tierra.
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Historia.
Jules Clairt nació en el mundo de Eldréion, una tierra muy similar a aquella que escritores como Tolkien plasmaron en sus obras. En ella, la magia es un componente habitual de la vida cotidiana, y se reverenciaba a una deidad principal, Eileen. Dicho ser era, presumiblemente, la fuente suprema de toda la vida y poder reinantes en Eldréion, y se le adoraba como tal. Jules Clairt fue entrenado desde su juventud para convertirse en guardián de la Fortaleza, un recinto cuidadosamente protegido enclavado en el corazón de Dakron, la más grande ciudad de Eldréion. Se presume que en dicho lugar moraba la fuente de magia que nutría a todo el planeta.
Muchos años antes de que Jules naciera, una crisis global azotó a todo Eldréion, devastando reinos y enfrentando a hermano contra hermano. El caos y la locura azoraban a todos, poseídos por una extraña energía maléfica nacida de un gran mago y antiguo Guardían: Samyel, el discípulo más destacado de los archimagos Ordrus y Mar’kyeh, quienes eran los principales encargados de defender la Fortaleza. Samyel se hizo con un poder prohibido para todo Eldréion, y al ser consumido por él desató fuerzas demoníacas más allá de toda comprensión. Por ello, dicha energía y su usuario fueron sellados, cuidando que nunca más pudieran liberarse.
Debido a varias circunstancias, el sello fue roto, y Jules junto con otros compañeros se vieron en la necesidad de recorrer el vasto mundo de Eldréion a fin de descubrir lo que realmente era su tierra natal, quién era Samyel y qué es lo que sucedió durante el Cataclismo. Esta larga batalla culminó con un gran descubrimiento: el poder real detrás de Samyel era tal, que Eldréion no podía contenerlo. Jules descubrió que existían mundos distintos al suyo, y uno en particular parecía poder contener toda esa energía que amenazaba con destruir por completo su planeta: la Tierra. Tras grandes esfuerzos, mediante un portal que magos de tiempos pasados descubrieron pudo contactar a un grupo de los mismos, con quienes pactó. A cambio de que le ayudaran a resguardar el mal que traía consigo desde su mundo natal, Jules les proveería con magia desconocida para ellos, conocimientos superiores y seguridad ante sus enemigos. Éstos aceptaron, y tomaron el nombre de Casa LeClairt, en honor a su benefactor.
Historia temprana.
Los primeros años de Jules en la Tierra estuvieron plagados de descubrimientos y aventuras. En ellos, forjó alianzas y amistades que lo acompañarían tiempo después, dado que no era el único ser sobrenatural que existía en ese mundo; algunos de sus más acendrados camaradas provienen de esas épocas. Nana Baskerville es una de esas personas, quien le ayudó a reconstruir el Horologium, un artefacto perteneciente a Morfeo. Tras una serie de aventuras, ambos quedaron como buenos amigos, y él cedió a la viajera la propiedad del artilugio como una muestra de buena voluntad.
Ariadnae.
El primer gran amor de Jules fue Ariadnae Cromwell, la hija de una familia aristocrática a quien conoció en un baile de la alta sociedad londinense. Aquello fue amor a primera vista. Jules y Ariadnae se enamoraron, contrayeron nupcias tras aproximadamente tres años de noviazgo, y del matrimonio nacieron dos hijos: Andrei y Leonidas Alexei.
Sin embargo, durante el primer embarazo de Ariadnae, algo salió mal. La genética de Jules, ajena a la Tierra, hizo conflicto con la naturaleza meramente humana de su esposa; de modo que ambos, madre e hijo, estuvieron en peligro de morir. Jules, al borde del colapso y la culpabilidad al no haber medido las consecuencias de sus actos (y su amor), hubo de recurrir a lo que más temía: al poder oculto en las catacumbas de la mansión, usándolo para vivificar y restablecer a Ariadnae. Sin embargo, en su desesperación, no pudo calcular el verdadero alcance de esa elección. Samyel fue adueñándose lentamente de Ariadnae, con vistas a usarla para liberarse de su prisión. Cuando la invasión se hizo insostenible, Ariadnae pidió a Jules que fuera él quien la asesinara, antes de que sus hijos o él se vieran afectados por la tragedia. Jules accedió y, usando a Daemon, atravesó el corazón de la mujer que amaba, jurando guardar el secreto.
