-Apenas vio el colgante que sacó de debajo de sus ropas la dejó muda. ¿Cómo podía ser que aún lo conservara? Podría jurar que se había desecho de él cuando terminaron de muy mala forma.
Escondió rápidamente las manos tras la espalda, sin darse cuenta a causa de la sorpresa, que ya era demasiado tarde.
—bueno.... En eso tienes razón... Podemos llevarnos bien, sino como amigos, al menos de manera cordial... ¿Verdad?
Intentó parecer calmada, pero aún estaba desconcertada y sorprendida. Incluso se había contenido de dejarse llevar y cometer un grave error.-
*Fue entonces que un sonido titilante llamo de golpe la atención de "Kaito" un sonido de aquel accesorio que de inmediato lo hizo caer en cuenta con el artefacto que llevaba al cuello sorprendido y sonriente en un parpadeo ante la menor.*
— Está bien, está bien. Tranquilízate, por favor.
*Se alejó lentamente dando unos pasos hacia atrás y conteniendo la ira de la chica colocando sus manos al frente de forma que entendiera que el estaba tomando su distancia.*
— Es por eso mismo, aún solos jóvenes y siento que nos falta madurar en muchos aspectos. No es como que nos tengamos que casar ya con la persona que estamos. Solo quiero recuperar el tiempo perdido, como amigos.
*En ese momento, llevo su diestra a su cuello para sacar el dije que portaba y mostrarlo a su contraria dejandolo claro a la vista tan impecable como siempre.*
—¿Un arreglo? —No pudo evitar sonreír por la ironía en sus palabras. —Hace mucho que estamos lejos de ese punto, Kaito. —
No se opuso a que le tocara el cabello, pero sus manos seguían empujando el vientre masculino para que se apartara.
—Di ya... ¿Qué quieres? De todos los lugares a los que pudiste haber ido, ¿Por qué aquí? —hizo un ademán con su diestra para señalar su casa, haciendo un pequeño campaneo al roce de uno de los colgantes de su pulsera. Un corazón de plata, parte de un juego de aretes que ella misma había modificado hace mucho tiempo para que fuesen dos.-
*Pensó rápidamente mientras una sonrisa ladina decoraba su rostro engreído, bajando sus dedos en un andar divertido hasta los mechones naturales que terminaban en unas puntas azul tenue casi un azul desgastante, tomando atención en ello pero sin retirarse del todo.*
— No es ninguna táctica y ese azul...pudiste escoger otro color. Además...
*Intento buscar algo más, algún indicio de la cercanía con la chica por lo anterior comentado de ella. Sin embargo, no encontró algún rastro pero aún así decidió seguirla encarando.*
— Debes de estar molesta conmigo aún y no te culpo. ¿Te parece si arreglamos las cosas bien?.
La repentina cercanía de Kaito, obligó a la chica a retroceder hasta que se terminó el pasillo, terminando contra la pared.
Sus palabras eran tan él, pero la forma en que lo hacía los hacían parecer otra persona.
Apoyó las manos contra el vientre ajeno, presionando para obligarlo a retroceder.
—¿Qué diablos haces? —Cuestionó al tiempo que intenta empujarlo sin ser violenta.—Esos tiempos en que estas tácticas te funcionaban se acabaron. Ya no somos nada. ¿Lo olvidas? —
Lo miró fijamente a los ojos, remarcando sus palabras con su seriedad y determinación.
— No, es solo que tienes la manía de dejar abierta la puerta principal. Además de loca, tienes amnesia ¿No?
*Sus acciones solo le provocaban estar más ahí, sentía una presencia conocida y detestable; quería ganar tiempo para decifrar esa sensación tan incomoda que sentía, por tal motivo la acorraló contra la pared y miro fijamente sus ojos a través del cristal de sus lentes redondos.*
— ¿Porque quiero asesinarte y a la vez poseerte? Pareces una nerd bastante pretenciosa, mocosa tan más ñoña. ~
-Se alisó el cabello con los dedos rápidamente, para asegurarse que no quedara rastro del azul sobrenatural y esperanzada que Kaito no lo hubiera notado. Salió del baño de su habitación y lo encontró en la entrada de su alcoba, empujándolo para salir.
—¿Por qué siempre que vienes, invades mi habitación? —Le reprendía como si estuviera molesta, pero se trataba más bien, del desconcierto y el temor de saberse descubierta. —Vienes, irrumpes y te paseas por todas partes como si fuera tu casa ¿Acaso tus papás no te enseñaron a respetar? —
Tenía las mejillas encendidas por el enojo y la adrenalina. Le fue empujando suavemente hasta llegar al pasillo, cerca de las escaleras.
—A todo esto ¿Quién te dejó entrar? ¿Mi mamá? — Buscó a su progenitora por todas partes, pero parecía no haber llegado aún a casa.-
*Su mirada se torno bastante seria, tenía ganas de asesinar de una a aquella joven pero mantuvo sus impulsos y le sonrió tan falsamente como habitualmente lo hacía.*
— ¡L-lo siento! E-es que crei escucharte decir un nombre que no había escuchado ^u^ ~
