-Siguió guardando sus cosas toda apurada. Hasta se complicaba sola porque se le caían los lápices y se tenía que agachar por ellos bajo la mesa, y al levantarse, se daba topes en la nuca. Pero al escuchar aquella sugerencia, se detuvo en seco. Lo miró esperanzada.-

—¿en serio? ¿Me la vendes? Te prometo que te haré el almuerzo del lunes, pero la necesito! —

Sus ojos se humedecieron de emoción y súplica. Tenía que ser algo especial para mamá y su hermano, y una comida especial por San Valentín, caía de perlas.

Se hizo a un lado, sobresaltado por la repentina urgencia de Joah. Le hacía gracia, pero aguantó la risita y trató de mantener la seriedad.

— O-oye... En el café aún queda una charola que no se vendió de las promociones de San Valentin... —Comenzó un poco inseguro, no sabía como Joah podría tomarlo. Aunque era verdad, tenía que deshacerse de esa charola antes de que su jefe la viera y se la cobrara a él. Se inclinó un poco y puso su mano sobre la mochila de Joah, tratando de sonreír afable, difícil con el caracter sarcástico del rubio— Si quieres, puedes llevartela. Alcanza para tres personas...

-Se había prometido terminar todos los deberes esa misma tarde, pero entre los estudios, los deberes en casa y salvar al mundo, últimamente su batería no rendía los suficiente.

Tras repasar matemáticas y responder algunos problemas en su libreta sobre la distancia que recorrería el tren A en dos horas y media si el tren viajaba a 3 km por hora, se quedó completamente dormida.

—¿Eh...? —El insistente movimiento en el hombro la hizo mecerse sobre su asiento. Levantó la cabeza, confundida, teniendo el lápiz pegado a la mejilla, cayendo este sobre la libreta. Se talló los ojos y miró hacia a arriba. Reconoció a Masthian en seguida. Qué alivio que hubiese sido él y no un profesor o prefecto quien le encontrara en la biblioteca.-

—Me... me quedé dormida... —Miró la hora en el móvil y abrió los ojos grandes como pelotas, —ES TARDÍSIMO! NO HICE LA CENA! G-G-GRACIAS MASTHIAN! —y se levantó rápidamente, recogiendo los libros y metiéndolos en su mochila todos desordenados.-

— Listo... Terminé —Se estiró sobre el asiento de la biblioteca, tratando de quitarse el dolor de espalda por estar tanto tiempo encorvado. Su tarea de Literatura por fin estaba terminada y sabía que de ella dependía salvar el ciclo escolar. Tenía tachones aquí, palabras rayadas y un montón de faltas de ortografía, además, había intentado usar los plumones de su hermanita y hacer un titulo colorido. Era una porquería por completo, parecida al trabajo de un infante preescolar. Pero Masthian estaba más que orgulloso. Recogió sus cosas, con una estupida sonrisa de satisfacción en el rostro. Al pasar a la salida, notó que alguien, unas cuantas bancas más allá, se había quedado dormido sobre el pupitre. — Hm... —Ya era tarde y no tardarían mucho en cerrar el lugar. No le haría daño a nadie que fuera amable un vez en la vida, ¿no? No le sorprendía que fuera Joah, claramente era algo que le pasaría solo a ella — Hey, Joah... ¡Despierta! Ya, es tarde —le sacudió el hombro varias veces, intenta