Andrei y Leonidas nunca supieron lo que en realidad había sucedido. Culpando a su padre, quien, fiel a su promesa, nunca reveló el mal que Ariadnae había hecho - así hubiera sido fuera de su voluntad -, ambos departieron de la mansión en 1889, dejando atrás a un Jules destrozado, abatido y sumergido en la culpa. Poco hizo en el siglo venidero. Sus energías se enfocaron al estudio y a su objetivo original: encontrar la manera de volver a casa.
El Manuscrito y el reinicio.
Hace algunos años atrás, en la época contemporánea, Jules decidió cambiar su actitud y metas: si no era capaz de pagar en carne propia por los fallos cometidos, habría de redimirse intentando hacer el bien a otros. Sus andanzas lo llevaron a varios lugares, donde conoció multitud de personas; una de ellas fue Crow, un mafioso de New Haven City, con quien estableció camaradería, incluso llegando a formar parte de un grupo de resistencia formado por él. Sin embargo, poco sabía que todo aquello sería una manera de traer al presente los fantasmas de su pasado.
Uno de los objetos que trajo consigo de Eldréion, el Manuscrito, era la única fuente de magia y sabiduría proveniente de ese mundo que existía en la Tierra. Jules, en un error más, guardó el original e hizo una copia para trabajar en ella; sin embargo, durante los años idílicos de su noviazgo y matrimonio, se olvidó por completo del documento, creyéndolo a buen resguardo en las bóvedas de la Casa. La noche en que Andrei y Leonidas se fueron, el último se llevó consigo el Manuscrito; mediante su estudio pudo adquirir capacidades más allá de las que su herencia le daban, pero también le costó la vida. Malthael Adramelech, un arcángel renegado, capturó a Leonidas, haciéndolo conejillo de Indias de sus experimentos maquiavélicos e intentando descifrar el contenido del libro; dado que solo Jules podía entenderlo, la única solución fue que el hechicero desapareciera junto con el original, y varias páginas que Crow y él lograron robar de la copia. Así, Jules se perdió en un limbo dimensional, donde creyó que, por fin, expiaría sus culpas.
Se equivocaba. De alguna manera, se las arregló para escapar de esa prisión, aunque sin desearlo; su regreso a la Tierra lo llevó a las puertas de un santuario en Ebetsu, donde Yui Katai le descubrió y cuidó por un tiempo, hasta que el mago desapareció sin avisar. Algo le estaba sucediendo. Había perdido su atemporalidad, sufriendo una regresión que lo hizo perder la memoria y revertir físicamente a la infancia; era como si se le estuviera dando la oportunidad de ser alguien distinto, llevar una nueva vida.
Crecimiento y Elite Army.
Poco se conoce de la segunda niñez de Jules. Se dice que sobrevivió por su cuenta en los suburbios de Londres, rodeado de indigentes, maleantes y desposeídos; sin recordar quién era o por qué vivía ahí, con tan solo una pista de su pasado al cuello: la Aguja. El pequeño Jules no sabía su origen o significado, pero estaba consciente de que aquel era un tesoro que debía proteger a toda costa; de modo que siempre lo mantuvo oculto, arreglándoselas para sobrevivir en las zonas más olvidadas de la ciudad, hasta que un día una extraña dama se apareció en los alrededores para llevarlo consigo: Zuiver, la encarnación primordial del orden que había tomado forma humana y lo había elegido como su campeón, encargándose de su crianza desde ese punto.
Los años pasaron, y llegó el momento en que Jules hubo de abandonar el lado de Zuiver, preparándose para encontrar su destino después de que ella le habló de la verdad detrás de sí mismo y Eldréion, revelándole sus verdaderos orígenes. Así, Jules buscó el lugar de sus recuerdos: la Gray House, su mansión en Piccadilly y la sede de la Casa LeClairt, abandonada desde hacía décadas; asimismo, el último lugar de reposo de Samyel, quien aguardaba en paciente espera, encerrado en el sótano de la casona a sabiendas de que su tiempo estaba por llegar. Jules volvió a instalarse en la residencia, dedicando gran parte de su tiempo a recobrar sus memorias y su lugar en el mundo; mas el estudio de sus diarios, el estar rodeado de sus recuerdos, el contacto con viejas amistades, lograron no solo devolverle su pasado, sino los males asociados a éste.
