— "Menudo imbécil. Pobrecito..." — Se decía a sí mismo el Rey Ezhno en lo más profundo de su oscuro ser al escuchar la respuesta del contrario, aunque desde el exterior parecía observar a su homólogo con absoluta atención, manteniendo su seriedad en el rostro.

Aquello era la oportunidad perfecta para llevar a cabo el plan alternativo en sus objetivos de dar con la Isla de las Maravillas y, al mismo tiempo, manipular a su antojo a ese monarca, usando el amor que este sentía por su protegida. En el fondo, sintió lástima por los amantes al ser jóvenes e inexpertos, pero no iba a perder todas esas circunstancias, las cuales iban a estar por completo a su favor.

— Si estás tan seguro de ello...No soy nadie para evitar algo que surgió entre ustedes. Y no...No tienes que dar tu vida por su amor. Soy bastante comprensivo, Juo. Si tus sentimientos por ella son sinceros, lo aceptaré...Y también aceptaré una alianza con tu reino, si te parece. La felicidad de Ketzaly, también será la mía..

私は自分の命を危険にさらす覚悟があります。。。

-"Estoy dispuesto a poner en riesgo mi vida." Se mencionó a sí mismo, tomando dicha prenda púrpura en su mano, y en ella asomó una pluma verde. La besó, y la acercó a su corazón. ¿Por qué mentiría? Al ser tan calculador con sus ideales, es incluso contradictorio hablar esto a los aires, incluso a un ejército que hace momentos estaban listos para estocarlo. Alzó la voz, aterrizando las geta en el suelo, con total estoicismo.-

Muchas veces perdemos la cabeza, e incluso cometemos la irracionalidad ante las cosas nuevas, mas, esta vez es en serio. Pretendo la seguridad y bienestar de Ketzaly, y entregarle mi afecto. Sé que es cuestionable, pero estoy dispuesto a entregar mi vida si es necesario. Podemos llegar a un acuerdo, un tratado... No busco atacar a su reino, al menos no es prioridad para mi, mas, puedo ayudarle en cuánto a abastecimiento, o si incluso, busca algo en respecto a mi posición de monarca.

— ¿Me estás diciendo de que estas realmente enamorado de una joven ave? Has perdido la cabeza... — Las palabras del rey de los insectos fueron todo aquello que Ezhno jamás se habría esperado. Tenía la fuerte sospecha de que Juo estaría utilizando a Ketzaly para manipularla a su antojo y con ello, lograr invadir Aeriana. No obstante, la realidad superó con creces sus previos pensamientos al respecto.

En el fondo, una sensación de culpabilidad se hizo presente en su interior. Sin embargo, su decisión había sido firme y tajante. A menos que...

— ¿De qué estarías dispuesto para tener el amor de Ketzaly? — Le preguntó el rey, a la expectativa de escuchar la respuesta del joven abejorro. Si todo era afirmativo, estaba dispuesto a negociar.

未踏のものを探索するのは本能的です。

-"Es de instinto explorar lo que no se ha explorado", había expresado en aquella lengua que se le fue enseñada de generación en generación. Se mantuvo tranquilo, hasta dedicó un sonriente semblante. No quería admitirlo, pero dicho sentimiento de vacío aprisionaba su corazón y sus fallidas intenciones. Después de todo, no puede decaer ante el honor que le queda, y tomó de sus prendas violetas, con tal de abrazarlas.-

Para usted son supuestos, porque el corazón suele mandar aún más que nuestra cordura. No obstante, ha tomado una decisión férrea, y sólo me quedará aceptarla. Si aún el rencor corre por tus venas para convocar a una guerra sin sentido, puede hacerlo. Pensé, que usted tomaría un dulce provecho de ello en una tregua aún más fuerte, pero no quedó otra opción que tomar decisiones abruptas. No lo culpo, después de todo. Usted y su ejercito ya puede retirarse. Por mi lado, sólo queda asumir.

Ezhno se mantuvo callado durante todo aquel discurso expresado por aquel joven Rey de los Insectos, analizando cada una de sus palabras y observándole directamente a los ojos, permitiéndole que le dijera todo lo que tenía que decirle.

Luego de escucharle hablar, el Rey dio la orden para que sus hombres bajaran las armas y le dejaran hablar con su homólogo real, mirándole de arriba a abajo. A pesar de que, en efecto, aquel Rey era contemporáneo en edad con Ketzaly, no iba a subestimarle ni por un momento. Después de todo, había escuchado muchas leyendas de aquella fuerza militar de ese reino y no era conveniente para él enfrentarse de manera directa en contra de aquella Corona Real.

— Ketzaly tuvo el valor suficiente para rechazar tus supuestas propuestas de amor. Ha sido lo más bajo que un monarca de Animalia ha hecho en contra de otro reino. Has cruzado una línea muy, muy frágil y fina al querer involucrar a una noble extranjera en tus territorios...¿Qué tienes que decir?

しょうがない。。。

-Por su parte, esperó de pie y en solitario. No vio la necesidad de llamar a su bastión de artrópodos, y después de todo, sabía que su noviazgo generaba consecuencias colaterales en el reinado de plumas. Dejó que el viento golpease su rostro y su cabellera, como si él solo tomase las riendas en caso de que todo saliera mal, mientras articulaba con las manos tras su zona lumbar.

Estaba solo, pero su convicción ante las conveniencias propias y que sus sentimientos puros saldrían más a flote que una guerra innecesaria evocada por un normal sentir despojo por parte del monarca que posa a su frente.-

Pueden venir a probar sus lanzas contra mi cuerpo, y desgarrarme con sus patas. ¿Yo? Pensé que sus movimientos serían más adecuados a esta situación. Soy un jeque de secretos, pero no busco embelesar a nadie con intenciones bélicas o provechos de su reino. Aún con la compañía de Ketzaly, desconozco de su reino, y si adquiero información, será por mi (...)

— Tuviste toda la razón: Subestimé bastante tus tácticas usadas en contra de otros reinos...Pero, ¿Engañar a mi protegida al ofrecerle un supuesto amor? Eso...Eso es inaceptable... — El Rey Ezhno había llegado a ese lugar, escoltado por una docena de guardias halcones, los cuales tenían sus espadas, arcos y ballestas en mano, apuntándole directamente al Rey Juō y esperando a la orden del Rey Ezhno para utilizarlas en atacarle.