31-35, M
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ArleethHarper · F
R. Off: Gracias por la invitación.
SLilith · 100+, F
por supuesto que no llevaremos bien ^^
y como te encuentras disculpa la tardanza
y como te encuentras disculpa la tardanza
DateMasamune · M
Ooc: Hmmm, inusual inicio. Tratare de adaptarme.
El país de Japón, la ciudad de Tokio sitio en donde pasaba las mil y un cosas y en donde a más de un millón de personas no les interesaba el estado el ajeno o de para mejores términos de su Prójimo. Pero, el momento en que más cosas extrañan sucedían era desde luego en la noche, se había notificado muchas denuncias de personas desaparecidas y que ya tenían más de un mes sin dar rastro de su existencia por lo que las autoridades habían dado en ciertas zonas el famoso Toque de Queda. Sin embargo, para alguien que es turista y que ignora tales avisos andar sin ataduras por las calles y avenidas de Tokio era totalmente normal, entretenido y por supuesto muy movido.
El reloj de la torre de Tokio marcaría exactamente las 8:43 P.M. Para una criatura que es víctima de su propio código riguroso y que naturalmente vive de rutinas esa hora era el momento preciso para cenar. Un sujeto de una contextura en forma, de cabellos salvajes, facciones orientales pero de tez morena, con mirada azul y de parche en su lado diestro del rostro sería entonces el Tuerto de la Rutina, andaría por aquella ciudad por negocios y mientras aguardaba porque un amigo saliese de una importante reunión este decidiría cenar en un puesto de sushi, entraría vestido en un esmoquin de lazo y demás pues luego de cierta hora debía ir a una supuesta ceremonia. Al pedirle al mesero sake, este se aflojaría el nudo y suspiraría con increíble pesadez –Aun quedan dos horas. –Se diría mientras veía por la ventana de aquel modesto lugar.
El país de Japón, la ciudad de Tokio sitio en donde pasaba las mil y un cosas y en donde a más de un millón de personas no les interesaba el estado el ajeno o de para mejores términos de su Prójimo. Pero, el momento en que más cosas extrañan sucedían era desde luego en la noche, se había notificado muchas denuncias de personas desaparecidas y que ya tenían más de un mes sin dar rastro de su existencia por lo que las autoridades habían dado en ciertas zonas el famoso Toque de Queda. Sin embargo, para alguien que es turista y que ignora tales avisos andar sin ataduras por las calles y avenidas de Tokio era totalmente normal, entretenido y por supuesto muy movido.
El reloj de la torre de Tokio marcaría exactamente las 8:43 P.M. Para una criatura que es víctima de su propio código riguroso y que naturalmente vive de rutinas esa hora era el momento preciso para cenar. Un sujeto de una contextura en forma, de cabellos salvajes, facciones orientales pero de tez morena, con mirada azul y de parche en su lado diestro del rostro sería entonces el Tuerto de la Rutina, andaría por aquella ciudad por negocios y mientras aguardaba porque un amigo saliese de una importante reunión este decidiría cenar en un puesto de sushi, entraría vestido en un esmoquin de lazo y demás pues luego de cierta hora debía ir a una supuesta ceremonia. Al pedirle al mesero sake, este se aflojaría el nudo y suspiraría con increíble pesadez –Aun quedan dos horas. –Se diría mientras veía por la ventana de aquel modesto lugar.
YuukiKuran · F
Las pequeñas motas níveas en pequeños grupos los cuales se movían haciendo diferentes figuras todas en conjunto sin mezclas, el frio que abrazaba la tierra con gran fervor gracias a los gélidos céfiros que cubría con un devoto manto todo el universo y sin hacer falta la perla nocturna que se vislumbraba desde la parte oriental del mundo, su luminiscencia abrazaba toda la tierra hasta los desconocidos terrenos japonesas, en alguna extraña y misteriosa ciudad abandonada de Dios, donde se da lugar a misteriosos eventos de muchas índoles. Tal ciudad era extensa y con gran variedad de lugares: diferentes tipos de hermosos parques, restaurantes de clase alta, bibliotecas, cines, lujosos museos, discotecas, restaurantes de todo tipo de clases sociales, casas beldades parecientes a castillos y así como el sector alto, se encuentra el sector bajo, donde abunda la pobreza, el crujir de abdómenes, el derramamiento del sagrado plasma granate tanto de inocentes como de culpables, etc.
No muy lejos de dicha cuidad, se encontraba el famoso bosque donde la gente prácticamente no se acostumbra a pasar ya que hay leyendas sobre que la gente desaparece junto al atardecer hasta que posteriormente no se halla nadie ni nada más que el soplo de la brisa y sonidos oriundos del ambiente noctívago, dando el lugar para los seres sobrenaturales, quienes acechan con fervor y nadie les estorba el camino ya que solo ellos saben que existen junto a la muerte noctámbula y fetidez del plasma granate, siendo esto una aposta regla inquebrantable en la cuidad. Más en medio del bosque y la ciudad, se encuentra la prestigiosa Academia Cross y en el centro de dicho boscaje yace una mansión desde hace miles de años, construida con estructuras de la actualidad y arquitectura victoriana con un gran acceso entre los límites de la mansión y el bosque por medio de un inmenso portón negro de ónix puro y en la parte superior está inscrito: “Kuran”.