Jules se hallaba en uno de los momentos más frágiles de su vida, abrumado por sus descubrimientos, por las responsabilidades que había dejado atrás y por la culpa: para él, fue como darse cuenta de que su sacrificio había sido en vano. Fue en ese momento cuando Deus Lux atacó, poniendo en peligro no solo su ciudad, sino el mundo entero; por lo que el hechicero se vio envuelto en una batalla de proporciones épicas sin pensarlo, combatiendo junto a otros héroes tanto o más poderosos que él. Sin embargo, a pesar de las grandes habilidades de sus camaradas, éstos fueron vencidos y forzados a retirarse; los combatientes, malheridos y agotados, se replegaron a la Gray House para recobrar fuerzas y planear la contraofensiva.
Durante la batalla, Jules había notado que su oponente llevaba parte de la esencia de Samyel dentro de él. En ese momento, temiendo lo peor, se dirigió a comprobar el sello, descubriendo para su horror que su eterno enemigo había despertado y amenazaba con liberarse, emanando tanto poder que a duras penas seguía siendo contenido. Jules, disponiéndose a ofrendar su vida una vez más para dar final al horror que él mismo había causado, se aventuró dentro de la habitación prohibida para enfrentar a Samyel, y a sí mismo. Fue una batalla agotadora y cruenta, que el hechicero estuvo a punto de perder; sin embargo, gracias a ayuda externa, logró prevalecer y hacer suyo el poder de Samyel, absorbiéndolo dentro de sí mismo para ser él ahora una prisión viviente. Esto incrementó sus habilidades exponencialmente y le proporcionó un nuevo control sobre la oscuridad. A partir de ese momento, Jules fue considerado parte de Elite Army: el grupo de titanes que pretendía enfrentar a Deus Lux y defender la Tierra.
El regreso de Ariadnae: actualidad.
A pesar de su papel en las batallas contra Deus Lux, Jules prefirió retirarse de su hogar en Londres, que ahora se le antojaba vacío y repleto de acusaciones silenciosas por sus errores del pasado; buscando una paz que quizá no merecía, se trasladó a Dublín, donde estaba su segundo y más secreto refugio: Friedenhaus, el lugar que había elegido para el eterno reposo de Ariadnae. Intentando recobrarse de los acontecimientos recientes, se estableció en Irlanda, convencido de que podría encontrar consuelo en la soledad.
El cadáver de Ariadnae, mantenido en animación suspendida por métodos arcanos, reposaba en una cripta oculta que Jules decidió abrir, permitiendo así que el hermetismo se resquebrajara y el mundo exterior, junto con sus corrientes de maná, penetraran en el mausoleo. Había algo que el mago no sabía: cuando asesinó a Ariadnae, su alma no volvió al origen, sino que quedó atrapada en la espada que él había utilizado, misma que, durante uno de sus viajes, había obsequiado a un personaje peculiar en un intento de descargar un poco de sus remordimientos. Este individuo, Phineas, "El Mecánico", descubrió ese hecho y puso a salvo el espíritu de Ariadnae dentro de una gema, que posteriormente se rompió, liberando su contenido. Cuando Jules removió el sello del hipogeo, el alma finalmente encontró el camino de vuelta a casa, reviviendo a Ariadnae en la época moderna.
¡Su esposa estaba de vuelta! Jules no podía creerlo; por fin tenía una verdadera oportunidad para resarcir las consecuencias de sus errores. El regreso de Ariadnae trajo para él una nueva oportunidad de ser feliz; y no volvería a perderla, por nada en el mundo. Sin embargo, tan maravilloso acontecimiento no estaba exento de malas nuevas, pues el cuerpo de su esposa aún seguía infectado por la maldad de Samyel, que en ocasiones llegaba a dominar la psique de Ariadnae, moviéndola a atrocidades sin nombre. Además, Jules hubo de revelar el abandono de sus hijos, y la muerte de uno de ellos. En la actualidad, el hechicero se empeña en salvar la cordura y vida de su esposa, mientras que la búsqueda por Andrei, su primogénito, ha comenzado.
Cita: "¿Me preguntas, cariño, quién soy yo en realidad? Dicha cuestión quedará sin responder por esta noche, me temo. No quisiera perderte tan pronto."
Nombre: Jules Clairt
Edad: (Pre-regresión) Aparenta tener 27 años. No obstante, su edad real es mayor, dado que Jules no es un ser humano, sino un visitante llegado de un mundo distinto a la Tierra y ajeno a sus leyes temporales. (Post-regresión) Treinta años terrestres, puesto que ahora envejece al ritmo de un ser humano normal.
Nacimiento: Año 327 tras la Gran Catástrofe.
Nacionalidad: Jules Clairt nació en un mundo distinto, conocido como Eldréion.
Ocupación: Merced a sus estudios y andanzas, Jules tiene la profesión de arqueólogo.
