— Un amigo también me dijo eso... — Comentó el beluga, recordando lo que Wilde le había mencionado anteriormente sobre la guerra. — Aún así, quisiera conocer a ese rey. ¿Podría ayudarme, Su Majestad?
No he tenido el placer de comunicarme directamente con él. Pero al parecer, será el protagonista de una guerra. ¿Usted necesita algo de ayuda para avistarlo?
¿Hm? Ya faltaba la presencia del último reino ante mi. Me sorprende que aún no dejo de llamar la atención. ~
-Modesto, se acomodó el kimono, no sin antes juntar ambas palmas como una parsimonia propia de él en situaciones de sosiego. Tras verlo emerger, sonrió, con una pizca natural de malicia en el semblante.-
Es un modo más formal de expresar un acontecimiento inevitable. El gusto es mío, habitante de los mares.
— Wooow... ¡Qué hermosos los versos de su proverbio, Su Majestad! — Dáleth había aparecido de la nada (?) en las aguas de un pozo cercano de allí, aplaudiendo a gran velocidad, al escuchar lo dicho por ese rey, creyendo que eran unos versos de un proverbio o poema.