En las afueras de dicha mansión yacen dos seres: Uno se trata de un chico de tez pálida, blanco cabello largo hasta la quijada con mechones extensos que cubren parte del rostro, orbes brillantes color lila con una mirada perdida sin expresión alguna; ataviado a una gabardina larga color gris que cubre los brazos y cuello, pantalón negro y zapatos de vestir. El otro se intima de una chica de tez blanca, largo cabello ondulado color cobrizo-rojo con mechones cortos que ocultan la frente, ojos rojizos y destellantes con mirada dulce y penetrante; vestida por una gabardina larga color beige que cubre el cuello, brazos y los muslos de las piernas y calza botines negros.
La joven iba abrazando del chico mientras caminaban por un sendereo oscuro y silencioso lleno de arbustos y frondosos árboles, una alfombra verduzca muy suave y mojada como si una tormenta se hubiese deslizado por tal sector. Inocentes y buenos ensimismados en su transitar y sus ludibrios, no esperaban topar con nada ni nadie ya que son seres tranquilos y confiados, sin embargo, se inclinan a tentar su suerte y así mismo podría acontecer lo que menos esperan.
No muy lejos de dicha cuidad, se encontraba el famoso bosque donde la gente prácticamente no se acostumbra a pasar ya que hay leyendas sobre que la gente desaparece junto al atardecer hasta que posteriormente no se halla nadie ni nada más que el soplo de la brisa y sonidos oriundos del ambiente noctívago, dando el lugar para los seres sobrenaturales, quienes acechan con fervor y nadie les estorba el camino ya que solo ellos saben que existen junto a la muerte noctámbula y fetidez del plasma granate, siendo esto una aposta regla inquebrantable en la cuidad. Más en medio del bosque y la ciudad, se encuentra la prestigiosa Academia Cross y en el centro de dicho boscaje yace una mansión desde hace miles de años, construida con estructuras de la actualidad y arquitectura victoriana con un gran acceso entre los límites de la mansión y el bosque por medio de un inmenso portón negro de ónix puro y en la parte superior está inscrito: “Kuran”.
En las afueras de dicha mansión yacen dos seres: Uno se trata de un chico de tez pálida, blanco cabello largo hasta la quijada con mechones extensos que cubren parte del rostro, orbes brillantes color lila con una mirada perdida sin expresión alguna; ataviado a una gabardina larga color gris que cubre los brazos y cuello, pantalón negro y zapatos de vestir. El otro se intima de una chica de tez blanca, largo cabello ondulado color cobrizo-rojo con mechones cortos que ocultan la frente, ojos rojizos y destellantes con mirada dulce y penetrante; vestida por una gabardina larga color beige que cubre el cuello, brazos y los muslos de las piernas y calza botines negros.
La joven iba abrazando del chico mientras caminaban por un sendereo oscuro y silencioso lleno de arbustos y frondosos árboles, una alfombra verduzca muy suave y mojada como si una tormenta se hubiese deslizado por tal sector. Inocentes y buenos ensimismados en su transitar y sus ludibrios, no esperaban topar con nada ni nadie ya que son seres tranquilos y confiados, sin embargo, se inclinan a tentar su suerte y así mismo podría acontecer lo que menos esperan.
SLilith · 100+, F
Gracias por aceptar mi solicitud espero que tengamos un ameno rol / amistad con usted
ReigaGiou · M
Caminar errante era su deporte favorito: no sabía hacia dónde iría pero regresaría, de alguna manera, al lugar del cual salió. No obstante, así es como terminaba siendo testigo de los crímenes más atroces, empero, escasas veces lograba encontrar hermosura genuina. Así fue, precisamente, testigo del asesinato de un demonio. “Basura” pensó de la víctima; los victimarios eran sombras difuminadas, no los distinguió pero no resultaban prescindibles en lo absoluto, aunque, logró escuchar la conversación. “¿Vampiros?”. Se preguntó, sabía que figuras infernales deseaban la extinción humana; sin embargo, resultaba novedoso escuchar que los vampiros parecían una sociedad estructurada y secuestraran víctimas, o al menos, eso fue lo que entendió él.
En todo caso, no era su asunto, un humano menos no haría la diferencia en el mundo; emprendió el paso, la noche le anunciaba que ya era hora de regresar.
En todo caso, no era su asunto, un humano menos no haría la diferencia en el mundo; emprendió el paso, la noche le anunciaba que ya era hora de regresar.
ReigaGiou · M
Off: Por esta vez, le pediré que inicie usted.
DateMasamune · M
Ooc: Gracias por la invitación.
YuukiKuran · F
(Rol Mode Off: De nada, más bien gracias por enviarla. Lo mismo espero, ¿Gusta iniciar la conversación en rol?)
ReigaGiou · M
Off: Saludos. Le agradezco que haya aceptado mi solicitud. ¿Desea iniciar una historia de rol?