Familia: Jules hizo un contrato con una cábala de magos al llegar a la Tierra, proveyéndoles con saberes de su tierra natal a cambio de ciertos favores, y que el grupo de hechiceros adoptara a Jules como su patriarca. De modo que Jules Clairt es la cabeza de la Casa LeClairt.
Apariencia: Con 1.87 de estatura, Jules Clairt es un hombre más bien delgado, de piel clara, que porta una expresión despistada y ojos color ébano. Su medianamente largo cabello gris que asoma algunas vetas blancas, reposa sobre el comienzo de su columna vertebral, con cierta rebeldía al no quedarse completamente acomodado. Un tatuaje de símbolos desconocidos decora gran parte de su espalda, siendo ésa la insignia de su clan y la principal marca del antiguo pacto realizado. Jules a veces porta gafas, aunque su vista no presenta defecto alguno; pareciera que dicho objeto es más bien un recuerdo de alguien importante para él. En épocas recientes, ha comenzado a llevar el cabello más corto, y ha pasado del característico tono gris-blancuzco a un castaño oscuro; la influencia de Samyel se ha notado incluso en su apariencia.
Vestimenta: Habitualmente, porta una larga gabardina de piel café, que tiene múltiples bolsillos y compartimientos donde guarda toda suerte de amuletos, tanto terrestres como provenientes de Eldréion. Debajo de ella, suele vestir pantalones negros de mezclilla y un suéter de cuello tortuga a juego, que puede ser verde seco o café según su gusto particular en ese día. Antes de su compromiso, solía llevar siempre un colgante, compuesto de una cadena de plata, de la cual pende un objeto de plata similar a una aguja; se trataba de una reliquia proveniente de su tierra natal.
Psicología: Jules es una persona de carácter desenfadado y vivaz, dispuesto a ayudar al prójimo y con una aparente tendencia a la irresponsabilidad. No obstante, es tenaz y constante cuando el objetivo lo amerita, y posee un férreo código de honor que se esfuerza en mantener sin importar la situación. En batalla, es un guerrero metódico, sagaz y arrojado; excelente estratega, siendo ese uno de los rasgos que sus camaradas más reconocen en su estilo de pelea. Fuera de ella, fácilmente se le podría confundir con un adolescente de marcada indolencia, carismático, relajado y amable; propenso a la broma, desenfadado. Suele ser sobreprotector con quienes ama. Se trata de un alcohólico rehabilitado, en busca de redimirse y, de alguna manera, pagar con sus acciones los errores de su pasado. También es fumador empedernido; su marca favorita es Lucky Strike.
Adora: Los gatos, las ruinas, el estudio, los libros, a sus hijos (aunque hace tiempo que no les contacta), el cigarro.
Odia: La hipocresía, despertarse temprano, cumplir con obligaciones sociales, la mentira, la gente que se desentiende de sus seres queridos.
Armas: En batalla, Jules esgrime dos viejas armas que trajo consigo desde su mundo natal. A simple vista se pueden distinguir como una lanza simple, construida en madera y cuya punta parece ser de cristal o diamante, y una espada relativamente larga, que luce un filo de alrededor de 1.5 metros, adornado con múltiples runas y símbolos extraños. La razón para que este personaje utilice armas tan comunes es simple: en realidad, debido al pacto que hizo con el grupo de magos, el verdadero poder de dichas armas está sellado y solo recurre a él en situaciones extremas. La lanza es llamada Angelus, y Daemon es el nombre de la espada, bautizadas así por Jules mismo al no poder pronunciar el nombre real de las mismas para que oídos humanos lo entendieran.
Habilidades: Jules excede en distintos campos tanto de la sabiduría como de la batalla, siendo un excepcional combatiente cuerpo a cuerpo, diestro en el uso de sus tres armas insignia. También ha estudiado largamente algunas artes marciales y otras áreas físicas de combate humano, dotándolo de una versatilidad sorprendente en el combate. Su origen le permite hacer uso de una energía similar a la magia humana, mas él lo evita siempre que puede. Pareciera que le disgusta hacer uso de dicho poder, así como trata de nunca despertar la verdadera forma de sus armas.
Técnicas: Solamente posee una técnica insignia, conocida como Llanto de Eileen. En ella, Jules llama al poder durmiente de su mundo natal, utilizándolo para emitir una ola de energía inconmensurable que arrasa con todo a su paso. Este ataque agota por completo a Jules y es prácticamente imparable, dado que su naturaleza es ajena a las leyes de este mundo.
Jules Clairt nació en el mundo de Eldréion, una tierra muy similar a aquella que escritores como Tolkien plasmaron en sus obras. En ella, la magia es un componente habitual de la vida cotidiana, y se reverenciaba a una deidad principal, Eileen. Dicho ser era, presumiblemente, la fuente suprema de toda la vida y poder reinantes en Eldréion, y se le adoraba como tal. Jules Clairt fue entrenado desde su juventud para convertirse en guardián de la Fortaleza, un recinto cuidadosamente protegido enclavado en el corazón de Dakron, la más grande ciudad de Eldréion. Se presume que en dicho lugar moraba la fuente de magia que nutría a todo el planeta.
Muchos años antes de que Jules naciera, una crisis global azotó a todo Eldréion, devastando reinos y enfrentando a hermano contra hermano. El caos y la locura azoraban a todos, poseídos por una extraña energía maléfica nacida de un gran mago y antiguo Guardían: Samyel, el discípulo más destacado de los archimagos Ordrus y Mar’kyeh, quienes eran los principales encargados de defender la Fortaleza. Samyel se hizo con un poder prohibido para todo Eldréion, y al ser consumido por él desató fuerzas demoníacas más allá de toda comprensión. Por ello, dicha energía y su usuario fueron sellados, cuidando que nunca más pudieran liberarse.
Debido a varias circunstancias, el sello fue roto, y Jules junto con otros compañeros se vieron en la necesidad de recorrer el vasto mundo de Eldréion a fin de descubrir lo que realmente era su tierra natal, quién era Samyel y qué es lo que sucedió durante el Cataclismo. Esta larga batalla culminó con un gran descubrimiento: el poder real detrás de Samyel era tal, que Eldréion no podía contenerlo. Jules descubrió que existían mundos distintos al suyo, y uno en particular parecía poder contener toda esa energía que amenazaba con destruir por completo su planeta: la Tierra. Tras grandes esfuerzos, mediante un portal que magos de tiempos pasados descubrieron pudo contactar a un grupo de los mismos, con quienes pactó. A cambio de que le ayudaran a resguardar el mal que traía consigo desde su mundo natal, Jules les proveería con magia desconocida para ellos, conocimientos superiores y seguridad ante sus enemigos. Éstos aceptaron, y tomaron el nombre de Casa LeClairt, en honor a su benefactor.
Historia temprana.
Los primeros años de Jules en la Tierra estuvieron plagados de descubrimientos y aventuras. En ellos, forjó alianzas y amistades que lo acompañarían tiempo después, dado que no era el único ser sobrenatural que existía en ese mundo; algunos de sus más acendrados camaradas provienen de esas épocas. Nana Baskerville es una de esas personas, quien le ayudó a reconstruir el Horologium, un artefacto perteneciente a Morfeo. Tras una serie de aventuras, ambos quedaron como buenos amigos, y él cedió a la viajera la propiedad del artilugio como una muestra de buena voluntad.
Ariadnae.
El primer gran amor de Jules fue Ariadnae Cromwell, la hija de una familia aristocrática a quien conoció en un baile de la alta sociedad londinense. Aquello fue amor a primera vista. Jules y Ariadnae se enamoraron, contrayeron nupcias tras aproximadamente tres años de noviazgo, y del matrimonio nacieron dos hijos: Andrei y Leonidas Alexei.
Sin embargo, durante el primer embarazo de Ariadnae, algo salió mal. La genética de Jules, ajena a la Tierra, hizo conflicto con la naturaleza meramente humana de su esposa; de modo que ambos, madre e hijo, estuvieron en peligro de morir. Jules, al borde del colapso y la culpabilidad al no haber medido las consecuencias de sus actos (y su amor), hubo de recurrir a lo que más temía: al poder oculto en las catacumbas de la mansión, usándolo para vivificar y restablecer a Ariadnae. Sin embargo, en su desesperación, no pudo calcular el verdadero alcance de esa elección. Samyel fue adueñándose lentamente de Ariadnae, con vistas a usarla para liberarse de su prisión. Cuando la invasión se hizo insostenible, Ariadnae pidió a Jules que fuera él quien la asesinara, antes de que sus hijos o él se vieran afectados por la tragedia. Jules accedió y, usando a Daemon, atravesó el corazón de la mujer que amaba, jurando guardar el secreto.
Andrei y Leonidas nunca supieron lo que en realidad había sucedido. Culpando a su padre, quien, fiel a su promesa, nunca reveló el mal que Ariadnae había hecho - así hubiera sido fuera de su voluntad -, ambos departieron de la mansión en 1889, dejando atrás a un Jules destrozado, abatido y sumergido en la culpa. Poco hizo en el siglo venidero. Sus energías se enfocaron al estudio y a su objetivo original: encontrar la manera de volver a casa.
El Manuscrito y el reinicio.
Hace algunos años atrás, en la época contemporánea, Jules decidió cambiar su actitud y metas: si no era capaz de pagar en carne propia por los fallos cometidos, habría de redimirse intentando hacer el bien a otros. Sus andanzas lo llevaron a varios lugares, donde conoció multitud de personas; una de ellas fue Crow, un mafioso de New Haven City, con quien estableció camaradería, incluso llegando a formar parte de un grupo de resistencia formado por él. Sin embargo, poco sabía que todo aquello sería una manera de traer al presente los fantasmas de su pasado.
Uno de los objetos que trajo consigo de Eldréion, el Manuscrito, era la única fuente de magia y sabiduría proveniente de ese mundo que existía en la Tierra. Jules, en un error más, guardó el original e hizo una copia para trabajar en ella; sin embargo, durante los años idílicos de su noviazgo y matrimonio, se olvidó por completo del documento, creyéndolo a buen resguardo en las bóvedas de la Casa. La noche en que Andrei y Leonidas se fueron, el último se llevó consigo el Manuscrito; mediante su estudio pudo adquirir capacidades más allá de las que su herencia le daban, pero también le costó la vida. Malthael Adramelech, un arcángel renegado, capturó a Leonidas, haciéndolo conejillo de Indias de sus experimentos maquiavélicos e intentando descifrar el contenido del libro; dado que solo Jules podía entenderlo, la única solución fue que el hechicero desapareciera junto con el original, y varias páginas que Crow y él lograron robar de la copia. Así, Jules se perdió en un limbo dimensional, donde creyó que, por fin, expiaría sus culpas.
Se equivocaba. De alguna manera, se las arregló para escapar de esa prisión, aunque sin desearlo; su regreso a la Tierra lo llevó a las puertas de un santuario en Ebetsu, donde Yui Katai le descubrió y cuidó por un tiempo, hasta que el mago desapareció sin avisar. Algo le estaba sucediendo. Había perdido su atemporalidad, sufriendo una regresión que lo hizo perder la memoria y revertir físicamente a la infancia; era como si se le estuviera dando la oportunidad de ser alguien distinto, llevar una nueva vida.
Crecimiento y Elite Army.
Poco se conoce de la segunda niñez de Jules. Se dice que sobrevivió por su cuenta en los suburbios de Londres, rodeado de indigentes, maleantes y desposeídos; sin recordar quién era o por qué vivía ahí, con tan solo una pista de su pasado al cuello: la Aguja. El pequeño Jules no sabía su origen o significado, pero estaba consciente de que aquel era un tesoro que debía proteger a toda costa; de modo que siempre lo mantuvo oculto, arreglándoselas para sobrevivir en las zonas más olvidadas de la ciudad, hasta que un día una extraña dama se apareció en los alrededores para llevarlo consigo: Zuiver, la encarnación primordial del orden que había tomado forma humana y lo había elegido como su campeón, encargándose de su crianza desde ese punto.
Los años pasaron, y llegó el momento en que Jules hubo de abandonar el lado de Zuiver, preparándose para encontrar su destino después de que ella le habló de la verdad detrás de sí mismo y Eldréion, revelándole sus verdaderos orígenes. Así, Jules buscó el lugar de sus recuerdos: la Gray House, su mansión en Piccadilly y la sede de la Casa LeClairt, abandonada desde hacía décadas; asimismo, el último lugar de reposo de Samyel, quien aguardaba en paciente espera, encerrado en el sótano de la casona a sabiendas de que su tiempo estaba por llegar. Jules volvió a instalarse en la residencia, dedicando gran parte de su tiempo a recobrar sus memorias y su lugar en el mundo; mas el estudio de sus diarios, el estar rodeado de sus recuerdos, el contacto con viejas amistades, lograron no solo devolverle su pasado, sino los males asociados a éste.
Jules se hallaba en uno de los momentos más frágiles de su vida, abrumado por sus descubrimientos, por las responsabilidades que había dejado atrás y por la culpa: para él, fue como darse cuenta de que su sacrificio había sido en vano. Fue en ese momento cuando Deus Lux atacó, poniendo en peligro no solo su ciudad, sino el mundo entero; por lo que el hechicero se vio envuelto en una batalla de proporciones épicas sin pensarlo, combatiendo junto a otros héroes tanto o más poderosos que él. Sin embargo, a pesar de las grandes habilidades de sus camaradas, éstos fueron vencidos y forzados a retirarse; los combatientes, malheridos y agotados, se replegaron a la Gray House para recobrar fuerzas y planear la contraofensiva.
Durante la batalla, Jules había notado que su oponente llevaba parte de la esencia de Samyel dentro de él. En ese momento, temiendo lo peor, se dirigió a comprobar el sello, descubriendo para su horror que su eterno enemigo había despertado y amenazaba con liberarse, emanando tanto poder que a duras penas seguía siendo contenido. Jules, disponiéndose a ofrendar su vida una vez más para dar final al horror que él mismo había causado, se aventuró dentro de la habitación prohibida para enfrentar a Samyel, y a sí mismo. Fue una batalla agotadora y cruenta, que el hechicero estuvo a punto de perder; sin embargo, gracias a ayuda externa, logró prevalecer y hacer suyo el poder de Samyel, absorbiéndolo dentro de sí mismo para ser él ahora una prisión viviente. Esto incrementó sus habilidades exponencialmente y le proporcionó un nuevo control sobre la oscuridad. A partir de ese momento, Jules fue considerado parte de Elite Army: el grupo de titanes que pretendía enfrentar a Deus Lux y defender la Tierra.
El regreso de Ariadnae: actualidad.
A pesar de su papel en las batallas contra Deus Lux, Jules prefirió retirarse de su hogar en Londres, que ahora se le antojaba vacío y repleto de acusaciones silenciosas por sus errores del pasado; buscando una paz que quizá no merecía, se trasladó a Dublín, donde estaba su segundo y más secreto refugio: Friedenhaus, el lugar que había elegido para el eterno reposo de Ariadnae. Intentando recobrarse de los acontecimientos recientes, se estableció en Irlanda, convencido de que podría encontrar consuelo en la soledad.
El cadáver de Ariadnae, mantenido en animación suspendida por métodos arcanos, reposaba en una cripta oculta que Jules decidió abrir, permitiendo así que el hermetismo se resquebrajara y el mundo exterior, junto con sus corrientes de maná, penetraran en el mausoleo. Había algo que el mago no sabía: cuando asesinó a Ariadnae, su alma no volvió al origen, sino que quedó atrapada en la espada que él había utilizado, misma que, durante uno de sus viajes, había obsequiado a un personaje peculiar en un intento de descargar un poco de sus remordimientos. Este individuo, Phineas, "El Mecánico", descubrió ese hecho y puso a salvo el espíritu de Ariadnae dentro de una gema, que posteriormente se rompió, liberando su contenido. Cuando Jules removió el sello del hipogeo, el alma finalmente encontró el camino de vuelta a casa, reviviendo a Ariadnae en la época moderna.
¡Su esposa estaba de vuelta! Jules no podía creerlo; por fin tenía una verdadera oportunidad para resarcir las consecuencias de sus errores. El regreso de Ariadnae trajo para él una nueva oportunidad de ser feliz; y no volvería a perderla, por nada en el mundo. Sin embargo, tan maravilloso acontecimiento no estaba exento de malas nuevas, pues el cuerpo de su esposa aún seguía infectado por la maldad de Samyel, que en ocasiones llegaba a dominar la psique de Ariadnae, moviéndola a atrocidades sin nombre. Además, Jules hubo de revelar el abandono de sus hijos, y la muerte de uno de ellos. En la actualidad, el hechicero se empeña en salvar la cordura y vida de su esposa, mientras que la búsqueda por Andrei, su primogénito, ha comenzado.
Cita: "¿Me preguntas, cariño, quién soy yo en realidad? Dicha cuestión quedará sin responder por esta noche, me temo. No quisiera perderte tan pronto."
Nombre: Jules Clairt
Edad: (Pre-regresión) Aparenta tener 27 años. No obstante, su edad real es mayor, dado que Jules no es un ser humano, sino un visitante llegado de un mundo distinto a la Tierra y ajeno a sus leyes temporales. (Post-regresión) Treinta años terrestres, puesto que ahora envejece al ritmo de un ser humano normal.
Nacimiento: Año 327 tras la Gran Catástrofe.
Nacionalidad: Jules Clairt nació en un mundo distinto, conocido como Eldréion.
Ocupación: Merced a sus estudios y andanzas, Jules tiene la profesión de arqueólogo.
Familia: Jules hizo un contrato con una cábala de magos al llegar a la Tierra, proveyéndoles con saberes de su tierra natal a cambio de ciertos favores, y que el grupo de hechiceros adoptara a Jules como su patriarca. De modo que Jules Clairt es la cabeza de la Casa LeClairt.
Apariencia: Con 1.87 de estatura, Jules Clairt es un hombre más bien delgado, de piel clara, que porta una expresión despistada y ojos color ébano. Su medianamente largo cabello gris que asoma algunas vetas blancas, reposa sobre el comienzo de su columna vertebral, con cierta rebeldía al no quedarse completamente acomodado. Un tatuaje de símbolos desconocidos decora gran parte de su espalda, siendo ésa la insignia de su clan y la principal marca del antiguo pacto realizado. Jules a veces porta gafas, aunque su vista no presenta defecto alguno; pareciera que dicho objeto es más bien un recuerdo de alguien importante para él. En épocas recientes, ha comenzado a llevar el cabello más corto, y ha pasado del característico tono gris-blancuzco a un castaño oscuro; la influencia de Samyel se ha notado incluso en su apariencia.
Vestimenta: Habitualmente, porta una larga gabardina de piel café, que tiene múltiples bolsillos y compartimientos donde guarda toda suerte de amuletos, tanto terrestres como provenientes de Eldréion. Debajo de ella, suele vestir pantalones negros de mezclilla y un suéter de cuello tortuga a juego, que puede ser verde seco o café según su gusto particular en ese día. Antes de su compromiso, solía llevar siempre un colgante, compuesto de una cadena de plata, de la cual pende un objeto de plata similar a una aguja; se trataba de una reliquia proveniente de su tierra natal.
Psicología: Jules es una persona de carácter desenfadado y vivaz, dispuesto a ayudar al prójimo y con una aparente tendencia a la irresponsabilidad. No obstante, es tenaz y constante cuando el objetivo lo amerita, y posee un férreo código de honor que se esfuerza en mantener sin importar la situación. En batalla, es un guerrero metódico, sagaz y arrojado; excelente estratega, siendo ese uno de los rasgos que sus camaradas más reconocen en su estilo de pelea. Fuera de ella, fácilmente se le podría confundir con un adolescente de marcada indolencia, carismático, relajado y amable; propenso a la broma, desenfadado. Suele ser sobreprotector con quienes ama. Se trata de un alcohólico rehabilitado, en busca de redimirse y, de alguna manera, pagar con sus acciones los errores de su pasado. También es fumador empedernido; su marca favorita es Lucky Strike.
Adora: Los gatos, las ruinas, el estudio, los libros, a sus hijos (aunque hace tiempo que no les contacta), el cigarro.
Odia: La hipocresía, despertarse temprano, cumplir con obligaciones sociales, la mentira, la gente que se desentiende de sus seres queridos.
Armas: En batalla, Jules esgrime dos viejas armas que trajo consigo desde su mundo natal. A simple vista se pueden distinguir como una lanza simple, construida en madera y cuya punta parece ser de cristal o diamante, y una espada relativamente larga, que luce un filo de alrededor de 1.5 metros, adornado con múltiples runas y símbolos extraños. La razón para que este personaje utilice armas tan comunes es simple: en realidad, debido al pacto que hizo con el grupo de magos, el verdadero poder de dichas armas está sellado y solo recurre a él en situaciones extremas. La lanza es llamada Angelus, y Daemon es el nombre de la espada, bautizadas así por Jules mismo al no poder pronunciar el nombre real de las mismas para que oídos humanos lo entendieran.
Habilidades: Jules excede en distintos campos tanto de la sabiduría como de la batalla, siendo un excepcional combatiente cuerpo a cuerpo, diestro en el uso de sus tres armas insignia. También ha estudiado largamente algunas artes marciales y otras áreas físicas de combate humano, dotándolo de una versatilidad sorprendente en el combate. Su origen le permite hacer uso de una energía similar a la magia humana, mas él lo evita siempre que puede. Pareciera que le disgusta hacer uso de dicho poder, así como trata de nunca despertar la verdadera forma de sus armas.
Técnicas: Solamente posee una técnica insignia, conocida como Llanto de Eileen. En ella, Jules llama al poder durmiente de su mundo natal, utilizándolo para emitir una ola de energía inconmensurable que arrasa con todo a su paso. Este ataque agota por completo a Jules y es prácticamente imparable, dado que su naturaleza es ajena a las leyes de este mundo.